Nos dijeron que el dólar estaría a $30 pesos. Nos dijeron que la economía colapsaría. Que seríamos ‘Venezuela del norte’. Que la inflación pondría al peso en un KO y acabaríamos barriendo billetes sin valor en las calles. Repitieron que las inversiones se irían de México. Que nuestro país perdería liderazgo en América Latina. En fin, desde el 2018 la andanada mediática que favorece a la oposición ha cantado que todo va mal, y que irá peor, incluso a niveles catastróficos.
Sobra decir que nada de eso ha sucedido. Desde que era niña recuerdo un México en crisis, es verdad. El presidente Zedillo acabó devaluando la moneda. Fox y Calderón gozaron de precios increíbles al alza en el barril de petróleo y EPN no escatimó en deuda. Andrés Manuel López Obrador… bueno, a él le tocó una pandemia, renegociación del T-MEC y recesión mundial. Sumemos lo ‘abrupto’ que puede ser un cambio en la directriz de las políticas públicas. Que antes se hicieran las cosas de un modo, no implica que fuera del todo correcto o que así debería ser.
La 4T ha tenido un manejo ‘simple’ de las finanzas, por así decirlo. Decidió ser menos rebuscado en sus formas de llevar la economía, y decidió enfocarse en lo toral. El objetivo verdadero de la política económica cuatrotera, ha sido la reducción de la brecha salarial. Combatir el clasismo y el racismo. Elevar el piso para quienes menos tienen. Romper el techo de cristal para la inclusión más activa de las mujeres. Y su buque insignia: la política social.
Sin embargo, la apuesta Obradorista no son solamente los programas sociales. Diversos estudios demuestran que el triunfo de la 4T no se pudiera explicar sin el apoyo de la clase media y sobre todo de la clase trabajadora. Aquí lo importante.
En mi entrega anterior explicaba sobre los resultados de la Encuesta Mensual de Opinión Empresarial. Los resultados del estudio realizado por el INEGI, arrojan resultados interesantísimos. Los empresarios han incrementado la confianza en el gobierno. Si bien este inicio de año inició con una ligera contracción, en el balance, la confianza no ha hecho más que ir en incremento en 4 de cada 10 meses de gobierno de AMLO. En ese rubro, Calderón logró incrementar la confianza solamente en 2 de cada 10 meses cómo máximo. EPN solo 1 de 10.
De lo general, a lo particular. Esa encuesta señala los datos a nivel nacional, y, por ejemplo, en Sinaloa hoy tenemos dos datos que son lapidarios en favor de la ruta económica. El primero es que el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) ha puesto a Mazatlán como la ciudad más competitiva entre las ciudades de 500 mil a 1 millón de habitantes. Sobresale por el fuerte atractivo turístico, estabilidad en la economía, más agua en tratamiento y, además, es la segunda ciudad con menos mortalidad infantil. Datos que revelan los niveles de Bienestar en el puerto.
El segundo dato, es lo anunciado por el acalde capitalino Juan de Dios Gámez, que las inversiones no han caído pese a los operativos militares en Culiacán, y que los indicadores de confianza, al contrario, conservan el potencial para negocios y las inversiones continuarán llegando al municipio de los Tres Ríos.
Lo cierto es, que como dije en mi entrega anterior, basta con ir al súper o al mercado para recibir una dosis de realidad. A la sociedad nos toca reconocer que la política económica y social nos mantiene en niveles soportables dentro del marco de la crisis. Al gobierno le toca continuar en la ruta, y sobre todo, provocar que la fortaleza del peso sobre el dólar se traduzca en una mejor situación del bolsillo de las familias mexicanas.
Vanessa Félix | Twitter: @vanessafelixmx