SPOILER. ¡No entren a mi columna si no han visto la película!

Ayer vi la película llamada La Sustancia. Me pareció sumamente impactante, pero muy bien escrita y muy bien dirigida, con excelentes actuaciones de Demi Moore, Sara Margaret, Denis Quaid.

Tengo tanto que decir de esta película que no sé por dónde empezar.

El trazo de la película está planteado en un estilo de película satírica de terror corporal lo cual la hace aún más impactante.

Pero lejos de ello, el mensaje de la película es mucha más profundo que las imágenes que son grotescas y que hay en ella.

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El tema central es la no aceptación del paso de los años en las mujeres.

Aquellas mujeres que se resisten a la edad realizándose toda clase de cirugías. Y, ojo, que yo no estoy a favor o en contra de ello, cada quién puede hacer con su cuerpo lo que quiera. Pero sí creo que la película nos revela sobre todo a las mujeres de 50 años que la edad nos está golpeando sin poder detener el proceso de envejecimiento.

También la película hace una muy buena analogía de cómo las mujeres de 50 años (el domingo cumplo 51) somos vistas por las jóvenes. Los jóvenes nos ven con arrogancia e incluso hasta con maltrato y burla.

Es por eso que muchos maestros de secundaria y preparatoria se dan de baja ante el insulto y la grosería del adolescente hacia el.

Esos jóvenes y esas jóvenes, se olvidan que llegarán a tener nuestra edad y entonces vivirán el desdén de las generaciones anteriores.

Y sí… la película nos revela una dolorosa verdad: Las mujeres somos nuestras peores enemigas.

Difícilmente nos vemos en el espejo y nos encontramos ante algo hermoso. Por lo general lanzamos críticas con dardos cargados de veneno hacia nosotras mismas: “Qué vieja te ves... qué gorda... qué deforme”.

En particular las mujeres vamos perdiendo la autoestima conforme pasan los años y nos aferramos como podemos a cosas que nos hagan sentir bien aunque cueste dinero y estancias en quirófanos.

La película plantea la posibilidad de una reconciliación con lo que somos y con lo que seremos sin que haya mucho éxito; al menos así lo plantea la trama.

En mi caso, al ya no tener un seno, ha habido un rechazo de mi imagen ante el espejo constante durante muchos años y que diario voy trabajando en ello.

Pero también nos pasa a las mujeres cuando tenemos bebés: El cuerpo se transforma de una manera muy profunda y pocas veces hablada.

Ver la esencia de el ser humano más allá de lo físico es algo que casi nadie logra.

A mí me gusta ver lo que hay dentro de las personas antes de fijarme en lo de afuera.

Los hombres en esta película no son más que seres que incluso se visten iguales y que ven con ojos de lujuria a las mujeres sin detenerse a mirarlas bien desde todos sus ángulos internos, sin que nada aporten ni en nada cooperen. Ahí están, nada más para sexualizar a las mujeres en un especie de jauría.

Solo hay un hombre que alcanza a ver la belleza de una mujer ya entrada en años y este hombre sin ser el galán esperable, sacude al personaje de Demi Moore. Demasiado tarde porque por más que intenta verse tan hermosa como su joven clon los años le cobran factura y no puede competir con la belleza de su contraparte.

La industria de las cirugías plásticas cada vez cobra más auge. Difícil es mirarnos al espejo y aceptar que los años nos han caído encima. Parece imposible.

Al final cuando los personajes quieren reconciliarse en esta aceptación, terminan por “matarse” sobre todo el personaje de Sue, quien estando en la plena flor de su juventud, no permite que los años le empiecen a caer encimas como hojas de los árboles en otoño porque no soporta pensar en la vejez y entonces también se vuelve adicta a cualquier sustancia con tal de verse joven y bella. Pero nunca habrá salida: La vejez nos tocará a todos sino morimos antes de que nos alcance.

La película te deja analizando muchas cosas sobre todo a las mujeres: ¿Qué tenemos que hacer para aceptarnos y amarnos así como somos? ¿Qué tienen que hacer los hombres para no vernos como objetos sexuales sino como personas que más allá del físico tenemos sentimientos y emociones y una valía única e importante? ¿Cómo deben de aprender los y las jóvenes a tratar con más respeto a sus mayores y dejarlas de ver cómo “ancianos, viejitos e inútiles y por lo tanto poco valiosos e importantes?

Asimismo, ¿qué nos dijeron nuestros padres cuando éramos chicos con respecto a nuestro físico que nos dolió y que en la vida adulta nos empecinamos en reparar? ¿Cómo sanar esas heridas y llegar a la plena aceptación de uno mismo tal y cómo es?

Vean la Película. Sin miedo y sin prejuicios.

Sin duda, La Sustancia estará nominada para mejor actriz, mejor actriz protagónica, mejores efectos especiales, mejor caracterización y mejor sonido. Créanme.

Véanla en el cine porque sé que ya está en alguna plataforma, pero vale la pena verla en el cine por los sonidos que emanan de ella y por el componente visual.

Hasta aquí mi análisis-reflexión.

Es cuanto.