Aquella llamada de Andrés Manuel
Quienes integran la comunidad judía lo saben: en el presidente López Obrador tienen un amigo y hasta un aliado. Me consta.
Voy a recordar una historia, la del lugar en el que ahora está ubicado el Museo de Memoria y Tolerancia, impulsado por una asociación civil —cito a Wikipedia— fundada con el objetivo de crear el Centro Educativo del Holocausto y la Tolerancia, tarea en la que buscó a sobrevivientes del holocausto para pedirles sus testimonios, de tal modo de usarlos poder aprender de ellos y así poder enseñar a otros.
Ese museo se empezó a construir cuando Andrés Manuel López Obrador era jefe de gobierno del Distrito Federal. En ese tiempo, los promotores del museo deseaban levantarlo en un viejo edificio del centro histórico de la Ciudad de México, exactamente frente al Hemiciclo a Benito Juárez en la Alameda Central.
Cuando AMLO supo que la comunidad judía quería ese inmueble, le encantó la idea, pero de inmediato sus colaboradores le recordaron que había un problema: el gobierno del Distrito Federal no podía ni donarlo ni venderlo para el museo, ya que estaba siendo comprado por un medio de comunicación, Milenio.
Uno de los grandes proyectos de Andrés Manuel como gobernante de la capital mexicana fue el rescate del centro histórico, en el que participaron con entusiasmo personalidades muy relevantes de nuestra sociedad, destacadamente el ingeniero Carlos Slim.
El proyecto incluía la venta de inmuebles en mal estado para rehabilitarlos. En esa época Milenio era un diario recién nacido que tenía oficinas muy pequeñas —y bastante incómodas— en la colonia Tabacalera. Francisco González, dueño del periódico, y yo, director general, prácticamente todos los días buscábamos nuevas instalaciones para Milenio. Alguien nos dijo que frente a la Alameda había un edificio viejo que, con una inversión razonable, podía restaurarse y convertirse en un espacio para una redacción funcional, agradable y moderna.
Pedimos Pancho y yo una cita con el jefe de gobierno, a quien apenas conocíamos, y le preguntamos cómo podíamos adquirir ese inmueble. Ejecutivo, Andrés Manuel llamó al oficial mayor de aquella administración pública capitalina, Octavio Romero, le pidió que nos atendiera y, si era legalmente posible la adquisición, nos guiara para poder concretarla. No duró la reunión más de 15 minutos.
Pocos días más tarde, Octavio nos dio toda clase de detalles: cualquier cosa que construyéramos tenía que respetar la arquitectura de otros edificios que ahí se estaban levantando, como la Secretaría de Relaciones Exteriores; el precio había sido fijado por algún comité y no era negociable; la planta baja teníamos que rentarla a alguien que prestara un servicio a la gente, etcétera.
Aceptamos lo que nos dijo Octavio, enviamos a algún administrador de Milenio para iniciar la compra y este entregó un cheque para hacer obligatoria la operación, pero…
Cuando avanzaba la formalización de la compra de ese inmueble, Andrés Manuel me habló: “Federico, apelo a tu comprensión de la historia. La comunidad judía quiere construir en ese edificio un museo sobre el holocausto y otros genocidios, y yo estoy de acuerdo: nada es más justo. Es un lugar privilegiado que iba a alegrar a los periodistas de Milenio, pero ellos y tú pueden trabajar en otra parte con el mismo compromiso con el periodismo. Más importante que una redacción es un museo, ¿estás de acuerdo? Te suplico que acepten echar abajo la operación, me dice Octavio que es posible y sé que ustedes aceptarán”.
Sin consultarlo con Pancho —sabía que no se iba a oponer a algo realmente justo— le dije a AMLO que sin duda íbamos a buscar otro edificio para Milenio. Después llamé al dueño del diario, le agradó bastante la idea de un museo sobre genocidios, pedí al administrador del periódico buscar de nuevo a Octavio Romero y, con el apoyo de abogados, echar atrás la compra sin perjuicio para nadie.
El Museo Memoria y Tolerancia de la Ciudad de México
Abrió sus puertas en 2010. Bastantes años después, en septiembre de 2018, ya como presidente electo, Andrés Manuel López Obrador recorrió el museo con su directora, Sharon Zaga. Inauguraron la exposición “1968-2018 Impunidad”.
Enlace judío —medio de comunicación de la comunidad judía en México— narró la inauguración de esa exposición en una nota bastante amplia, de la que tomo esta descripción de la exposición:
“Basada a partir del montaje de más 2,000 volúmenes clásicos de lecturas que son y han sido referentes para las estudiantes. La instalación conmemora el cincuentenario de la matanza de Tlatelolco y denuncia 50 años de violencia e impunidad en nuestro país con una breve pero contundente revisión de casos como: el Halconazo, la Guerra sucia, la Masacre del río Tula, la Explosión de San Juanico, la Masacre de Aguas Blancas, la Matanza de Acteal, las fosas en San Fernando, la Masacre de Villas de Salvárcar, el Caso Tlatlaya, el Caso Allende y por supuesto el caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa entre otros”.
¿Cuándo la comunidad judía protestará por tantas comparaciones con Hitler?
Lo que no he visto, ni en Enlace judío ni en ninguna otra parte, es a la comunidad judía indignarse cada vez que a AMLO se le compara con Hitler, lo que ocurre como excesiva frecuencia desde 2006.
Lo menciono porque la comunidad judía se enojó porque AMLO criticó el pensamiento hitleriano de Carlos Alazraki, un talentoso publicista, a quien aprecio, admiro y respeto, pero que en mi opinión suele pasarse de vulgar en sus cuestionamientos a la 4T.
Está bien, a nadie debe comparársele con Hitler. Pero debe quedar claro que AMLO no dijo que Alazraki sea como el genocida alemán, sino que algunas de sus actitudes recuerdan la estrategia propagandística del nazismo.
Quien sí ha sido comparado con Hitler, cientos y hasta miles de veces, es AMLO. Hasta se ha inventado una biografía nazi de la esposa de Andrés Manuel. ¿Ha protestado por ello la comunidad judía, que debería ser solidaria con un amigo leal que tiene en la izquierda mexicana? Porque, sin duda, el presidente López Obrador ha sido amigo, y de los confiables, de las personas que en México profesan la religión judía.
Solo para ayudar a Enlace judío a repudiar en una nota las calumnias relacionadas con Hitler que AMLO ha recibido, cito algunas que encontré en una brusquedad rápida en Google:
1.- En diciembre de 2021, en Proceso, el poeta Javier Sicilia comparó a AMLO con Hitler: “A semejanza del Führer, AMLO ha construido y sostenido su poder con la masa. Conoce sus mecanismos, sus deseos, los símbolos que la concitan y la reproducen”.
2.- En agosto de 2019, en el Chicago Tribune, Óscar Müller Creel, doctor en derecho, publicó el artículo: “AMLO y Hitler, las semejanzas”.
3.- Ayer mismo, en La Silla Rota, Ricardo Alemán se aventó la punta de decir que Mussolini y Hitler son los maestros de AMLO
4.- El Economista, de España, en 2018 consideró necesario aclarar una calumnia contra la esposa de Andrés Manuel, Beatriz Gutiérrez Müller, la de que ella es nieta de un general nazi.
5.- Newsweek en español también quiso aclarar que era falso lo de Beatriz, pero lo hizo con un título amarillista que solo fortalecía la calumnia: “La esposa de López Obrador, ¿nieta de un nazi?”.
6.- En 2018, el PAN inició una campaña contra el nuevo gobierno —el de la 4T— con un video institucional en el que comparaba al presidente Andrés Manuel López Obrador con Adolfo Hitler, José Stalin, Hugo Chávez y Nicolás Maduro.
7.- En agosto de 2020 circuló muchísimo en redes sociales otra campaña de calumnias: que el águila juarista, que en ocasiones utiliza AMLO en sus eventos, tiene similitudes con el símbolo de la Alemania Nazi.
8.- Por cierto, mi amigo Alazraki —siempre imprudente en sus opiniones— también comparó a AMLO con Hitler. Lo hizo en una entrevista de febrero de 2022 con el panista Javier Lozano: “¡AMLO le está copiando a Hitler, Mussolini, Lenin y compañía!”.
9.- En el sitio de internet de Adela Micha, en enero de este año, sus editores se preguntaban lo siguiente en una larguísima nota que no venía al caso: “¿En qué se parecen Adolfo Hitler, Hugo Chávez y Andrés Manuel López Obrador?”.
10.- En 2019 El senador panista veracruzano Julen Remetería comparó al presidente López Obrador con Adolfo Hitler en un polémico tuit.
11.- En 2020, Gilberto Lozano, líder del FRENAAA, también comparó a AMLO con Hitler
¿Cómo ha reaccionado AMLO cuando lo comparan con Hitler?
1.- De lo que dijo Javier Sicilia el presidente de México simplemente se rio.
2.- Varias veces Andrés Manuel ha dicho que “no le hace” que lo comparen con Hitler o Pinochet, que él va a seguir con su proyecto de transformación.
3.- Sobre el video del PAN, el presidente López Obrador expresó que “está bien”, que como hay democracia se vale que la oposición lo calumnie comparándolo con Hitler: “Está bien eso, que empiecen de ejercicio, el PAN lleva tiempo sin ser oposición, desde el 88 son parte del régimen… Está bien que vuelvan a sus orígenes, tendrán siempre nuestro respeto y no habrá censura, no nos vamos a enojar, estamos bien y de buenas”.
Ley de Godwin
Quizá, para la próxima, Andrés Manuel debería pedirle a Jesús Ramírez que presente en la mañanera una explicación matemática de la Ley de Godwin, según la cual, a medida que una discusión se alarga la probabilidad de que se compare a alguien con Hitler tiende a uno. Es decir, en las discusiones o debates, si no se detienen a tiempo, inevitablemente alguien dirá que su rival es como Hitler.
O podría Jesús también —ya como cultura general y solo para seguir todos de buen humor— explicar la falacia reductio ad hitlerum, creada por un filósofo judío alemán, Leo Strauss. La falacia es la siguiente: “Adolf Hitler apoyaba X, por lo tanto X debe ser malo”.
Podrían AMLO y Ramírez animar la explicación de la falacia con música de Daddy Yankee, cantante de reguetón quien recurrió al reductio ad hitlerum para responderle a un director de orquesta que habló contra las letras reguetonistas, a las que calificó de veneno para la gente. Daddy fue inteligente al refutarlo: “Si la música urbana es un veneno para la sociedad, la música clásica entonces es peor, partiendo de que la música que prefería Adolfo Hitler era la clásica”.
Enrique Krauze
Enlace judío y en general la comunidad judía deberían aprender de uno de sus integrantes más famosos en México, el historiador Enrique Krauze.
Entre la muchísima gente que ha defendido a AMLO cuando la derecha lo comprara con Hitler, sobresale Krauze, quien calificó de “repugnante” el mencionado spot del PAN. Y no ha sido la única vez en que lo ha hecho.
Lástima que al resto de la comunidad judía —siempre tan respetable, admirada y apreciada— no le haya repugnado ninguna de las cientos o miles de comparaciones que se han hecho de Andrés Manuel con Hitler.
Ojalá el llamado comité central de la comunidad judía agarre la onda.