Aparentemente estos tres personajes no tendrían algo en común salvo el hecho de ser figuras públicas; sin embargo, en días recientes su pasado les ha traído problemas habiendo quedado exhibidos ante las cámaras confesando presuntos crímenes, y/o actos de corrupción. Se dice que “nadie escapa de su pasado”, y ya sea debido a su propia imprudencia, falta de filtro o su enorme ego, el tema es que a consecuencia de la fanfarronería, el alarde, la ostentación, o su arrogancia, tanto la diputada Patricia Armendáriz, el empresario y actor Roberto Palazuelos, y el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arturo Zaldívar, tropezaron con sus respectivas lenguas y al menos uno de ellos tuvo efectos funestos para sus aspiraciones de convertirse en gobernador; en tanto los otros no sufrieron mayores consecuencias salvo el hecho de haber sido vapuleados por usuarios de las redes sociales.
La diputada federal por Morena, Patricia Armendáriz, pareció olvidar en dónde estaba parada al momento de presumir sus habilidades en materia financiera; de sus destrezas para corromper presidentes; y de su riqueza, producto de “moches”, resguardada en Suiza. El video no miente. La también llamada “tiburona” -se le llama así por su participación en el programa de televisión Shark Tank- debió pensar que se encontraba grabando un episodio más del afamado reality de emprendimiento y negocios, y con todo detalle alardeó respecto a sus éxitos y presuntos delitos, olvidando que se encontraba en la máxima tribuna legislativa del país frente a decenas de diputados de oposición que de inmediato le reprocharon y la tacharon de “corrupta”, y “ratera”, encontrando eco en los usuarios de Twitter.
“La confesión de Patricia Armendáriz se remontó a los sexenios de los expresidentes Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, aproximadamente entre 1988 y el año 2000″.
Según declaró la diputada de Morena, en esas épocas recibía “moches” en reestructuraciones municipales de gastos y contrataciones.
Así lo reveló durante su intervención en tribuna de la Cámara de Diputados al llevarse a cabo la discusión sobre la Ley de Disciplina Financiera de las Entidades Federativas y los Municipios.
“El pago era en efectivo, mis comisiones eran en efectivo. Llenaba mis cajones y los mandaba a Suiza, y además, de eso, en el peor de los casos si me das tu estructura ahí te va el moche”.
Hablando siempre en primera persona, Patricia Armendáriz reconoció que fue testigo de cómo los presidentes en el pasado enviaban a sus “restructuradoras estrella” a los municipios para llenarse los bolsillos.
“En el mejor de los casos si era una persona decente me cobraba yo ‘mis honorarios inmensos’,” añadió la morenista a la confesión en la tribuna de la Cámara de Diputados.
Posteriormente la diputada Patricia Armendáriz señaló que “en el peor de los casos”, volvía corruptos a los presidentes en turno “porque corrompimos a los presidentes”.
Después de haber sido severamente criticada en Twitter, Patricia Armendáriz aseguró que se mal interpretaron sus declaraciones; acusó que los medios de comunicación dieron un mal manejo de su exposición siendo que ella solo ejemplificó y narró en primera persona un caso de corrupción; y al final amagó con presentar denuncias pero el auto agravio ya estaba hecho.
El caso de Roberto Palazuelos es más patético aún, siendo que en este auto descalabro, no hubo manera de que el llamado diamante negro argumentara nada en su defensa habiendo quedado a la vista de todos su participación, que él mismo confesó al entrevistador Yordi Rosado, en un video que circuló profusamente en días pasados a través del cual se ve a un sonriente Palazuelos, platicando con lujo de detalle la “anécdota”.
“Yo traía una 380 [una pistola] con una portación de la Secretaría de la Defensa que es el calibre que puedes portar; traía un teniente del Ejército con una 9 milímetros de uso exclusivo [del Ejército] y otro amigo colombiano mafiosón, con otra nueve más chueca que él, wey”.
“Cuando estamos tocando y abren la puerta (simula el sonido de balazos). Nos tiran dos madrazos al aire y nos encañonan con una pistolita .22, un gordote. Con mi conocimiento jurídico dije: ‘este güey ya le jaló. Trae pólvora. Si me lo chingo es legítima defensa’. Y pues, de repente, veo que se estaba agarrando con el de la puerta y la chingada. ¡Se armó una puta balacera Yordi! Matamos a dos cabrones. Matamos al gordo, matamos al otro”, admitió.
Palazuelos también fue acosado por las redes sociales, pero en su caso se trató de una “crónica de una muerte anunciada”, como el título de la obra del colombiano, Gabriel García Márquez. Dada la gravedad de la confesión, aunado a que para él no había manto de protección de la presidencia, y que ostentaba la candidatura de su partido Movimiento Ciudadano a la gubernatura de Quintana Roo con miras al próximo proceso electoral, se vio obligado a renunciar a su aspiración, que valga mencionarlo, tenía una buena posibilidad de lograr el triunfo.
En el tema de Arturo Zaldívar, todavía no queda completamente claro qué pretendió conseguir al rememorar durante un acto público (la presentación del libro Autobiografía jurisprudencial), un episodio relacionado con el incendio de la Guardería ABC ocurrido el 5 de junio de 2009 en el que 49 menores de edad perdieron la vida y 106 resultaron heridos.
“Hoy puedo dar fe de una operación de Estado para proteger a la familia de la esposa del presidente, para proteger a los altos funcionarios públicos de ese Gobierno que hoy viene a hablar de Estado de derecho, de autonomía y no de sé cuántas cosas sin ninguna autoridad moralidad para decirlo, porque yo puedo dar fe de que eso es una hipocresía”, enfatizó Zaldívar.
El ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, afirmó que el ex presidente Felipe Calderón ordenó proteger a la familia de su esposa y actual diputada federal, Margarita Zavala por el caso en mención. También declaró que fue objeto de presiones durante el gobierno de Calderón debido al proyecto de resolución que presentó en 2010 por el señalado caso; y recordó que firmó dos copias de su proyecto de resolución y pidió a su secretaria guardar los documentos bajo llave “por si no llegaba a la Corte”.
En Twitter, el ministro presidente fue recriminado de que casi 13 años después esté hablando de un tema que en todo caso debió consignar en su momento, y fue llamado “títere” por quienes infieren que su extemporánea declaración responde o a una petición expresa del Ejecutivo o a una forma de congraciarse con el titular de dicho poder.
¿Qué tienen en común Armendáriz, Palazuelos y Zaldívar? Sin duda, el alarde y su tremenda arrogancia.
Salvador Cosío en Twitter: @salvadorcosio1