En los últimos días, los acontecimientos en torno a la reforma judicial, así como las largas sesiones para su aprobación, han sido el centro de atención. Hubo movimientos importantes, como la licencia de Miguel Ángel Yunes Márquez, cuyo suplente, Miguel Ángel Yunes Linares, asumió su lugar y protagonizó un enfrentamiento con el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés. Todo esto ocurrió antes de una acalorada situación que terminó con un cambio de sede y la eventual aprobación de la reforma en la madrugada del miércoles.
Previamente, se argumentaba que la reforma judicial tendría un impacto directo en la economía mexicana, con predicciones alarmistas como una devaluación del peso, una retirada masiva de la inversión extranjera, entre otras consecuencias catastróficas. Sin embargo, aunque la reforma genera incertidumbre y temor entre la sociedad, no se puede atribuir exclusivamente a ella los movimientos del tipo de cambio. Existen otras externalidades que están afectando al peso de manera más significativa.
Es importante recordar la frase del exgobernador del Banco de México: “Si a Estados Unidos le da gripa, a México le da neumonía”. Actualmente, se están llevando a cabo los debates presidenciales en Estados Unidos, donde Kamala Harris parece haber ganado el debate frente a Donald Trump, según la opinión general. Además se publicó el reporte de inflación de Estados Unidos para el mes de agosto (2.5%), que es menor al 2.9 % del mes anterior, lo cual es una señal positiva, pues una inflación mas baja ayuda a mantener el consumo y la producción, lo que a su vez impacta los niveles de desempleo que actualmente se encuentra en 4.2%.
¿Cómo afecta esto a México? Existe el fenómeno de la “inflación importada”, ya que muchos insumos provienen de Estados Unidos, y si estos encarecen, los productos finales en México también suben de precio. En mi opinión, el tipo de cambio estará más influido por la reducción de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), prevista para el 18 de este mes, lo que podría tener un efecto positivo en la apreciación del peso frente al dólar. Esto contrasta con los pronósticos catastróficos que algunos juristas hicieron sobre el impacto de la reforma judicial.
Respecto a la inversión extranjera directa, se ha argumentado que se retirará del país debido a la reforma, pero las variaciones en dicho tipo de inversión no son únicamente de naturaleza política. Factores como el tamaño del mercado, la infraestructura y la estabilidad macroeconómica también juegan un rol importante, como menciona Dunning (1994). Además, el impacto de estos cambios no será inmediato, y cabe preguntarse cuánto de esa inversión realmente se queda en México, dado que las utilidades de las empresas extranjeras suelen salir del país. Este ha sido un debate constante durante años.
Por todo lo anterior, opino que la reforma judicial por sí sola no tiene la fuerza suficiente para generar un impacto directo en la economía del país. Mucho de lo que se dice sobre el tipo de cambio es especulación. Los mercados financieros se mantienen estables y, en cierto punto, podría haber un panorama favorable. Aunque la reforma judicial puede ser criticable en ciertos aspectos, queda por ver si en la práctica traerá beneficios a largo plazo.