Roberto Gómez Junco, un hombre ni siquiera medianamente culto, que fue un futbolista profesional de medianito pa’ abajo, pero que además, se pretende presentar como un intelectual de izquierda, intentando ser visto como un Valdano o Bielsa mexicano, cosa de lo que está a años luz de serlo, ha utilizado sus plataformas para pretenderse poeta y no es algo que yo me invente o exagere, los patéticos videos están en la red.

Ahora, ¿por qué cae de mi gracia (y de la de muchos miles de aficionados)? El señor progreso buena ondita, dijera el presidente, se ha exhibido como un total ignorante de las leyes y de la historia de su propio país. Sí, el mismo, que ha escondido su racismo envolviéndose en nuestro lábaro patrio, al condenar, criticar y maldecir la posible inclusión del futbolista en la selección nacional, nacido en Colombia, pero ya nacionalizado mexicano, Julian Quiñones, quien no está de sobra decir que llegó a México aún siendo menor de edad contratado por los Tigres, y jugando en Puebla, con el cuadro universitario Lobos BUAP, luego con ATLAS y hoy con el América, que además se casó con una mexicana y tiene hijos mexicanos. Y hasta absurdo es recordarle que es, ante la Ley, igual de mexicano que él y que yo.

Eso sí, curiosamente, Gómez Junco festinó la inclusión de Santiago Giménez (nacido en Argentina, de padres argentinos) en la Selección Mexicana. No quisieramos pensar que su paradójica diferencia de criterios ante casos idénticos se deban al tono de piel de ambos; no porque tenga una sobrina (también futbolista de selección) viviendo en los Estados Unidos lo hace anglosajón; ¡así los complejos!

Bastaría recordar a Gómez Junco que nuestra tercera raíz es justamente africana, que se de una vuelta por la costa chica de Guerrero, la de Oaxaca o partes de Veracruz, Cuajinicuilapa por ejemplo, quizás sea la localidad en todo el continente americano más parecida a una aldea africana en todo, costumbres, música, rituales, viviendas, etc., o bien que se lea uno de varios libros que tratan sobre el tema, o ya si es muy perezoso para eso, que tome su computadora y vea algún documental, de los muchos qué hay, respecto al tema. En fin, vaya lopezobradorista nos salió este, con un racismo que, justificación tras justificación, no ha hecho sino que evidenciarlo aún más.