El 11 de abril de 2023, Enrique Krauze publicó un artículo en el diario estadounidense The Washington Post: “In Mexico, López Obrador’s provocations may soon get opponents killed”. La traducción, según Google, sería: “En México, las provocaciones de López Obrador pueden hacer que sus oponentes pronto sean asesinados”.

Cinco días más tarde, el pasado domingo 16 de abril, Krauze publicó el mismo artículo en los periódicos mexicanos de la familia Junco, Reforma, de la Ciudad de México; Mural, de Guadalajara, y El Norte, de Monterrey. Supongo que los editores exigieron un título menos amarillista y el historiador aceptó. Quedó como “Los fastidiosos críticos”. Claro está, el texto no cambió: Krauze en los citados rotativos mexicanos dijo lo mismo que en The Washington Post: “Quizá solo es cuestión de tiempo para que uno de los críticos de López Obrador sea asesinado”.

Ayer, 18 de abril, Krauze difundió tal artículo en la edición española del diario El País, con el título sensato —no con el sensacionalista que utilizó en inglés—, pero con el mismo mensaje: que AMLO critique a sus críticos provocará que uno de estos sea asesinado.

Lo curioso es que Krauze admite que las críticas de AMLO a sus críticos son legales: “El presidente sostiene que en sus ataques solo ejerce su derecho legítimo a la libertad de expresión. La jurisprudencia mexicana prevé que las figuras públicas están sujetas a un escrutinio mayor que los ciudadanos particulares. Ese escrutinio puede ser severo, agresivo, incluso ofensivo. Y el umbral de tolerancia ante él debe ser directamente proporcional a su relevancia en la vida pública. Por ese motivo, como figuras públicas, todos los fastidiosos críticos de López Obrador estamos sujetos a ese tipo de trato”.

Yo añadiría que, además de legal, es legítimo que AMLO cuestione a quienes le cuestionan. El debate siempre es sano en una sociedad.

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¿Que van a matar a los críticos del presidente solo porque este político debate con ellos? No hay ninguna razón objetiva para pensarlo. Enrique Krauze, normalmente un hombre razonable, esta vez de plano se pasó.

Como historiador que es, Krauze estará de acuerdo en que vivimos un periodo de libertad de expresión como no se había conocido en México: todas las personas que desean hacerlo critican a AMLO, inclusive lo insultan y calumnian en medios y redes sociales, y a nadie se le ha castigado por hacerlo así. El propio Enrique Krauze admitirá que en los sexenios anteriores no se habría publicado en México un artículo suyo acusando al presidente en turno de que sus palabras podrían provocar asesinatos.

Hay polarización en nuestro país. En la calle sobran personas que agreden por razones políticas. Conozco muchos casos ocurridos en el actual sexenio, todos de gente inconforme con López Obrador que grita ofensas contra quienes no vemos indebido el trabajo de AMLO como presidente. Me ha tocado que se me ataque en la vía pública porque se me identifica como chairo. No he sabido, en el periodo de gobierno de Andrés Manuel, de simpatizantes suyos que agredan a sus críticos. En otros sexenios sucedió, pero ahora no.

Entiendo que a Krauze le moleste que AMLO lo cuestione. Pero un hombre con tanta relevancia intelectual debería ser más prudente. No es ilegal —ni es ilegítimo— que el historiador acuse a AMLO de estar provocando asesinatos, pero sí es un disparate.