Justamente después de cumplir un año en operaciones, la nueva aerolínea del Estado, Mexicana de Aviación comenzó con reajustes, por ejemplo, con una nueva página web.
Eso ya nos da claras señales de algo que es muy normal en la aviación: la modificación de rutas, frecuencias y equipos, porque la aviación es sumamente cambiante.
Sin embargo, diversos medios de comunicación, comunicadores e influencers en redes sociales no perdieron la oportunidad para “poner el grito en el cielo” y tratar de convertir en escándalo un hecho de lo más común.
Quedó al descubierto su pobre capacidad de comprensión (para decirlo elegantemente), pues no dudaron en tildar de “fracaso”, “quiebra” y demás adjetivos a procesos normales, necesarios e incluso deseables, que vamos a aclarar en este espacio.
La aviación es una industria que siempre está al filo de la navaja, y que le da un toque de emoción para todos aquellos que la amamos a profundidad, y que conocemos sus “intríngulis”. Es un hecho, si no se toman en cuenta las diferentes aristas del poliedro que es la industria, sin falla se tendrá una lectura errónea, incompleta y tendenciosa.
¿Qué pasó con el caso de las cancelaciones de rutas en la nueva Mexicana? Si vemos el tema con total desconocimiento y sin bagaje alguno, terminaremos dando opiniones, de “ya se veía venir”, “acaban de festejar un año y ya cierran rutas”, “es inviable” y un largo etcétera.
Ahora, esta misma pregunta debe responderse con los pelos de la burra en la mano, o sea con información, así sabremos qué fue lo que en realidad pasó. Vamos por partes: existe una empresa arrendadora de aviones Embraer, la misma con la que en algún momento le rentó aviones a Transportes Aéreos Regionales (TAR).
La arrendadora le rentó tres equipos a la nueva Mexicana, y como en todos los contratos, existe una temporalidad pactada. Pues bien, dicho contrato de arrendamiento feneció.
Así de simple y de sencillo, terminó el contrato sobre los aviones modelo ERJ45, con capacidad de 50 plazas. Estos equipos cubrían exactamente 8 rutas de la nueva aerolínea; por ello se ha decidido -de manera temporal- cerrar las rutas, mientras se revisa la conveniencia de negociar un año más de la renta de esos tres aviones, o bien cambiar de proveedores.
Un punto que no podemos dejar a un lado, y al que nos hemos referido largo y tendido en este espacio, es en la escasez de aviones. A pesar de todo, Boeing sigue con grandes retrasos en sus entregas, y en el caso de Airbus, el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania le ha dificultado conseguir la materia prima para la construcción de sus aviones.
En buen español: es difícil conseguir equipos; las arrendadoras están sobrepasadas y no se dan abasto, la demanda de aeronaves está en uno de sus puntos más altos.
Ahora bien, es un hecho que a partir de mediados del 2025, la nueva Mexicana empezará a recibir sus nuevos equipos, contratados con la fabricante brasileña Embraer, pero los aviones no llegan de golpe y porrazo, como he subrayado con antelación.
Se tiene previsto que en la segunda parte del 2025 la nueva Mexicana reciba 5 aviones modelo E 192-E2, con capacidad de 132 plazas, van a ir llegando -de uno en uno y poco a poco-, igual que les llegan sus aeronaves a Viva, Volaris o Aeroméxico.
Este reajuste de operaciones, va en concordancia con un anuncio que ya habían hecho con antelación: la apertura de dos bases más, que se adicionan al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA); una en Tijuana y otra en Tulum. La finalidad es que desde dichos aeropuertos se operen rutas internacionales, a Canadá, Estados Unidos y Centroamérica.
Es evidente que tienen que analizar si les conviene continuar con el arrendamiento de los tres ERJ45, o de plano se esperan a la llegada de los nuevos E 192-E2.
Resulta muy entretenido que ante este panorama, muchos opinadores hacen drama, sin tomar en cuenta que este tipo de encrucijadas suceden en todas las líneas aéreas del mundo.
A veces por motivos de seguridad las aerolíneas se ven obligadas a dejar en tierra ciertos modelos de avión, como le pasó a Aeroméxico con los aviones de la familia MAX de Boeing; o el caso de los motores Pratt & Whitney, que afectó por igual tanto a Volaris como a Viva, pero dichas compañías aéreas tomaron soluciones totalmente distintas.
Volaris tuvo que afrontar la crisis con una caída de pasajeros, al poner sus aviones en tierra, además de verse obligada a frenar su expansión, por lo que se puede analizar que no será sino hasta el 2026 cuando pueda dar por finiquitado este capítulo con los motores de sus 33 Airbus A320NEO y A321NEO, que a la fecha se mantienen en tierra por seguridad, y que forman aproximadamente casi el 30% del total de su flota aérea.
En cambio Viva optó por la salida del “wet leasing” (arrendamiento húmedo), con Avion Express, y que le ha traído múltiples críticas durante todo este tiempo. Afortunadamente los pilotos y las tripulaciones de Viva ya operan los aviones de la compañía arrendadora afincada en Malta.
Y qué podemos decir del caballero águila, que ha cancelado su ruta a Quito, Ecuador, y no sabemos cuándo regresen a operarla. Lo mismo pasó con la ruta a Seúl, que apenas en agosto del año pasado la volvieron a reactivar; también de manera temporal suspendió las rutas a Santiago de Chile, a Barcelona y a Roma, sin olvidar el caso de Shanghái, donde definitivamente terminaron por salir.
Sin embargo, no se queda escrito en piedra. Es muy probable que en un futuro puedan retomar la ruta a China, porque así es el mundo de la aviación; se abren y se cierran rutas a cada rato, se experimenta si es atractiva o si conviene por el manejo de carga.
No olvidemos que la aviación comercial además de transportar pasajeros, transporta carga; si no me creen, pregúntenle a Aeroméxico, que a nivel nacional se lleva de calle a todas las líneas aéreas en dicho rubro.
Por cierto, les voy a contar algo: Aeroméxico está por despedir a su flota de Embraer y cambiarlos; su alimentadora Aeroméxico Connect que actualmente opera con este modelo de avión, pronto dejará de usar estos aviones de fabricación brasileña, con miras en la optimización de su flota, y un mejor manejo de la misma.
Como se pueden percatar, todas las líneas aéreas toman decisiones de cancelar, modificar, alterar sus rutas, frecuencias y equipos, exactamente como lo está haciendo Mexicana de Aviación.
Y lo hace justamente en los meses de temporada baja, de manera muy inteligente cuando la demanda de pasaje es mucho menor; enero, febrero y marzo son meses muertos en la aviación, y se reactivan hasta la llegada de la Semana Santa en México, y del Spring Break en los Estados Unidos.
Evidentemente hay rutas a las que las temporadas bajas no les afectan, porque son rutas de alta demanda, pero hay otras que una vez acabada la temporada alta, se apagan por completo, y esto es perfectamente normal dentro de la industria aeronáutica.
Por eso no resulta extraño que comiencen los reajustes, justamente cuando menos demanda de vuelos tienen. Van a analizar si continúan con el arrendamiento de los tres aviones ERJ45, por seis meses, y habrá que ver si a la arrendadora le conviene, porque generalmente los contratos son por un año.
Son muchísimos los factores que juegan, pero no se pueden sacar conclusiones que no tienen nada que ver con la realidad. No caigan en una especie de “histeria colectiva”, con la narrativa de que le va mal al gobierno de Claudia Sheinbaum. Esta perversa estrategia no abona nada positivo a la industria aérea del país.
El total de la flota de Mexicana de Aviación era de seis aviones, y con los reajustes quedarán solamente operando hasta el momento los tres Boeing 737-800NG; hay que entender que una suspensión de rutas no es el fin del mundo, al contrario, ya con un año de experiencia, se tiene mucha más información para realizar una reingeniería en la operación de la Aerolínea del Estado Mexicano.