Esta es una historia bastante larga, pues el estado de Durango y su capital del mismo nombre, no son el clásico destino paradisíaco. Bien es cierto que cuenta con hermosas zonas naturales, quebradas, cañones, ríos, cascadas y presas. Un punto de comparación, solo para tener contexto: la población del estado es de apenas 1,832,650 habitantes, esto según el último censo del 2020, en un territorio de más de 10 mil kilómetros cuadrados. Su número de habitantes por kilómetro cuadrado es de 14.2 personas; en la Ciudad de México somos más de 6,100 habitantes por kilómetro cuadrado.

Su ciudad capital cuenta con un aeropuerto administrado por el Grupo Aeroportuario Centro Norte (OMA), y la oferta de vuelos tanto nacionales como internacionales es reducida. Solamente Aerolitoral, la alimentadora de Aeroméxico es quien ofrece el vuelo saliendo -de la Ciudad de México-, más allá no hay otra línea aérea que opere.

Sólo dos líneas aéreas brindan vuelos internacionales: American Airlines con un vuelo a Dallas/Fort Worth y Volaris con un Chicago-Midway. Pero también hay oferta de vuelos nacionales, Volaris ofrece uno de Durango a Tijuana; y TAR a Guadalajara, Ciudad Juárez y Puerto Vallarta, siendo este último el vuelo más reciente que se opera en el Aeropuerto Internacional Guadalupe Victoria (Durango).

No siempre ha sido así, durante un tiempo compartimos espacio, pues Mexicana de Aviación tenía una ruta de la Ciudad de México a Durango, y un vuelo a Chicago O‘Hare, mismo que terminó siendo operado por Click, por “la capacidad”, y es que deben tener en cuenta que para que una aerolínea pueda salir a flote con el costo operativo, el nivel de ocupación debe de rondar cerca del 70% de pasajeros como mínimo.

Mexicana dejó de hacer ese vuelo porque las aeronaves iban entre el 40% y (si me apuran) a veces al 50% de su capacidad. Eran aviones configurados en su mayoría con 158 asientos, y resultaba ser una pérdida económica para la línea aérea; por ese motivo se optó por Click, pues los aviones que Mexicana les había heredado eran los Fokker 100, cuya capacidad de asientos era de 101 pasajeros, haciendo más fácil que estos equipos lograran el punto de equilibro de alrededor del 70%.

Las columnas más leídas de hoy

Aclarado este importante punto, pasemos a hablar de las quejas sobre el monopolio y el costo del boleto. No es la primera vez que los usuarios se quejan por el elevado precio del boleto de avión. Cuando volé en Mexicana me tocó recibir este tipo de comentarios, tanto de mi familia como de pasajeros. ¿Por qué cuesta más caro volar dentro de la República Mexicana que al extranjero? Pregunta constante y duda perenne.

A principios del año 2000, viajar a Cancún costaba alrededor de $6,000 pesos vuelo redondo, en cambio un vuelo a Chicago, igual ida y vuelta salía en $2,500 pesos (250 dólares, con el tipo de cambio a 10 pesos). La respuesta es: los impuestos; México tiene una de las tasas más altas de impuestos aeroportuarios.

Y no es de esta administración, es un tema que se viene arrastrando desde hace décadas, y que se supone se iba a paliar con las privatizaciones que se hicieron al sistema aeroportuario nacional al dar diferentes concesiones a grupos privados para su manejo. Como podemos ver, los aeropuertos privados ni son más eficientes, ni cobran menos impuestos por el uso de aeropuerto.

Pues bien, el presidente municipal de la ciudad de Durango, en fechas recientes y en diversos medios de comunicación ha externado su preocupación por los “altos costos” en los vuelos, en especial los que maneja la línea aérea Aeroméxico.

El Lic. en Derecho José Antonio Ochoa Rodríguez y exdiputado federal de la bancada del PAN, ha declarado a estos medios que buscará tener un diálogo o acercamiento con los directivos de Aeroméxico para exponerles la problemática de los altos costos en los boletos de avión, para que revisen las tarifas.

En declaración hecha a “El Siglo de Durango”, José Antonio Ochoa dijo: “Sale más caro volar a la Ciudad de México que hacerlo a una ciudad de los Estados Unidos. Esto en nada ayuda a la conectividad que queremos”.

¿Cuánto cuesta ese boleto de avión? Entre $8,000 y $9,000 pesos según sus declaraciones; aunque en una búsqueda rápida en línea encontré boletos desde $4,712 pesos hasta $5,643 pesos, viajes redondos.

Pero el encono no solamente es del presidente municipal de Durango, el presidente de la Asociación de Hoteles y Moteles de Durango, Jaime Mijares también al mismo medio comentó: “Pero también nosotros como ciudadanos hemos dejado de apoyar a esas aerolíneas comerciales que estaban y que provocó que Aeroméxico bajara costos y los viajeros, en vez de acudir a las aerolíneas alternas, regresaron a Aeroméxico haciéndolas a un lado, y eso les pega y se van”.

Por otro lado, la sexta regidora del mismo municipio, la Licenciada en Ciencias de la Comunicación Verónica Terrones Romero, también para “El Siglo de Durango” aseveró que el viaje de la Ciudad de México a Durango puede llegar a costar hasta 9 mil pesos por Aeroméxico que es la única línea que opera, y un viaje a la Gran Manzana (Nueva York) por Aeroméxico cuesta $4,400 pesos.

Y para la presidenta de la Asociación de Agencias de Viajes, Rosa María Román, la solución se encuentra en que entren más líneas aéreas a operar en el Aeropuerto Internacional de Durango. Tan es así que ella ya fue a hablar con el gobernador del estado Esteban Villegas Villarreal (PRI), para que apoye a que más aerolíneas ofrezcan vuelos.

En entrevista con el Sol de Durango, Rosa María Román declaró “Es imposible que solamente con una sola línea de vuelo se pueda atender todos los destinos que demandan los viajeros, requerimos más”. Acusan a Aeroméxico de ser un monopolio en la entidad federativa. Y añadió “Tenemos necesidades de transportar a los viajeros a los diferentes destinos e incluso tener una agencia más que también vuele hacia los destinos que ya están trazados, necesitamos que haya competencia para que los precios sean mejores y la demanda crezca”.

Pero las quejas no solo provienen de los funcionarios del gobierno de Durango, o de las distintas asociaciones de hoteleros o de agencias de viajes, sino que el mismo sentir ha escalado a las redes sociales.

En mi cuenta de Instagram fui etiquetada precisamente en uno de estos videos, donde usuarios se quejan del elevado costo de los boletos y que pueden ser vistos en distintas redes sociales. La queja principal es que al ser tan caro el boleto de avión, impiden que familiares o amigos vayan a Durango, o que por si alguna emergencia tienen que salir de la Ciudad de México a Durango (o viceversa), los costos lo hacen imposible.

Las usuarias Yolanda Díaz y Alina Elósegui han comenzado una campaña en redes sociales para solicitarle a la Procuraduría Federal de Consumidor (PROFECO) que revise las excesivas tarifas de Aeroméxico, al igual que le solicitan al gobierno de su estado su intervención para buscar que otras líneas aéreas se sumen a ofertar vuelos desde y hacia Durango, entre otros destinos.

El 26 de julio, a través de un tweet, Yolanda Díaz expuso:

“Pues dice @Profeco que ellos no pueden regular las tarifas, que la denuncia y/o queja en cuanto al monopolio y los altos costos que maneja @Aeromexico es con @cofecemx y también con la @SICTmx

Cc @EVillegasV @dgosectur

#AeroméxicoAbusa #Durango #Monopolio”

Yolanda Díaz

Por lo pronto PROFECO ya respondió que no son la ventanilla a la que tienen que acudir las interesadas, y que en dado caso tendrían que inconformarse con la Comisión Federal de Competencia y la Secretaría de Infraestructura Comunicaciones y Transportes.

Y me adelanto, porque sé que la respuesta no les va a gustar, pero la Comisión no va a considerar que “exista un monopolio”; tampoco la SICT. Se van a escudar en el bajo porcentaje de pasajeros que demandan el vuelo a Durango. Y ahí ¿cómo le hacemos?, ¿de dónde sacamos más demanda? Es un hecho, y tengo que aclarar que en lo particular no estoy de acuerdo, los precios se fijan con base en la ley de la “oferta y la demanda”, y luego están los impuestos.

En efecto, no parece haber mucho interés de promocionar al estado de Durango como destino turístico. No se promociona como a la Riviera Maya, Tulum o Cancún, y esto genera poco interés de los usuarios y eleva el costo de los boletos por la baja demanda, un círculo que sin duda nos pone a pensar en aquel dilema eterno de ¿qué fue primero, el huevo o la gallina?

Entiendo a la perfección que los usuarios exijan mejores y más competitivas tarifas, pero para poder satisfacer esta demanda la solución que encuentra la industria es: sacrificar al propio pasajero, usando aeronaves más pequeñas, y con más asientos de ser posible, sin incluir servicio a bordo para que lo compren, buscando que sus boletos sean más baratos, pero ¿se logra?, ¿en realidad vale la pena?

Ayer justamente lo dije con el asunto de la evolución de los asientos en clase turista: cada vez más pequeños, estrechos y con menos espacio entre asientos. Sin duda alguna requerimos de una aerolínea regional con aviones de menor capacidad de asientos, menos de 50, que puedan abaratar los vuelos como lo piden los usuarios, sin sacrificar la comodidad a bordo.

Si nos ponemos a analizarlo, sería un excelente punto de partida para la nueva aerolínea del Estado. Yo sé que les emociona hablar de aviones “grandes” (en realidad para vuelos de mediano alcance), pero es más que evidente que ante la salida de Aeromar del mercado, hay una excelente oportunidad, no solo en Durango, también en San Luis, Colima, Morelia y otros lugares, donde se requiere de aviones más pequeños de corto alcance, para tener un equilibrio entre la demanda y el costo de los boletos. Si se logra eso, ya podríamos pensar en la revisión de las tasas taxativas. ¿Ustedes qué opinan?