Un par de rastreadores colocados uno en una bolsa de arroz y otro en un paquete de papel higiénico, dejaron al descubierto lo que parece ser un gravísimo acto de rapiña, de indolencia, de desfachatez, y de criminalidad por parte de las autoridades de la Ciudad de México, tras una investigación de la periodista Pamela Cerdeira, quien reveló que algunos de los víveres donados por la población en la capital del país para los damnificados por el sismo de febrero pasado en Turquía nunca llegaron a su destino.

Fue la propia Cerdeira quien por medio de sus redes sociales y los diversos medios de comunicación para los que colabora dio a conocer su investigación.

Con objeto de respetar puntualmente el testimonio de la periodista, me permití replicar el texto íntegro de su publicación:

“El 6 de febrero del 2023 Turquía y Siria vivieron uno de los terremotos más devastadores de los que se tenga registro. La comunidad internacional se solidarizó y entre ellos estaba México, siempre empático con una tragedia que conocemos en la propia piel.

El gobierno de la Ciudad de México instaló un centro de acopio para recibir víveres. Todo fue un poco extraño pues lo anunciaron antes de tenerlo operando y a pesar de que los medios ya daban información de cómo y qué llevar, el centro no estaba abierto. Finalmente el centro de acopio quedó instalado.

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Me pregunté, como seguro lo hacen muchas personas que acostumbran donar víveres, ¿estos sí llegarían a Turquía? Principalmente porque me parecía que comprar cualquier artículo de primera necesidad y enviarlo a Turquía era un esfuerzo absurdo, siendo mucho más eficiente donar a alguna organización que estuviera en el sitio, pero no podía quedarme con la duda, así que decidí donar una bolsa de arroz y un paquete de papel de baño. Solo que mis víveres iban a contarme una historia, la del camino que tomarían. Instalé un Airtag en cada uno de los artículos lo que me permitió monitorearlos desde un inicio, la pila del Airtag dura un año y manda señal con su ubicación cada vez que tiene un dispositivo Apple cerca. También abrí una cuenta en Twitter para dejar registro de su movimiento. Este trabajo lo hice durante cuatro meses. El centro de acopio fue cerrado rápidamente y a pesar de que la Embajada de Turquía y la Secretaría de la Defensa presumían los aviones que salían con la ayuda, mis artículos seguían en México.

El papel de baño estuvo la mayor parte del tiempo en las oficinas de la Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México y la bolsa de arroz en un almacén de la Secretaría de Finanzas, también del Gobierno de la Ciudad de México. ¿Por qué fueron separados?

Pregunté a través de la Plataforma Nacional de Transparencia (¡ya ven para qué necesitamos al INAI y los organismos de transparencia locales!) cuántos víveres habían recibido y qué habían hecho con ellos. Adjunto la respuesta, pero resumo: recibieron 30 toneladas de ayuda y todo fue enviado a Turquía. Por cierto, la memoria fotográfica que adjuntan a la respuesta es del centro de acopio, no de los víveres siendo entregados.

Pasaron varias semanas hasta que mis artículos cambiaron nuevamente de ubicación. El arroz parecía estar en un edificio habitacional y el papel en un mercado. Dar con el arroz ha sido complicado pues no me han permitido acceder a las posibles ubicaciones: una biblioteca de la SEP y una escuela, curiosamente en esa misma dirección el diputado de Morena Oscar Gutiérrez Camacho llevó a cabo su banco de alimentos para ayudar a la población, por cierto, lo busqué para entrevistarlo pero no tuve respuesta.

En cuanto al papel de baño, llevo tres visitas al mercado para poder dar con la ubicación exacta. ¿Cómo llegó hasta ahí? Es una pregunta con una respuesta muy complicada y que en parte requiere otra investigación adicional”.

Pero no todo quedó ahí, poco después de que salió la investigación, el secretario de Gobierno de la CDMX, Martí Batres, afirmó en entrevista con Cerdeira que iba a revisar los datos que él tenía pero que se le hacía raro porque ellos entregaron todo a la SEDENA y confiaban en que el Ejército envió todo a Turquía.

Luego publicó un video en redes sociales en el que muestra un papel, un acuse de la SEDENA por las toneladas que recibió de la CDMX.

Nueva información sugiere que también desaparecieron 10 toneladas de víveres, esto, después de que la SEDENA afirmó el 15 de febrero en un comunicado que habían enviado a Turquía 100 toneladas de víveres: 75 reunidas por la Embajada de Turquía, 5 del fondo de la SEDENA y 20 recolectadas por el gobierno de la CDMX., pero vía transparencia el gobierno de la CDMX le dijo a Cerdeira que habían enviado 30 toneladas, de manera que 10 toneladas se esfumaron.

Por cierto, tras la polémica que ha generado el excelente reportaje de quien hasta hace unos días estuviera al frente del espacio de las 8 de la mañana “De pisa y corre” en Imagen noticias, la Jefa del Gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum cuestionó por qué esta pieza periodística aparece meses después de que se efectuó la colecta.”Me llama la atención que este documental salga en este tiempo político porque hace tiempo fue la colecta para Turquía, entonces es de llamar la atención que ahora resulta que meses después apenas está saliendo este tema, parece que tiene orientación política, eso es lo primero”, comentó. Sheinbaum Pardo dijo que si algún servidor público se pasó de vivo será sancionado, pues la Contraloría realizará una auditoría de los víveres recolectados.

Cabe recordar que el gobierno de la Ciudad de México junto con la Embajada de Turquía instalaron dos centros de acopio para ayudar a los damnificados del temblor de 7.8 grados, en donde se solicitaron artículos de higiene personal, ropa y alimentos.

Uno de ellos, el Megacentro de acopio ubicado en el Zócalo de la Ciudad de México, fue habilitado por la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) y el gobierno capitalino. Así que si usted llevó sus víveres para los damnificados a dicho centro, ya puede empezar a dudar si los artículos llegaron a su destino o si algún miembro de la Cuarta Transformación decidió darles un uso distinto.

Lo cierto es que no debe bastar con que Martí Batres muestre un papelito como acuse de recibo, o que Sheinbaum se lave las manos desviando la responsabilidad hacia algún funcionario público de bajo nivel, siendo que ya sabemos que generalmente terminan pagando justos por pecadores.

Se debe llevar una investigación a fondo pero no por parte de las autoridades de la Ciudad de México o del gobierno federal porque sería en vano, es decir, a lo mucho terminarían presentando chivos expiatorios. Lo conducente es que sean instancias internacionales las que lleven a cabo las indagatorias, siendo que se trata de un tema de interés internacional.

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