Es decir, el México anterior a López Obrador era como Suiza. Más o menos eso expresan hoy dos comentócratas conocidos, Federico Reyes Heroles y Raymundo Riva Palacio.
Y era México como Suiza, o todavía con un nivel superior de desarrollo, porque a nuestro país lo gobernaron líderes tan destacados que Churchill y Lincoln... o Pericles. No miento.
Calderón como Churchill
En su columna de El Financiero, Riva Palacio dice que la guerra de Felipe Calderón contra el narco “tuvo éxito”. Es en serio, para decir eso redactó todo un larguísimo artículo.
Conozco a Raymundo y sé que no consume drogas ni es un borracho, es decir, lo anterior lo escribió perfectamente consciente. Entonces, estamos ante un caso todavía más grave de falta de rigor analítico.
¿Exitosa la fallida estrategia de Calderón contra el crimen organizado, que el esposo de Margarita Zavala decidió encabezara alguien como Genaro García Luna, hoy encarcelado en Estados Unidos acusado de haber trabajado para el cártel de Sinaloa? ¡Carajo!
Con todo respeto para el señor Riva Palacio, pienso exactamente lo contrario: en lo relacionado con la seguridad pública el gobierno calderonista, objetivamente hablando, debe ser considerado el mayor desastre de la historia, ya que seguimos pagando con miles de muertes las consecuencias terribles de haber enfrentado al narco no solo a tontas y a locas, sino como una estrategia para ocultar un fraude electoral y, para colmo, entregando a las propias mafias la dirección de las operaciones bélicas.
De la Madrid como Lincoln
Reyes Heroles, por su parte, afirma en Excélsior que Miguel de la Madrid fue un extraordinario gobernante.
Para empezar, el articulista presenta a De la Madrid como un hombre producto de la cultura del esfuerzo, no del privilegio: alguien que por sus méritos llegó a tener grandes responsabilidades, como “fue el caso de mi padre (Jesús Reyes Heroles)”.
Me siento obligado a añadir que eso, ser un producto de la cultura del esfuerzo y no del privilegio, no es el caso del colaborador de Excélsior, ya que este sin duda disfrutó de una educación privilegiada no por haberse ganado nada desde abajo, sino por haber vivido en una familia de clase alta gracias no al trabajo empresarial, sino a que el patriarca pudo escalar las cumbres del poder político.
El retrato que hace Federico Reyes Heroles de la presidencia de Miguel De la Madrid no tiene nada que ver con lo que realmente ocurrió.
El De la Madrid que los adultos de aquel sexenio sufrimos fue un tipo absolutamente distinto al que pinta el columnista de Excélsior: no fue un gobernante valiente, sino un tipo que se acobardó en la crisis del sismo de 1985; tampoco brilló como un inteligente conductor de la economía, sino que entregó pésimos resultados financieros; no fue un presidente capaz de hacer justicia, lo que demostró al no combatir dos asesinatos que sacudieron a México, el del periodista Manuel Buendía y el del agente de la DEA Enrique Camarena, y para colmo, un personaje que pasará a la historia como enemigo de la democracia, ya que permitió el fraude electoral de 1988 contra Cuauhtémoc Cárdenas.
No, el México que añoran no era Suiza
Y el México actual no es la Venezuela destruida por el chavismo que la comentocracia presenta a diario en los medios de comunicación.
Entiendo que periodistas como Reyes Heroles y Riva Palacio no estén de acuerdo con el gobierno de López Obrador; hasta les aplaudo que sean tan críticos, pero…
Si no pueden ser objetivos al descalificar a la 4T, al menos deberían ser serios. Porque ni como vacilada pasa decir que la perdida guerra de Calderón fue “un éxito” y que un timorato como De la Madrid debe ser elevado a la categoría de algo así como un Pericles que llevó a México a su edad de oro.