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El próximo martes 5 de noviembre se llevarán a cabo las elecciones en los Estados Unidos (EU) para elegir a quien será la persona que presidirá a la nación más poderosa del mundo. Los comicios norteamericanos son importantes para México ya que el país de las barras y las estrellas es el principal socio comercial, el aliado más importante para tratar de resolver la crisis migratoria, además de los problemas de violencia y adicciones causada por el tráfico de drogas en los dos lados de la frontera.

Los programas de gobierno prometidos en campaña por los dos candidatos a la primera magistratura estadounidense representan riesgos para la economía mexicana, ya que tanto Donald Trump como Kamala Harris ofrecen políticas proteccionistas y fiscalmente expansivas, lo que afectaría negativamente al país azteca.

Las ofertas de los dos contendientes en políticas de seguridad con respecto a México por narcotráfico, migración, valores democráticos y la protección de derechos humanos, así como de políticas ambientales, son aún más profundas en sus impactos hacia el país latinoamericano.

El programa planteado por Trump para proteger a la industria estadounidense es muy agresivo y sería de cumplirse un duro golpe a la economía mexicana, ya que entre sus propuestas se encuentra el subir aranceles a todos los países (a 10% o 20%), a la industria automotriz solo de México (100% o 200%) y a China especialmente (del poco más de 20% actual a 60%).

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La amenaza del candidato republicano a la presidencia de imponer aranceles más altos a las mercancías importadas por los estadounidenses provenientes de cualquier lugar del mundo implicaría un impacto negativo para los exportadores mexicanos ya que el destino del 80% de los productos y servicios que vende México en del exterior tiene como destino final los Estados Unidos.

El subir los aranceles a los automóviles armados en México seria un golpe devastador para la industria automotriz del país, ya que también en este sector más del 80% de las exportaciones se va al país de las barras y las estrellas, y las mismas representan un tercio de las exportaciones mexicanas.

El expresidente norteamericano aseguró hace unas semanas en una entrevista para la revista BusinessWeek: “Están sucediendo cosas malas, algo realmente malo está pasando allá en México. China está construyendo enormes plantas de automóviles. Van a dejar sin trabajo al UAW (sindicato de trabajadores del sector automotriz). Las están construyendo en México para fabricar autos para venderlos en Estados Unidos, ¿Qué ganamos con esto?”.

Lo cierto es que en México solo existe una fábrica de autos de una marca china, la cual es pequeña y de capital mexicano; la mayoría de los automóviles chinos que compran los mexicanos en territorio nacional entran al país como producto terminado.

Una de las propuestas del candidato republicano que más podrían perjudicar a México es la relativa a que se graven con un impuesto las remesas que se envían desde los Estados Unidos al país azteca.

Lo único que podría beneficiar a la economía mexicana de las propuestas de Trump sería que elevara los aranceles de importación de los productos chinos del 20% que es actualmente al 60%, lo que encarecería las mercancías del gigante asiático y daría ventajas a las exportaciones de México.

El proyecto de Kamala Harris es también proteccionista, basta recordar que como senadora la hoy candidata se opuso a la firma del Tratado México – Estados Unidos – Canadá (T-MEC) en el 2020, argumentando que no se defendían los derechos de los trabajadores de los países socios y que no había un compromiso para luchar por el respeto al medio ambiente y frenar el cambio climático en la región.

Previamente la candidata demócrata, como representante de la cámara alta se había declarado opuesta al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica.

En lo que se refiere a la revisión del T-MEC que arrancara las consultas el próximo año, cualquiera de los dos serían muy duros para negociar mostrando su agenda proteccionista.

Lo más seguro en la negociación del acuerdo comercial del 2026 es que se endurezcan la petición de aumentar el contenido estadounidense de los productos comercializados en la región de Norteamérica.

Por otra parte, la política fiscal de los dos candidatos a presidir el gobierno de los Estados Unidos propone la baja de los impuestos, Trump a las empresas y las familias, mientras que Kamala Harris reduciría las contribuciones fiscales a los trabajadores y subiría a las empresas del 21% que se cobra en la actualidad al 28%.

La candidata demócrata propone para su gobierno nuevos programas sociales, y compensar solo parcialmente el aumento de gasto con aumento de los impuestos a las empresas.

La oferta propuesta de los dos aspirantes en lo que se refiere a su política fiscal, pero sobre todo la de Trump, aumentaría el déficit fiscal de los Estados Unidos y la deuda pública, lo que podría llevar a una mayor inflación y aumento en las tasas de interés, y en consecuencia una contracción en la demanda que afectaría a las exportaciones mexicanas.

El gobierno del segundo piso de la Cuarta Transformación será presionado muy fuerte por cualquiera que sea el ganador de la contienda electoral del vecino del norte, sobre todo en lo que se refiere a la política migratoria y la guerra contra el narcotráfico, ya que los dos candidatos tienen una política antinmigrante y culpan a México por el aumento del tráfico de drogas.

Muchas de las promesas de campaña de los aspirantes a la presidencia estadounidense serían difícil de llevar a cabo ya que están muy estrechamente relacionadas las economías de la región de Norteamérica y hacer cambios podría afectar al consumidor estadounidense con precios más altos de los productos y servicios.

La administración de la presidenta Claudia Sheinbaum será también presionada por el gobierno de los Estados Unidos sobre todo si gana Kamala Harris para que no lleve a cabo la reforma al poder judicial y el proyecto para la desaparición de los órganos autónomos.

Para la economía mexicana cualquiera de las dos opciones que gane la presidencia en los Estados Unidos representa riesgos, y como decían los antiguos narradores, para los mexicanos es tan malo el pinto como el colorado.

X: @esquivelancona_