“Conservar enhiestos los castillos en el aire resulta muy costoso.”
LORD LYTTON
“Viento que lleva en rápido robo la hojarasca y desvía las flechas latientes de los pájaros. Viento que la derriba en ola sin espuma y sustancia sin peso, y fuegos inclinados. Se rompe y se sumerge su volumen de besos combatido en la puerta del viento del verano.”
PABLO NERUDA
El dinero de 109 (CIENTO NUEVE) fideicomisos extinguidos durante esta administración federal ¿dónde quedó?, ¿en qué se gastó? Nadie sabe, nadie supo.
De acuerdo con la Tesorería de la Federación, estamos hablando de 6,213,000,000 pesos (SEIS MIL DOSCIENTOS TRECE MILLONES DE PESOS).
¿Rendición de cuentas? ¡Naaaaah! Eso es demasiado neoliberal para los gustos de la cuarta transformación.
Obviamente los mexicanos tenemos derecho de saber qué pasó con los fideicomisos que López Obrador mandó desaparecer. Pero eso es en teoría, pues el derecho no se materializa; en este gobierno no hay transparencia.
Promesas por cuanto a qué hacer con ese dinero, sí. Muchas. Incumplidas todas. No fue a parar a financiar pensiones o becas varias (esto último se sabe a ciencia cierta por las cuentas que publica Hacienda, pero en concreto es imposible saber en qué se gastó ese dinero).
Ahora que el mandatario anuncia su nuevo objetivo para quedarse con el dinero de los fideicomisos del Poder Judicial, entre los que se encuentra el de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la pregunta obligada es: ¿para qué lo usará en realidad? Digo, fuera de ser parte de la estrategia cuatrotera para debilitar al máximo tribunal de la nación…
AMLO dice nuevamente que se destinará a crear becas. Curioso —falso y mucho muy demagógico—, pues los 44 fideicomisos que existían en el Conacyt y que —al menos en parte— se destinaban a investigación científica, desarrollo tecnológico y —¡oh sorpresa!— BECAS, se entregaron a la TESOFE en el 2020 para financiar “proyectos prioritarios”: Tren Maya, Dos Bocas y el AIFA… Así lo informó en la Cámara de Diputados la propia directora del Consejo, la doctora María Elena Álvarez-Buylla. No es suposición mía.
Ya que AMLO no lo hizo, pongamos entonces las cosas en claro: el Poder Judicial de la Federación tiene 13 fideicomisos que suman la cantidad de 20 mil 516 millones de pesos. La SCJN maneja 6 mil 99 millones; casi la totalidad restante lo administra el Consejo de la Judicatura Federal (14,402,204,138.55). Ahora bien —aquí el presidente tampoco dio los números correctos—, el presupuesto asignado al PJ para este año ronda los 77 mil 544 millones de pesos, de los cuales, 5 mil 630 millones son para la SCJN. En esta rama del Estado trabajan 51,000 personas.
Y dado que la 4t quiere dinero, más dinero, además de los 20 mil millones del Poder Judicial, ¿por qué no encontrar lo robado vía Segalmex (más de 15 mil millones)? ¿O por qué no le pide a Sedena parte de su fideicomiso FPAPEM, el cual asciende a más de 135 mil millones de pesos?
López Obrador dice que odia los fideicomisos porque son opacos. La verdad es otra: usa ese argumento para desaparecer los que él quiere apropiarse, pero existen otros 207 fideicomisos federales con poco más de 566 mil millones de pesos que desea preservar para no enemistarse o consentir a ciertos grupos. ¿Sabrá López Obrador que Olga Sánchez Cordero tiene su sueldo vitalicio por parte de la SCJN (además de su sueldo como senadora)? ¿Le mantendrá a ella sus privilegios?
Así, los fideicomisos a cargo de la la Defensa Nacional y de la Marina, manejan 134 mil 547 millones de pesos (a marzo de 2023); la SHCP precisó que la Sedena tiene cinco fideicomisos con 109 mil 330 millones de pesos, mientras la Marina tiene uno con 25 mil 217 millones de pesos.
Mientras tanto, el Fondo de Protección contra Gastos Médicos Catastróficos que contempla —“contemplaba” es mejor conjugación del verbo— el financiamiento de los tratamientos de cáncer infantil, en el 2018 disponía de poco más de 10 mil millones de pesos. Lo que es más, al inicio de este sexenio a ese rubro se destinaba de presupuesto 300 millones de pesos; para el 2022, este se redujo a 15 millones de pesos. En otras palabras, a la salud NO fue a dar el dinero de los fideicomisos…
En ese sentido, si se requieren recursos para becas, no es necesario ir por los fideicomisos del Poder Judicial. ¿Qué tal que mejor solo meter orden en el presupuesto federal?
Pero, bueno, sabemos que de lo que se trata es de buscar pretextos, y el de las becas es genial para hacerse de aún más dinero.
Y sirve, de paso, para el golpeteo político. Por eso, AMLO aprovechó para retar a Santiago Creel “a presentar una iniciativa para que desaparezcan los fideicomisos del Poder Judicial… para destinar ese dinero a estudiantes”. Veremos si el panista oponente, que ha venido creciendo en las encuestas, tiene suficiente colmillo para salir de este brete. Espero sí, por él, si aspira a competir por la Presidencia...
¿Terminarán los fondos en muchos millones de sobres amarillos? Lo más probable; financiar las eternas campañas cuesta.
El usar los fideicomisos es desaparecer los ahorros de sexenios, dejar de invertir en innovación, tecnología, educación y salud. Y es que este régimen no piensa en hacer al país y a la sociedad más productiva, sino en horadar los ahorros.
El candidato eterno que requiere el dinero de los fideicomisos seguirá manteniendo una perorata del que está en campaña; el gobernante que ocupa Palacio Nacional, pero nunca apareció.