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Todo lo anterior apareció en la pantalla de mi celular —también en mi computadora— cuando quise leer a las seis de la mañana de este domingo un artículo de Hernán Gómez Bruera. Olvidé que, hace días, lo mismo había ocurrido cuando intenté abrir una columna de Jorge El Güero Castañeda.
¿Sesenta y nueve pesos para poder disfrutar de El Universal? Es demasiado. Sus administradores deberán bajar el precio, y en forma notable, si me quieren de suscriptor.
Sí pago —bastante más y con gusto— por los contenidos de tres periódicos mexicanos, Reforma, de la Ciudad de México; El Norte, de Monterrey, y Mural, de Guadalajara. Pertenecen a la misma empresa, controlada por la familia Junco. Y es que, pese a todo —a veces me desesperan sus comentaristas tan cargados a la derecha—, le tengo cariño a tal grupo editorial, y ni hablar.
Estuve suscrito a Proceso pero renuncié porque resultaba complicadísimo pagar la cuota anual. Creo que ya no lo intentaré porque la revista histórica fundada por Julio Scherer naufragó en el sexenio de AMLO y no se ve cómo pueda renacer en el de Sheinbaum.
De los medios de comunicación extranjeros pagaba por el alemán Der Spiegel, pero se venció mi tarjeta de crédito y se canceló la suscripción. Lo leía traducido por Google porque me agrada. Cuando tenga tiempo, y desde luego ganas, de nuevo me daré de alta. Algún día pagaré por el Financial Times —también me gratifica su estilo, aunque caiga en una excesiva ideologización conservadora—; en este momento no tengo necesidad de hacerlo porque con legalidad normalmente me comparten sus artículos más interesantes.
Por El Universal no voy a pagar ni un solo centavo. No es un mal periódico, pero no vale sesenta y nueve pesos al mes. Si el precio disminuyera a seis pesos mensuales, o menos, tal vez me suscribiría.
En fin, aquí le paro a mi desahogo por la frustración de no poder leer a Gómez Bruera y al Güero Castañeda. Tengo en este momento algo más importante que hacer: prepararme porque, en media hora, empieza en ESPN la transmisión de la novena etapa de la Vuelta a España. Será un recorrido de de alta montaña con final en Granada, tierra soñada por Agustín Lara, famosa por la Alhambra y porque ahí nació y ahí mataron al poeta Federico García Lorca: lo ejecutaron después de acusarlo de masón, homosexual, socialista y de convivir con gente que practicaba el “marxismo judío”.
Espero que le vaya muy bien al joven mexicano Isaac del Toro, quien con 20 años de edad está debutando en las grandes competencias ciclistas.