TENGO OTROS DATOS

La confirmación de que el Producto Interno Bruto (PIB) de los Estados Unidos se contrajo en 1.5% en el primer trimestre de este año (una cifra superior a lo esperada), aunado a un repunte de la inflación en ese país, la guerra en Ucrania y los trastornos de la cadena de suministro a nivel mundial, infunde temores de recesión en la principal economía del mundo, situación que afectaría a otras naciones, como México.

El frenazo de la economía estadounidense de este año, auspiciado por problemas tanto de oferta como de demanda, amenaza con una recesión en 2023. La desaceleración de la producción se explica por una revisión a la baja de la inversión privada en inventarios y la inversión residencial, que fue compensada en parte por una revisión al alza del gasto en consumo.

La inflación en Estados Unidos alcanzó su nivel más alto en 40 años, luego de que los precios de la gasolina, los alimentos y otros productos básicos aumentaron en mayo de este año.

Los precios al consumidor aumentaron 8.6% en mayo con respecto al mismo mes del año anterior, superando el aumento del 8.3% en abril, informó el Departamento de Trabajo de ese país.

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Para hacer frente a la elevada inflación, el Sistema de Reserva Federal (FED por sus siglas en inglés) aumentó en 75 puntos base la tasa de interés para dejarla en un rango de entre 1.5% y 1.75%. Este aumento, tendrá un impacto por el lado de la demanda, disminuyendo el consumo y al financiamiento.

Gracias a los estímulos económicos que se entregaron a las familias estadounidenses para hacer frente al cierre de actividades por la pandemia de Covid-19 en 2020 y 2021 existen recursos para adquirir productos y servicios, pero no hay suficiente oferta debido a los cierre de fábricas y oficinas en China por una nueva ola de contagios del virus del SARS-CoV-2 de los últimos meses , la escasez de algunos insumos que redunda en trastornos en la cadena de suministros , y la guerra entre Rusia y Ucrania.

La dación de la Reserva Federal de los Estados Unidos de aumentar la tasa de interés para detener la inflación provocó la semana pasada que las acciones y los mercados de todo el mundo cayeran por los temores de una recesión en la mayor economía a nivel mundial y esto acarrearía problemas globales.

La presión sobre las economías de todo el mundo está aumentando a medida que el precio del petróleo repunta nuevamente en medio de la intensificación de las sanciones de los Gobiernos a Rusia, las curvas de rendimiento señalan una mayor aprensión por el crecimiento y se agudizan las preocupaciones sobre las crisis de liquidez al estilo de la de 2008 en medio de un fortalecimiento del dólar. Si resulta en una recesión total, será mucho más difícil para las acciones mantenerse resistentes.

La gran tecnología fue derribada a medida que aumentaron los rendimientos de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos. El dólar cayó y el bitcoin borró una ganancia de 6.1%, para dirigirse hacia su racha de pérdidas más larga de los datos de Bloomberg que se remontan a 2010.

El bitcoin cayó el pasado lunes 13 de junio en más del 13.5% situándose por debajo de los 23 mil dólares su nivel más bajo en 18 meses, debido a la caída generalizada en los activos de riesgo mundiales, la suspensión de retiros en una plataforma, todo esto provocado por un riesgo de una recesión económica global.

Las monedas digitales alternativas no han resistido los embates del aumento de tasas de interés de los bancos centrales y los nubarrones de una posible recesión global.

Las medidas para frenar la inflación en la nación de las barras y las estrellas y las amenazas de una recesión ya empiezan a tener efectos negativos en la economía mexicana.

Al cierre semanal del 10 al 17 de junio, el peso mexicano buscó tomar un respiro, cotizando alrededor de 20.45 por dólar spot, después de unos días muy complicados marcados por la actuación de los bancos centrales y el temor creciente a una recesión. A principios de este mes de junio la moneda mexicana estaba por debajo de los 20 pesos por cada billete estadounidense lo que nos habla de una depreciación de la divisa azteca que tiene repercusiones negativas en la deuda externa y en los precios de los productos importados.

La gran dependencia económica respecto a la de los Estados Unidos, hace que la nación azteca presente riesgos mayores frente a una recesión en la economía estadounidense.

El 85% de las exportaciones mexicanas tienen como destino el mercado norteamericano y si el país que dirige Joe Biden entra en recesión la demanda de productos bajara considerablemente afectando a las empresas que están territorio mexicano y que venden sus productos y servicios en el exterior lo cual acareara problemas en el empleo y el crecimiento del PIB del país latinoamericano.

También los productos y servicios que se adquieren en el exterior el mercado mexicano dependen de los Estados Unidos.

En 2021, el valor de las importaciones de México fue de 506 mil millones de dólares, y los productos importados provienen principalmente de tres países.

Las remesas recibidas en México en abril de 2022 ascendieron a 4,718 millones de dólares, el monto mensual más alto en el primer cuatrimestre del año, y que representa un aumento de 16.5% respecto al mismo mes del año pasado.

Las cifras del Banco de México arrojaron que en el acumulado de enero a abril el monto de remesas fue de 17,240 millones de dólares, un incremento de 17.5% respecto al mismo periodo del año pasado.

Todas estas divisas que mandan los migrantes desde el exterior sobre todo de los Estados Unidos y que tanto ayudan al bienestar de muchos hogares mexicanos, podría decrecer si se presenta una depreciación en Estados Unidos, lo que afectaría mucho a muchas familias de los vecinos del sur.

En el primer trimestre de este año el Producto Interno Bruto de México, avanzó 1%, en términos reales a tasa trimestral, Esto con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

A tasa anual y con series desestacionalizadas, el PIB ascendió 1.8%, en términos reales, en el primer trimestre de 2022.

Estos datos reflejan que el país azteca tuvo un crecimiento marginal de su producción y son mejores datos que los arrojados por la economía estadounidense; pero si cae en recesión la economía del vecino del norte esto afectara a la nación latinoamericana.

La economía mexicana captó 19.427,5 millones de dólares de inversión extranjera directa (IED) en el primer trimestre de 2022, un aumento del 63,7 % frente al mismo periodo de 2021, esto con cifras preliminares de la secretaria de Economía.

La dependencia del Gobierno atribuyó el incremento a “movimientos extraordinarios” relacionados con la fusión de Televisa con Univisión y la reestructura de Aeroméxico, que en conjunto representaron 6.875 millones de dólares.

Sin contemplar los movimientos arriba mencionados, la IED en el primer trimestre de 2022 es 5,8 % superior al monto preliminar captado en el mismo periodo de 2021 (11.864 millones de dólares.

En lo que respecta IED que recibió México por país de origen: Estados Unidos aportó el 39,1 % seguido de España, con el 10,8 %, y Canadá, con el 7,1 %.

Una recesión de la economía norteamericana podría tener una disminución de sus inversiones en el mundo afectando al país azteca.

En resumen, podremos afirmar que si la economía estadounidense cae en recesión los demás países incluyendo México tendrán muchos problemas y estarán en riesgo de una profunda crisis.

El gobierno de la Cuarta Transformación debe trabajar en medidas anticíclicas y disminuir su dependencia de los Estados Unidos, para salir bien librado de esta turbulencia económica que plantea una recesión del vecino del norte.