De esta jornada electoral tenemos unos claros ganadores: el INE, la ciudadanía y nuestra democracia; lamentablemente el gran abstencionismo también ganó, para desfortuna democrática, durante las elecciones en estos seis estados que son antesala a la madre de todas las batallas estatales, el Estado de México.
El gran ganador fue el Partido Verde quien con su estructura hoy gobernará disfrazado de Morena casi 41 por ciento de los estados con influencias, negocios y acomodos acordes a sus intereses cúpulares.
Un gran perdedor fue Movimiento Ciudadano que ayudó convenientemente a Morena a dividir a la oposición, pero obteniendo mucha menor votación a la esperada con la salvedad de Quintana Roo donde un morenista de último momento entró al quite.
El PRI ganó disfrazado de MORENA, dividido y con una estructura apoyando fuertemente a los guindas mientras el otro PRI, de Alejandro Moreno, aliancista, fue prácticamente fue derrotado y reducido a un partido pequeño.
Al PRD le funcionó la alianza aunque tendremos que ver si le alcanza para mantener registros y vida propia en su necesario rol de izquierda progresista que el país y la pluralidad necesitan.
El PAN salió mediocremente ganador pero debilitado por una dirigencia que tendría que renunciar y una necesidad de un profundo análisis sobre alianzas, candidaturas y alternativas de gobierno.
Morena es otro gran perdedor al no haber ofrecido nada diferente, candidatos chapulines, acarreo de votos y uso de recursos en favor de sus negociaciones políticas. Hoy ganan nuevamente gubernaturas con los mismos de siempre sin nuevos cuadros ni propuestas, con oportunistas y sin desmarcarse de la presidencia de la República y su propaganda.
Una jornada marcada por una ciudadanía que no abandona las urnas cómo opción y una esperanza que en el 2024 sin Andrés en la boleta, se podrá ver la posibilidad de alternativa opositora que no está muerta y podría sacar a Morena del gobierno.
Lo más importante será que gane la lucha para resolver los grandes retos del país y no solo los intereses de políticos oportunistas y sus acuerdos. ¿Finalmente veremos resultados medibles o seguiremos con política pública electorera?
Al tiempo.