Cualquier cosa que decida, bien decidida. Para eso la elegimos: para tomar decisiones basadas en su experiencia política, su preparación académica, los consejos de quienes la asesoran y su intuición.
¿De qué hablo? De si la presidenta Claudia Sheinbaum asistirá o no, los próximos 18 y 19 de noviembre de 2024, a la Cumbre del G20 en Río de Janeiro, Brasil, nación gobernada por un destacadísimo hombre de izquierda, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Pienso que el principal inconveniente que verá la presidenta Sheinbaum acerca de su participación en el G20 será el de alimentar a la comentocracia enemiga a muerte del presidente AMLO, obsesionada con el rompimiento entre el mandatario que se va y la que llega. No es difícil imaginar las columnas políticas cuando Claudia Sheinbaum esté en Río de Janeiro:
- Ciro Gómez Leyva, en Radio Fórmula: “Claudia no es pueblerina como López Obrador”.
- Joaquín López Dóriga, en Milenio: “Sheinbaum recupera el prestigio de México que AMLO echó a perder”.
- Templo Mayor, en Reforma: “Sheinbaum habla inglés, no se acompleja como YSQ frente a los líderes mundiales”.
- Héctor Aguilar Camín, en Milenio: “Extrañaba México una presidenta abierta al mundo, no encerrada en su propio ego como AMLO”.
- Jorge El Güero Castañeda, en Nexos: “Claudia no es naca como aquel; tampoco es tan fifí como este servidor, pero aprende, aprende”.
- Raymundo Riva Palacio, en El Financiero: “Claudia Sheinbaum con Lula a su lado acabó ya con el obradorismo”.
- Darío Celis, en El Heraldo de México: “Habemus claudismo avanzado, adiós al aldeano de Macuspana”.
- Francisco Garfias, en Excélsior: “AMLO olvidado en La Chingada; Claudia entre líderes globales”
- Enrique Krauze, en Reforma: “Bibliografía mínima del Colegio de México y la Universidad de Texas para entender por qué Claudia Sheinbaum recupera la tradición histórica de la gran diplomacia mexicana destruida por Andrés Manuel López Obrador”.
Lo cierto es que el mundo anticipa la presencia de la presidenta Claudia en el G20. En la edición de Wikipedia en inglés encontré esta lista de líderes participantes en la cumbre de Río de Janeiro:
- 1. Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil. Anfitrión
- 2. Joe Biden, presidente de Estados Unidos.
- 3. Vladimir Putin, presidente de Rusia.
- 4. Olaf Scholz, canciller de Alemania.
- 5. Xi Jinping, presidente de China.
- 6. Claudia Sheinbaum, presidenta de México.
- 7. Emmanuel Macron, presidente de Francia.
- 8. Keir Starmer, primer ministro de Reino Unido.
- 9. Giorgia Meloni, primera ministra de Italia.
- 10. Justin Trudeau, primer ministro de Canadá.
- 11. Narendra Modi, primer ministro de India.
- 12. Anthony Albanese, primer ministro de Australia.
- 13. Javier Milei, presidente de Argentina.
- 14. Fumio Kishida, primer ministro de Japón.
- 15. Prabowo Subianto, presidente de Indonesia.
- 16. Mohammed bin Salman, príncipe heredero y primer ministro de Arabia Saudí.
- 17. Cyril Ramaphosa, presidente de Sudáfrica.
- 18. Yoon Suk Yeo, presidente de Corea del Sur.
- 19. Recep Tayyip Erdoğan, presidente de Turquía.
- 20. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea
- 21. Charles Michel, presidente del Consejo Europeo.
- 22. Mohamed Ould Ghazouani, presidente de la Unión Africana y presidente de Mauritania.
Ojalá el presidente Andrés Manuel López Obrador facilite la toma de decisión a su amiga la presidenta electa Claudia Sheinbaum. ¿Cómo podría hacerlo? Pedirle en público, con toda seriedad, que acuda al G20 y se olvide de la perversidad de quienes pretenden enfrentarles.
Andrés Manuel sabe que Claudia lo que menos quiere es provocar situaciones para que sus rivales lo ofendan. Ella es una mujer de muy buenos sentimientos que comprende el valor de la amistad y que, por su conocimiento de la historia reciente de México, entiende la necesidad de respetar absolutamente el legado y el prestigio de un personaje único e irrepetible que pacíficamente logró la más profunda transformación de nuestro país.
Si su presencia en el G20 se utilizara para golpear a AMLO, estoy seguro de que Claudia no asistiría. Andrés Manuel, entonces, debe animarla a sí estar en la cumbre en la que Lula será anfitrión.
En fin, si Claudia decidiera que no irá al G20, quizá valdría la pena que no enviara en su representación a gente que se enloquecerá por las selfies con Putin, Lula, Biden, Macron, Xi Jinping, etcétera. Sería terrible otro vodevil como los protagonizados por Marcelo Ebrard cuando iba a eventos globales como emisario de AMLO.
No sé si el futuro secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, tenga la estabilidad emocional que se requiere para no enloquecer. Ante la duda por la personalidad poquito narcisista del exrector, lo mejor sería que Claudia enviara en su lugar a gente cercana de su equipo, donde hay personas alérgicas a los medios y con experiencia internacional que jamás perderán la cordura.
Se me ocurre una idea todavía más atrevida, solo para hacer encabronar mucho más a la comentocracia: que Claudia pida a AMLO acompañarla a Río de Janeiro a comer con Lula. E inclusive que solo Andrés Manuel represente a México en la cumbre del G20. Y que revienten del coraje quienes desean un rompimiento que la mayoría de la gente no quiere, que no conviene a nadie y que no ocurrirá.