La respuesta a esa pregunta es clave. La ola morenista fue tan avasalladora que quienes surfean en ella piensan que llegarán tan lejos como quieran. La ola no se mueve sola. Quienes la montan, tampoco. Muchos pueden ahogarse.
Quien no reme y no le sirva al capitán, caminará por tabla y naufragará. En este navío llamado Cuarta Transformación muy pocos toman el remo. Eso sí, muchos quieren su propio timón.
Con López Obrador navegan desde hace más de veinte años izquierdistas de cepa. Unos con ideología estadista y otros con más resentimiento que otra cosa. Unos con visión de construcción, otros con miras en el revanchismo de no haber tenido lugar en el régimen anterior.
Sinaloa tiene ambos perfiles. El más destacado es hasta el momento Rubén Rocha Moya. Muchos quieren escalar su altura. Hoy es gobernador. AMLO sabe que el badiraguatense es de resultados. Ya lo demostró en 1998 cuando el hoy presidente dirigía al PRD. Rocha obtuvo la votación más alta para un contendiente de izquierda hasta ese momento. Se conocen bien y López Obrador confía en el gobernador porcentualmente más votado el 2021.
Lo demás, es mitote.
A Rocha Moya le acusan de boicotear el crecimiento político de otros morenistas. Los resultados del 98, 2018 y 2021, hablan por sí solos. El gobernador edifica, construye, unifica y aglutina.
Sin talento no busquen grandeza. El alcalde “culichi” Estrada Ferreiro se tropieza sólo con su tozudez. “Si no quieren baches… pasen por donde no hay baches”. Esa frase llegó para quedarse en el ideario social y eso resume la corta visión del edil capitalino.
En Mazatlán “el Químico” Benítez ha sido presa una y otra vez de sus desafortunadas declaraciones, la última, donde asegura que es benéfico para el puerto que narcotraficantes vacacionen ahí. Explíquenle al turista extranjero que según el presidente mazatleco es bueno coincidir con capos en sus vacaciones. ¡Sólo a él se le ocurre! Por suerte, el turismo en Mazatlán es mucho más grande que el alcalde, y los hombres de negocios del ramo turístico saben cuidar a la Perla del Pacífico. A Mazatlán le seguirá yendo bien a pesar de su munícipe mediático.
Han querido arañar la corona. Estrada y Benítez ejemplifican al morenista que se trepó al barco habiendo remado, pero ya NO haciéndolo más. Sólo han buscado la sombra del árbol. En estos momentos el presidente necesita quien le ayude, no quien sea una carga. Un claro ejemplo es lo que ha venido haciendo don Adán Augusto, despejando el camino para la política de López Obrador.
En las cuentas se lleva una regla. Un verdadero morenista, no le da problemas a AMLO, al contrario, construye, edifica y desobstruye el sendero para que el barco cuatrotero llegue a buen puerto.
En Sinaloa, hay jefe político. El gobernador consensa y trabaja en un sólo proyecto llamado Cuarta Transformación. Lo demás es confabulación barata.
Vanessa Félix en Twitter: @Jvanessafelix