TÚ DECIDES
Hace 28 años pedíamos justicia, ahora pedimos un presidente.
¿Cuándo sabremos quién fue el autor intelectual del asesinato de Luis Donaldo Colosio? La verdadera y única respuesta es nunca; simple y sencillamente porque no es costumbre conocer en la historia a los autores intelectuales de los magnicidios.
A los “grandes” los mandan matar los “grandes”. ¿Quién mandó matar al Archiduque José Fernando, sobrino del Emperador de Austria, de cuya muerte se encendió la mecha que provocó la Segunda Guerra Mundial? ¿Quién mandó matar a los hermanos Kennedy o a Lincoln? Quizá lo sepamos todos, pero nunca habrá culpables.
Ese político sonorense, que alguna vez se definió como una águila, “porque -le gustaba decir a sus colaboradores más cercanos- me gusta volar alto y solo”, que cursó sus estudios de economía en el Tec de Monterrey y posteriormente en Estados Unidos y en Austria, que aspiraba gobernar la nación, ha llegado más lejos de lo que nunca hubiera pensado: al morir, se metió definitivamente en el pueblo de México.
A Colosio ya no lo vamos a recuperar, el autor intelectual de su muerte y los tres Aburtos se irán a la tumba con el corazón podrido, pasarán los años y el trágico evento aparecerá en los libros de texto diciendo escuetamente que alguien lo mandó matar, que el pueblo pedía justicia, pero ésta nunca llegó, o bien que las investigaciones van muy avanzadas.
En lo económico, Colosio buscaba una economía al servicio del hombre. Si Salinas había traído riqueza al país, Colosio quería que se distribuyera. En lo político, si Salinas había llegado al poder sin consenso, él quería llegar por clara mayoría, por eso hablaba de la reforma del poder, que no significa otra cosa sino que la autoridad, el poder, vienen dados por el pueblo, por la gente.
Diana Laura Riojas, su esposa, quien víctima del cáncer, falleciera apenas 8 meses después de su marido, cuando sepultaban a su difunto esposo decía con firmeza: “las balas de rencor y de odio, de cobardía, terminaron con la vida a Luis Donaldo, pero no terminaron con su sueño”, que es hoy por hoy el mismo de millones de mexicanos y se resumen en el anhelo de vivir unidos, seguros, libres…, es México honesto y justo que todos prometen pero ninguno logra.
¿Habrá alguien que se decida a honrar el legado de Luis Donaldo? Se cuestionó Rosa Laura al finalizar su mensaje en el sepelio, ahí estaba, con apenas 8 años el entonces pequeño Luis Donaldo, el ahora presidente municipal de Monterrey.
Si finalmente nadie mató a Luis Donaldo y alguien puede recoger ese legado, ¡qué viva Colosio!
Pablo Mier y Terán en Twitter: @pablomieryteran