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De manera sorprendente, tal como si nos hubiésemos teletransportado, estamos ya en la víspera de la elección, pasaron ya más de 2 meses de campaña, vivimos 2 debates entre los aspirantes a la Presidencia y una abierta y descarnadas guerra de desprestigio en contra de la candidata de Morena y no ha sucedido absolutamente nada.

Es decir, el escenario sobre el que se movía la elección a inicios de marzo, si acaso se movió en algunos frentes, pero la realidad solo ha permitido confirmar lo que ya se preveía desde que se definieron las candidaturas de Xóchitl Gálvez y de Claudia Sheinbaum.

En realidad hasta el ascenso de Jorge Álvarez Máynez era algo previsible, ante la franca mala calidad del producto que presentó el bloque opositor y el ánimo de tener un producto electoral que le metiera frescura a la contienda; sin embargo también era previsible que al Movimiento Ciudadano solo le alcanzara para disputar el segundo lugar.

Hace meses escribí aquí que la candidata de Sigamos Haciendo Historia era una especie de avalancha en formación, una fuerza de la naturaleza imparable, que sería capaz de arrollar todo a su paso.

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Bueno creo que la realidad así lo confirma, esta elección es la más dispareja en décadas y todo hace ver que la candidata Claudia avanza sola hacia la cita con las urnas el 2 de junio; incluso ya hace un llamado a celebrar el triunfo en el Zócalo de la Ciudad de México durante la noche de ese día.

Veo también un bloque opositor que se miente a sí mismo (como ocurría desde el primer día) y que toma a los electores por bobos, manejan encuestas cuchareadas, de Massive Caller y de México Elige, que son las únicas donde están cerrando la brecha e incluso ya se dan el lujo de decir que en ellas van ganando.

La candidata Xóchitl manifestó el domingo que ya empató en las encuestas y que esta semana, justo a 3 semanas de la jornada electoral, ya rebasaría a la doctora Sheinbaum, una mentira que ni ella sola se cree.

Pero así ha sido su campaña, una montada en un manejo a modo de la realidad.

Los lunes me toca participar en una mesa de análisis en Radio Fórmula Sonora, ahí revisamos los temas y el avance de la campaña y como es obvio me toca ser la voz de quienes estamos a favor de Claudia Sheinbaum y la Cuarta Transformación y hay quien juega el rol contrario y defiende a Gálvez y al frente amplio opositor y me sorprende esa facilidad con que se autoengañan y se dicen mentiras piadosas.

Desde la perspectiva de la oposición, la 4T va perdiendo en Veracruz, es altamente competitiva en la Ciudad de México, e incluso podría ganar la contienda al Senado en Sonora con Manlio Fabio Beltrones y Lilly Téllez.

De hecho creen y apuestan a que una mayor participación ciudadana en las urnas, sube los bonos de los candidatos de Fuerza y Corazón por México y le restaría posibilidades a Sheinbaum y a los candidatos de Morena y sus aliados, pues “hay mucha inconformidad entre la gente”, que no está dispuesta a votar por la cuarta transformación.

En base a ese “análisis” sostienen que de cara al 2 de junio Xóchitl Gálvez crecerá y Claudia Sheinbaum bajará y la elección se convertirá en un volado.

Y entonces yo me preguntó ¿Caray, pues que elección está viendo?

Pero es algo perfectamente normal, hay parte de necesidad de mentirse y caer en el autoengaño, pues de lo contrario sería muy difícil salir de manera cotidiana a hacer campaña, recordemos que nadie entra en una contienda reconociendo previamente la derrota.

Sin embargo el fenómeno es interesante y tiene que ver con la realidad que viven las personas y su red de contactos cotidianos.

Alguien que está en la oposición y que corresponde a un grupo social, a una red de contactos personales y que además participa en política, difícilmente habla o interactúa con personas con preferencias distintas a las suyas, pero incluso aunque haya quien piense distinto en ese entorno, no lo manifiesta por temor a represalias, ya que usualmente quienes no piensan como ellos, son sus empleados o sus subalternos.

En otras palabras, la realidad política los ha rebasado y es típico en esas personas decir “Yo no conozco a nadie que vaya a votar por Claudia Sheinbaum o por Morena” y es que en efecto su grupo social y sus contactos tienen preferencias y filiaciones políticas parecidas.

Es lo que podríamos llamar un comportamiento político de rebaño que se replica en grupos cerrados, con parámetros políticos, económicos y sociales comunes, pero que no necesariamente viven lo que vive la mayoría de la gente.

En esta contienda electoral atípica persiste escenarios aislados donde la oposición se ha hecho fuerte y se trata de centros urbanos con tendencias conservadoras, o bien donde permea directamente ese comportamiento de rebaño.

Ocurre en la Ciudad de México, por ejemplo en la delegación Benito Juárez y ha sucedido en Guanajuato o en Hermosillo, donde la clase media acomodada ha tomado control de los procesos políticos a partir de la idea o percepción de que Morena y sus candidatos representan un peligro para su confort, sus condiciones o sus creencias.

Sin embargo este fenómeno dista mucho de ser generalizado, y aunque ellos así lo perciben, es la razón de fondo por la que al toparse con la avasallante realidad de lo que quiere y busca la mayoría, es que se dicen y sienten sorprendidos.

El día D está a 25 días de distancia hoy; son 3 fines de semana y todo indica que esa avalancha llamada Claudia Sheinbaum arrasará con ellos.

Tiempo al tiempo.