Una de las muchas preguntas que surgen tras la penosa salida del mercado de la aerolínea Transportes Aeromar es ¿quién ocupa el espacio que deja Aeromar? Y es difícil responder, pues las aerolíneas nacionales que quedan se repartirán el pastel; Aeroméxico Connect anunció desde hace semanas algunas de las rutas que eran de Aeromar, ellos van a tomarlas, y otras tantas serán operadas por VivaAerobus y Volaris.
Sin embargo, habrá destinos que irremediablemente nadie operará, como los vuelos que salían desde del Aeropuerto de Puebla, con destinos de playa: Ixtapa Zihuatanejo y Acapulco.
Sabemos que uno de los grandes encantos de Aeromar era el uso de aviones modelo ATR, modernas aeronaves de turbohélices que por su tamaño y capacidad -de 50 a 100 pasajeros-, les resultaba muy cómodo aterrizar en aeropuertos medianos y pequeños.
Tanto la flota de Volaris como la de VivaAerobus manejan aviones modelo Airbus A320 y A321, que transportan de 174 a 240 pasajeros, por lo tanto son aviones medianos, de cabina angosta, a diferencia de los pequeños ATR´s.
La realidad para la aviación nacional es que llenar el espacio que deja Aeromar no va a ser sencillo; durante algunos meses vamos a estar con destinos sin comunicación vía aérea, lo cual es muy triste y preocupante, porque la aviación comercial no solo transporta pasajeros, sino también mercancías.
No está de demás recordar que tras la salida de Click, de Mexicana de Aviación (2010), Aeromar se convirtió en la reina de lo que se conoce como “Mundo Maya”, pues se movía en aviones pequeños de menos de 100 pasajeros llegando a destinos como Palenque, Tuxtla Gutiérrez, Guatemala y Tapachula, por mencionar algunos destinos.
Eso explica algunas cosas. No me sorprende en absoluto que la aerolínea guatemalteca TagAirlines, cuyo CEO es Julio Gamero, haya manifestado interés por operar desde el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, justo después de que el Presidente de México haya propuesto abrir el cabotaje. Tag Airlines anunció su intención en el marco de la entrega que le acaba de hacer la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) para formar parte de esta asociación, es decir, ya le dieron su membresía.
Esta aerolínea guatemalteca, al igual que Aeromar, escogió el modelo de negocios de aviación regional, o de llegar a aeropuertos medianos y pequeños, utilizando el mismo modelo de avión: el ATR. Su flota es de 12 aeronaves, con capacidad para transportar desde 12 hasta 72 pasajeros. Eso los vuelve equipos ideales para los destinos del mundo maya, y no resulta nada extraño que “coincida” con la inauguración del Tren Maya a finales de año.
El tipo de aeronaves que manejan el resto de las aerolíneas nacionales, vuelve complicado cubrir el espacio que dejó Aeromar. Pero, si fructifica la modificación a la Ley de Aviación Civil en el rubro cabotaje, esta aerolínea guatemalteca aprovechará el nicho de mercado, así como la ausencia de competidores reales, lo que nos coloca en el inevitable camino de debilitar a nuestra aviación, ¿seguros que es lo que queremos?
Lo pregunto porque si lo vemos en aras de cubrir el espacio vacío, podemos decir: “pues que entre quien lo pueda llenar”, pero en los hechos, en caso de que se llegara a dar de esta manera, estaríamos entregando nuestros cielos a los extranjeros.
No estoy en contra de nuestros hermanos guatemaltecos, no quiero que se entienda así, pero quiero llamar la atención de las autoridades mexicanas, que no han hecho nada para fortalecer a la industria y protegerla. ¡Ojo!, no significa mantenerla o hacerse de la vista gorda y condonarles impuestos, por ahí no va el asunto.
Preguntas serias: ¿qué trabajo se ha hecho desde la Secretaría de Infraestructura Comunicaciones y Transportes (SICT) para el fortalecimiento de la aviación nacional?, ¿qué está haciendo con las rutas y los slots, incluso algunos pertenecientes a Mexicana de Aviación, que eran operados por su filial Click hace más de 12 años?
Tenemos un desorden bastante considerable; son muchas las rutas y los slots que “andan perdidos” porque desde hace varios sexenios no se pone orden ni se toma con seriedad el tema aeronáutico. El Gobierno Federal, a través de la SICT, otorga rutas y slots a cada concesión, esto es, a cada aerolínea se le da el permiso de operar.
Pero cuando quiebran, como ahora con el caso de Aeromar, las otras aerolíneas toman las rutas y slots que más les convienen, dejando a un lado “las menos interesantes”, sin embargo ahí siguen, no se han ido a ninguna parte, pero nadie las opera.
Lo anterior genera que aeropuertos como Tamuín, Nogales, Poza Rica, Guaymas, Tuxtla, Palenque, Toluca, Tehuacán, Ciudad Victoria, Cuernavaca, Ixtepec y Puerto Escondido, sean prácticamente terminales “fantasma”.
Esa es una de las razones por las que, en lo personal, me hierve la sangre cuando sólo se centran en el AIFA, como si toda la aviación partiera de ahí. ¡No señores!, dejen de centrarse en el AIFA y cuestionen ¿qué vamos a hacer con tanto aeropuerto vacío? Y eso que solo tenemos 78 aeropuertos en todo el país.
Zacatecas estuvo meses incomunicado en 2010, como consecuencia de que Mexicana de Aviación salió de operar; meses después la entonces SCT le “prestó” a Interjet la ruta y los slots de dicho destino, pero cuando Interjet cesó operaciones otra vez se quedó sin comunicación vía aérea. Pasan meses y le “prestan” la ruta y los slots a Aeromar, ¿vamos a repetir la historia?
Como en la película “el día de la marmota” ¿vamos a estar repitiendo las cosas una y otra vez?, ¿hasta cuándo la autoridad aeronáutica de este país tomará con seriedad este asunto? Lo vuelvo a preguntar ¿Quién ocupa “hoy” el espacio de Aeromar?