“El que toma las cosas a broma es siempre vencido por el que las toma en serio.”
SANTIAGO RAMÓN Y CAJAL
“Un erudito que no sea serio no inspirará respeto, y su sabiduría, por lo tanto, carecerá de estabilidad.”
CONFUCIO
Ya. Suficiente. Choca. Resulta una verdadera desgracia vivir el presente encerrado en el pasado. Respirar de un amargo recuerdo como es haber padecido un supuesto fraude electoral. Doblemente desdichados deben ser aquellos que lo hacen habiendo ganado en el 2018. Me dan pena, en verdad.
Tiempo desperdiciado en lloriqueos que miran al antes cuando la oportunidad está en el ahora. Ya viene siendo momento de que se pongan a trabajar.
Parecería que cada día perdido, cada intento de revivir los tiempos ya idos responden a que no se puede presumir el presente, nada de lo que se ha hecho. ¿En serio el gobierno de la CDMX está aceptando que no tiene suficiente que cacarear?
Diserto sobre lo anterior porque apenas ayer, Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la capital, “recordó” la que llama la participación de Diego Hildebrando Zavala, cuñado del ex presidente Felipe Calderón, en lo que a la fecha acusan como fraude en el proceso electoral presidencial del 2006.
Claudia hace muy mal en seguir esa línea discursiva (peor si es una ruta estratégica). Escribir en estos términos: “Esta semana el presidente AMLO habló de la participación de Hildebrando Zavala en el fraude de 2006. Miren lo que denunciamos en junio de ese año (...) antes de la elección de 2006… para que no se olvide el ‘haiga sido como haiga sido’” tiene dos efectos que Claudia supongo no quisiera generar y que, sin embargo, produce. Por un lado, hace recordar al respetable los muchos casos —plenamente documentados; varios de ellos probados— de fraude, corrupción, robo, intromisión y un largo etcétera por parte de los hoy cuatroteístas (episodios ninguno de los cuales, por cierto, le atañen directamente a la jefa del ejecutivo local). Menciono algunos: Manuel Bartlett, los hermanos Pío y Martín López Obrador, Delfina Gómez, Carlos Imaz (¿de verdad quiere la jefa de gobierno revivir el episodio de su exmarido?), Carlos Ahumada, René Bejarano. ¿Le sigo?
Por el otro, favorece la unión, coalición, solidaridad en contra de la 4T de quienes se relacionan o alguna vez estuvieron relacionados con el PAN, con Calderón, y demás estructuras políticas hoy en la oposición.
Claudia Sheinbaum debe dejar que sean —si acaso— los corifeos del régimen que la quieran arropar (¿verdad Epigmenio Ibarra?) los que se envuelvan en esas tristes y caducas banderas; los que usen dichas cortinas de humo para continuar con su obsesión por el pasado. De ella, la pre precandidata a la Presidencia no le va bien que insista y machaque con el pasado; hacer eso no augura nada bueno.
¿Por qué insistir en esa historia cuando ella busca el futuro? ¿Acaso hay desesperación en el cuarto de guerra de Sheinbaum?
Su equipo debe diseñar nuevas estrategias, no utilizar las trilladas de Andrés Manuel.
Claudia debe escoger mejor sus batallas. México no quiere otros seis años de un personaje que un día sí y otro también se lame las heridas sobre el cuerpo muerto del 2006.
Son tantas las tareas, necesidades y peticiones que se acumulan en la CDMX —especialmente las que le solicitan a Claudia de manera particular asistir a eventos o que les apoye en un tema— que se vuelve imposible atender el presente, mientras se insiste en el pasado.
En cuestión de planear el futuro o renombrar el pasado, el primero tiene muchas más oportunidades. El pasado, no hay forma de cambiarlo.
CODA: ahora que López Obrador insiste en defender a Julian Assange, debería recordar que hasta en los Wikileaks dados a conocer por dicho individuo, queda estipulado que el supuesto fraude del 2006 nunca existió.