El mal estado de nuestras calles es un problema al que todas y todos los mexicanos nos enfrentamos. Los baches no solo causan problemas de tráfico y accidentes, sino que también generan un gasto constante, por ejemplo, en reemplazo de llantas y reparaciones de rines.
Esta evidente micro crisis de infraestructura representa un problema en todos los estados, donde las calles deterioradas se han convertido en un peligro y un obstáculo para el desarrollo.
Sumándonos a este reto, hemos empezado a implementar una solución efectiva y amigable con el medio ambiente para reparar los baches a través del asfalto frío. Este método no solamente permite realizar reparaciones rápidas y efectivas con los ciudadanos, ya que los vehículos pueden transitar casi de inmediato después de aplicado, sino que también con los bolsillos de cada localidad puesto que su durabilidad es mayor al asfalto tradicional.
Al principio puede ser más costoso, sí, aunque si comparamos a largo plazo estaríamos ganando triple: dura más, atiende a una problemática ambiental y una necesidad ciudadana.
El asfalto en frío tiene un impacto significativo en la sostenibilidad ambiental, esta iniciativa va más allá de solo reparar calles.
En un momento en que la crisis climática es una realidad urgente, es crucial optar por materiales que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero.
Además, este tipo de asfalto se puede mezclar con materiales reciclados, como el caucho de llantas, lo que ayuda a disminuir la cantidad de residuos en nuestros basureros.
Esta aplicación ya empezó como un compromiso en el Estado de México; se ha implementado en distintos municipios teniendo resultados positivos.
Además, la implementación de tecnologías ecológicas en el bacheo de calles se alinea con los objetivos de la ONU para desarrollar ciudades inclusivas y sostenibles.
Al usar asfalto reciclado, no solo mejoramos la calidad de nuestras vías, sino que también fomentamos una economía circular que puede generar empleos y oportunidades en nuestros municipios.
Reflexionar sobre el uso del asfalto en frío nos lleva a reconocer que cada bache reparado simboliza la eficacia y el compromiso del gobierno hacia el bienestar de sus ciudadanos.
Una buena infraestructura refleja el cuidado que un gobierno tiene por su gente, y cada acción que tomamos en este sentido es un paso hacia un futuro más sostenible.
Por eso, usar asfalto en frío es más que una solución técnica; es una inversión en un México donde la movilidad y la sostenibilidad son pilares fundamentales.
Si nos unimos en este esfuerzo, podemos garantizar que nuestras calles sean seguras y ecológicas.
Cada bache que se repare es una victoria colectiva hacia un entorno más urbanizado y responsable con el medio ambiente. Juntos, podemos transformar las calles de México en un verdadero testimonio de nuestro compromiso con el desarrollo sostenible y el bienestar de nuestra población.