“Ya no recuerdo qué me hizo un día quedarme a tu lado

Por más que quiera, no recuerdo qué pude encontrar en ti

He estado ciega demasiado tiempo y ahora estoy cansada de seguirte el juego

Cuando nazca el alba estaré muy lejos, muy lejos de ti

No te puedo creer

Ya ni quiero creerte

Te olvidaste de mí

Me tenías enfrente

Esta idiota se va

Voy a cambiar mi suerte

Ya no temo tu voz

Tú, tú me has hecho más fuerte.”

MATEO ECHANIZ

A Lilly la han tratado de acabar. En unas cuantas semanas ha conocido de traiciones, trapacerías, presiones y abandonos. Lo típico de la política y también del empresariado cuando se mete en ‘la polaca’, si bien pocas veces se da todo de golpe y al unísono…

Mas así fue para ella en últimas fechas, vulgaridades y ataques en redes incluidas. De esas lecciones que todos nos sabemos de memoria en teoría (la gente suele ser como una veleta; da y quita su apoyo conforme a sus intereses), pero que hay que vivirlas para morir o renacer de verdad.

La forzada salida antes de ni siquiera empezar el proceso de recolección de firmas para pasar a la segunda etapa de construcción de una candidatura presidencial por parte del Frente Amplio por México.

Nada que tres semanas de repliegue y reconsideración no permitan superar.

La legisladora está a unos días de volver. Y se espera lo haga sin ‘pedir permiso’. Así debe ser.

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Sin decir agua va, Lilly Téllez reaparece. En el momento más álgido de la discusión de la burla que significan los nuevos Libros de Texto Gratuitos, la senadora compartió un tuit fino y a la vez demoledor: “mis sinceras felicitaciones al presidente López y a la Doctora Beatriz Gutiérrez por enviar a su hijo a estudiar a Reino Unido y no a Cuba. Alejar a su hijo del modelo educativo de Marx Arriaga y Elena Álvarez-Buylla les merece un reconocimiento como buenos padres de familia”. Brutal, cuando todo lo dicho es cierto y no puede ser negado.

También, luego dijo del director de Materiales Educativos “es un burrócrata dispuesto a dar la vida, pero no la cara”.

Si lo decide, así sin aspavientos, alharacas o grandes anuncios —pero sobre todo de forma netamente orgánica—, se podría colocar en un santiamén como una seria competidora para ser la próxima jefa de gobierno de la Ciudad de México. En esta chilanga ciudad, que es evidente quedó dividida al menos desde el 2021, hay muchos millones que se sienten (o llegarían a sentirse) representados por ella. Esos que no se identifican bien a bien ni con unos ni con otros.

No pocos buscan su franqueza, su expresión sin tapujos y abierta. Saber dónde está parada la señora y que no cederá solo por conseguir patrocinios.

Lilly Téllez es conservadora, pero no en el sentido que le imputa al término López Obrador y que ya todos damos por hecho. No, es conservadora en relación a ciertos valores muy arraigados en el catolicismo y hay —al menos eso intenta— congruencia entre lo que es su actividad pública y sus creencias.

Exponer su punto de vista la ha metido más de una vez en el ojo del huracán, pero no por ello las ha escondido, al contrario.

Sus posibilidades en la Ciudad de México son altas pues representa a diversos grupos a los cuales siempre les ha dado voz: desde las mujeres violentadas hasta los desencantados de López Obrador, ella siendo un notorio caso.

Desde abogar por los niños con cáncer, hasta exigir que pare el desabasto de medicinas. El solicitar que el INAI tenga sus comisionados, apoyar a las madres buscadoras, señalar las múltiples pifias del Dr. López-Gatell y aguantar las barbajanerias de Citlalli Hernández y demás “feministas” de la 4t en el Senado. Muchos otros grupos y estratos que menciona el columnista Gil Gamés, “En busca de los deciles perdidos”. Y hay más.

Lilly ha regresado para lanzarse por la CDMX, dado que le negaron la oportunidad de competir por la Presidencia. Y lo hará sin pedir permiso.

A veces pareciera que ella tendría tal fortaleza que otros actores, así como partidos políticos terminarán por voltear a verla. Con los apoyos ciudadanos sumados y articulados en la capital, ya llegará el tiempo en que la buscarían; le rogarían.

Máxime si el que va como candidato de la 4t (y todo apunta que así será) es el galeno López-Gatell. Sí, AMLO prepara las cosas para impulsar al doctor que fracasó en la pandemia y que después ha llevado al desastre a todo un sector. Morena le lanzaría para enfrentar a Chertorivski quien, sin ser médico, sabe mucho más de salud pública que Gatell.

Si el subsecretario de Salud es el candidato de la 4t para la capital, se requiere una candidata por el Frente que no le tiemble la voz para recordar que, gracias a la estulticia del médico, el desastre cunde en el sector.

En cuanto a que sí los partidos que conforman al Frente la apoyarían o no desde un inicio, poco importa. Somos testigos de que los partidos de oposición en realidad no existen, no pintan, no son nada sin algunas conocidas figuras.

Crecer orgánicamente, socialmente, y que luego sean los partidos o distintos grupos empresariales quienes se sumen a una candidatura ya crecida.

En la capital mexicana puede que escuchemos en un futuro ya nada lejano un “háganse a un lado que ahí les voy”.