Es inverosímil el nivel de estupidez del que hacen gala los ex presidentes panistas con sus tweets, particularmente en temporada electoral, eso ya no es cosa de borrachos, ni de marihuanos; es obvio que reciben algún aliciente monetario de parte del gobierno para caer tan bajo, como el boxeador que se deja caer en el tercer round, pagado por apostadores deshonestos.
Quisiera saber cuánto dinero destina el “Peje” a esa pareja de idiotas (con ese dinero quizás se podrían adquirir más vacunas, medicinas para los niños con cáncer, rescatar a Claudio X de la miseria, etc.)
El expresidente Felipe “Borolas” Calderón, tuiteó: “¡Pobre México!
En ciertos momentos y en muchos lugares lo han dejado en manos de criminales, abandonado a su suerte”, acompañado por la imagen de Erika Briones, candidata de la coalición PAN-PRD a la presidencia municipal de Villa de Reyes, San Luis Potosí, quien grabara un video con lágrimas en los ojos, denunciando un ataque contra su persona durante su cierre de campaña, ante la supuesta indiferencia de guardias del Estado Mayor. Podría ponerse en duda la veracidad de su denuncia (lo cual, ya se está investigando y hasta hay personas detenidas), lo cierto es que, en el video, la candidata desvía el tema de su intimidación personal (agregando que ya antes había sido objeto de violencia política de género), hacia una supuesta intimidación al electorado, declarando: “dejen la oportunidad de que la gente vote libre por lo que quiere, que no quieran inhibir a la gente con estos juegos sucios”, pues la que recibió la agresión fue ella, no la población, haciendo un giro dramático que presupone que ella encabeza las preferencias, y que al sacarla de las elecciones a la mala, los pobladores se quedarán frustrados en sus casas, anulando su voto por temor.
Independientemente de si se trató un atentado real o un montaje, es una verdadera imprudencia que Calderón se monte en el hecho para decir que “se ha dejado al país en manos de criminales” (si lo hubiera declarado en el cierre de campaña de Erika, ésta le hubiera tapado la boca, gritando: “¡Qué pasen los mariachis! ¡Estamos en una fiesta democrática!”), pues lo único que logró, es que todo mundo recordara los episodios de terror durante su mandato, destacando los asesinatos de los estudiantes Jorge Mercado y Javier Arredondo, el 19 de marzo del 2010, en el Tec de Monterrey, en Nuevo León; y la masacre de estudiantes en Villa de Salvárcar, Ciudad Juárez, Chihuahua, el 31 de enero del 2010 (en ambos casos, Calderón criminalizó a los jóvenes), sin contar con cientos de víctimas de “daños colaterales”, y la cloaca que se destapó con el apañón de su brazo derecho en materia de seguridad: Genaro García Luna, que solo confirmó lo que todos ya sabíamos, detrás de su guerra contra el narco, “Borolas” se asoció con cárteles del narcotráfico.
Está bien que Calderón diga éstas cosas en la cantina, pero no en Twitter, durante la antesala de unos comicios. Le puede costar votos a la coalición de la derecha (que alguna vez soñó reinstalarlo en la silla, a través de su esposa, candidata de México Libre).
A propósito de unas manifestaciones de estudiantes normalistas, Andrés Manuel López Obrador, declaró: “Yo no soy Díaz Ordaz”, y cual chachalaca pacheca entoloachada, el expresidente panista Vicente Fox, reviró en Twitter: “Pero había orden, progreso y crecimiento. Este gobierno ni una cosa ni la otra. Es un gobierno fallido, vacío y sin nada de contenido” (cuando la señora Martha leyó eso, corrió a quitarle su dispositivo y se lo llevó a ver la repetición del partido del Cruz Azul).
En primer lugar, nadie recuerda a Gustavo Díaz Ordaz por un gobierno de “orden, progreso y crecimiento”, sino por la masacre del 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas, Tlatelolco (un acontecimiento dentro de su sangriento sexenio de represión y terror, algo que, a la coalición derechosa contra la 4T, le gustaría permaneciera en el olvido, al menos durante la jornada electoral). En segundo lugar, aquí lo único “fallido, vacío y sin nada de contenido” (y sin pensión), es Fox. En tercer lugar, que mejor Fox solicite a los “intelectuales” contratados por Sí por México, que le enseñen un poco de historia, redacción y plastilina II.
El presidente debería darle dos medallas a Fox: una por ayudarle a Morena, y la otra, por si pierde la primera.