El Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) anda muy sentido en estos días, o bien desde hace ya casi 3 años, pero cada vez la lista de personas que él dice y asume que no lo quieren va en aumento.
Y es que sí, hay gente que no simpatiza con él, pero el lo toma muy personal y entonces lo interpreta como un no “no me quiere”.
En lo personal yo no simpatizo con sus ideas y con su modo de gobernar, sin embargo no es que no lo quiera, o que lo odie. Y es que el presidente AMLO ha querido “enamorar” a sus seguidores, jugando con los afectos para desde ahí poder manejarlos a su antojo. Por eso la gente que le sigue y lo apoya le reitera que “lo queremos mucho”.
No sé si a un presidente se le debe de querer mucho o no.
O tiene una buena aceptación por hacer bien las cosas o puede caer bien, o puede caer mal. Pero el presidente quiere ir más allá de eso. Quiere que lo quieran. Y eso implica guardar silencio ante sus errores y desatinos. Para él eso es amor. Y por eso repite una y otra vez su frase de “amor con amor se paga”. Tú te callas y no me atacas, y yo no digo nada de ti. Así se las juega yo creo. Así se las gasta.
Hoy, todavía viviendo el clima femenino en el ambiente por la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, atacó a Azucena Uresti, comunicadora de un noticiero, que su función es dar las noticias. No es una reportera y tampoco periodista, es comunicadora. Y como tal transmite y comunica noticias que no le favorecen al presidente pero no porque sea un tema personal, sino porque no hay noticias que favorezcan al presidente. Es decir, ella da noticias que son reales, que narran la situación del país, pero entonces AMLO contraataca y la exhibe en su poderosa mañanera, con todo y nombre completo y foto ( sí, hasta la foto puso de ella, como para exhibirla aún más) diciendo con voz trágica que Azucena pues “no lo quiere”. Tan solo por decir la verdad y dar a conocer las noticias.
Azucena Uresti me parece una mujer que además de inteligente, es bondadosa, muchas, muchísimas veces me ha ayudado para replicar peticiones de medicamentos para niños con cáncer y otras cosas más que las personas necesitan. Siempre está dispuesta a ayudar con la herramienta más poderosa con la que contamos hoy en día, que es Twitter. La admiro desde el día que fue moderadora en un debate entre candidatos para la presidencia. De mente ágil y súper inteligente mantuvo interesantísimo aquel encuentro.
No. No me parece justo que el presidente la señale de esa manera. La arriesga y la expone al poner su fotografía incluso.
Y no, no es que Azucena no quiera al presidente, es que ella da las noticias y si no hay noticias buenas para el país, no es por falta de amor hacia el presidente y no es por odio hacia él. Es que no hay nada bueno que esté pasando en México que comunicar en su noticiero. Pero tampoco ¡en ningún otro noticiero!
Por eso es que la lista de personas que el presidente AMLO cree que no lo quieren ha ido creciendo y crecerá cada vez más y más. Porque en tanto no hayan buenos resultados que comunicar, las personas que se dedican a difundir noticias, al transmitirlas automáticamente se vuelven enemigos del presidente.
Don López Obrador, usted necesita todo el tiempo del reconocimiento de las personas. Por eso se aferró a la presidencia. Quería sentirse amado y halagado todo el tiempo y no hay mejor puesto que ser presidente para que eso suceda.
Azucena no lo odia. Tampoco Joaquín López-Dóriga, ni Loret de Mola, ni Brozo, y pensándolo bien, ya a estas alturas tampoco cree que lo odie Ciro Gómez Leyva, ¿verdad?
Por favor, señor presidente, cuide de las mujeres de este país, cuide a Azucena Uresti, porque esa es su obligación aunque no le caiga bien, aunque ella no lo adule. Ella no lo odia. Ella sólo está haciendo su trabajo.
Le suplico por favor un poco más de empatía con quien no comulga con usted. Siempre ha repetido que “Yo gobierno para todos” y pues no es así. Solo gobierna para los que precisamente lo quieren. Para los que no lo queremos, somos invisibles
.Y si lo que usted Señor Presidente busca es amor, pues gáneselo. Lo invito a enamorar a nuevas masas, a nuevas personas, a personas que no simpatizan con usted, vamos… enamórelas.
Pero con tanto drama, ¿así cuándo?
Solo muestra debilidad y lo que necesitamos de un presidente es seguridad y confianza.
En fin, aquí escribiendo imaginando que él me lee.
Qué bueno que ustedes sí lo hacen.