A nadie le resulta extraña la afectación que el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania ha provocado en la aviación a nivel mundial. Pero ¿qué sabemos de la aviación rusa? Dejando atrás el tema político, hablemos de su aviación.
Si recuerdan, Interjet estuvo operando al final de sus días gracias a los aviones Sukhoi Superjet 100, estos aviones rusos cuya adquisición fue parte importante de la debacle económica de la aerolínea.
A raíz del conflicto bélico, hoy existe un bloqueo muy agresivo, y todo indica que la aviación rusa está por desaparecer, y aunque sigue manteniéndose en vuelo, la pregunta que surge es ¿por cuánto tiempo podrá hacerlo sin las refacciones necesarias para sus equipos?
Y es que la aviación rusa no solo vuela en los aviones que ellos mismos fabrican, como el Sukhoi del que hablé líneas arriba, sino que se quedaron con aviones Boeing y Airbus, los cuales en un momento dado requerirán de refacciones para seguir volando. Y con el cierre del espacio aéreo a esa nación, sin posibilidad alguna de obtener las preciadas piezas, todo indica, que de continuar el conflicto bélico, la aviación rusa esta en sus últimos días.
Esto en materia aeronáutica es una gran desgracia, y no es tema menor. Rusia posee 43 líneas aéreas, siendo la más grande Aeroflot. No es nada fácil para Rusia tener cerrado el espacio aéreo de 36 países: todos los que integran la Unión Europea, además del Reino Unido y otros países que no forman parte de la comunidad como Finlandia, las Islas Vírgenes Británicas, Gibraltar y Canadá.
Esto ha hecho que se cancelen los vuelos hacía Estados Unidos y Latinoamérica, reduciendo la aviación rusa solamente al mercado interno de su país. Todo esto ha traído como consecuencia la reducción de las flotas de las principales aerolíneas, pero estas medidas también han empujado al recorte del personal. Y en el caso de los pilotos rusos, estos han sido llamados a sumarse a las fuerzas del ejército ruso en su guerra contra Ucrania. Y no solo ellos, también están siendo requeridos los ingenieros aeronáuticos.
La otra cara de la moneda es que Rusia estaría buscando que la mayoría de su flota aérea este fabricada en su territorio, esto con la intención de no depender ni de la armadora norteamericana Boeing, ni de la europea Airbus. El gobierno de Vladimir Putin parece estar consciente de la importancia de mantener su aviación, por lo que lanzó en fechas recientes un plan de desarrollo a siete años.
Uno de los principales retos y objetivos es que la fabricación de aeronaves rusas represente el 81% de su flota comercial al final del 2030. Medios rusos como Russian Today recoge las declaraciones de Yuri Borísov, Director General de la Agencia Espacial Rusa: “los ciudadanos rusos todavía vuelan en aviones Boeing y Airbus de media y larga distancia. Nuestra tarea es eliminar gradualmente esta flota con aviones similares de fabricación rusa, como el MC- 21 y el Tu-214″.
Según el propio programa ruso, se espera que las líneas aéreas comerciales de dicha nación estén recibiendo 72 equipos de MC-21 a partir del 2029, pero que los primeros aviones de este tipo estarán ya volando a partir del año 2024; además se tiene planeado el fabricar 70 Ty-214 adicionales para el año 2030.
Para vuelos de corta distancia el caballito de batalla ruso es el Sukhoi Superjet 100, y esperan que se convierta en la piedra angular de la avión rusa. Por el momento se cuenta con 150 aviones de este modelo y se busca acrecentar su producción en 2023, para lo que piensan invertir casi 12 mil millones de dólares durante los próximos siete años.
Mientras tanto, la aviación rusa ha comenzado la canibalización de los aviones Airbus y Boeing que siguen volando; varios han alzado la voz en este asunto, pues en marzo del presente año Putin sacó una ley cuya finalidad era “rematricular” los aviones que se quedaron en su territorio, y que le pertenecen a compañías extranjeras.
Sin embargo, una medida desesperada como esa no le garantiza que las piezas de repuesto no se busquen a través del mercado negro y de otros “métodos”. La intención de salvar a la aviación rusa puede desencadenar eventos no deseados.
Para Richard Aboulafia, norteamericano experto en aviación, declaró al medio alemán DW: ”Supongo que en algún momento se producirá una fuerte caída. Porque conseguir piezas aquí y allá, sacar piezas de otros aviones, eso se puede hacer durante seis o doce meses. Después, no sé cómo continuará la cosa. Nadie financiará la entrega de bienes de capital a Rusia en el futuro. Esto significa que no habrá más aviones nuevos en un futuro próximo”.
El panorama que se vislumbra no es positivo, y menos si continúa por más tiempo el conflicto bélico; sin embargo considero un buen ejercicio el asomarnos a ver qué piensan los rusos sobre su aviación, y cómo los vemos los demás desde afuera. Por supuesto que ellos están confiados que lograrán ser autosuficientes en materia aeronáutica, pero eso estará por verse en los próximos años.
Mientras no se solucione y ponga fin la guerra entre Rusia y Ucrania, veremos cómo, poco a poco, se extingue la aviación comercial de un país, por más buenos deseos que haya, la realidad terminará imponiéndose. Que esto sirva de ejemplo para que nuestros gobernantes se miren en el espejo de la realidad rusa, y se den cuenta que no se puede apostar todo al mercado interno, aunque seas, la madre Rusia.