Marcelo Ebrard es un buen elemento de Morena. A diferencia de muchos –la mayoría– de los simpatizantes de AMLO y de su movimiento, Ebrard se ha distinguido por su moderación. Su formación como internacionalista y su experiencia en el servicio público le han brindado una visión sobre las necesidades del país.
Sin embargo, su cercanía personal con AMLO le ha apartado quizá de las posturas moderadas y se ha visto obligado a ceder ante las presiones del presidente. En materia de política exterior, Ebrard, al frente de la Secretaría de Relaciones Exteriores, ha tenido que plantar cara ante los desvaríos del jefe del Estado, tales como el apoyo a las dictaduras latinoamericanas y las absurdas querellas contra el rey de España o el gobierno de Estados Unidos.
Rumbo a 2024, Ebrard espera ganar las encuestas y convertirse en el abanderado de Morena. A pesar de su relación personal con AMLO, la ola política parece ir en su contra, pues Claudia Sheinbaum cuenta con el espaldarazo del presidente y con la cargada política de la cúpula morenista y de los gobernadores de la 4T.
Una pregunta válida ha surgido: ¿qué hará Ebrard si no resulta ganador de las encuestas, y por tanto, el favorito de AMLO para encabezar la alianza oficialista? ¿Qué cargo esperaría al canciller? Podría tratarse de una responsabilidad en el interior del gabinete, una representación en el extranjero o la idea de postularse a un cargo de elección popular como diputado federal o senador. Sin embargo, la experiencia y perfil de Ebrard apuntan hacia una responsabilidad que conlleve la definición e implementación de la política exterior del país.
Una opción factible sería, si Sheinbaum resulte vencedora en las elecciones de 2024, su confirmación como secretario de Relaciones Exteriores. Otro cargo codiciable y a la altura de las expectativas políticas de un personaje como Ebrard es sin duda una representación diplomática en el exterior. Las embajadas de México en Washington, París o Londres resultarían ideales y apetecibles para un funcionario público que ha pasado por la cancillería.
Finalmente, en el hipotético caso del triunfo de la oposición, Marcelo Ebrard podría no ser descartado. Su relación con la cúpula morenista podría devenir en una ventaja para el nuevo gobierno para crear alianzas legislativas y sacar adelante, llegado el caso, la agenda legislativa de la nueva administración.
Nada está dicho, y Ebrard puede aún alcanzar la candidatura. Sin embargo, deberá superar la oposición de AMLO y de los radicales morenistas, y con ello, quizá, desplazar a la poderosa Sheinbaum de la postulación.