La reciente aprobación unánime en el Senado de la iniciativa de reforma en seguridad, impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum, subraya el compromiso de las fuerzas políticas con una de las mayores demandas ciudadanas: la seguridad pública.

En medio de tensos debates y diferencias notorias sobre otros temas de relevancia nacional, como la reforma judicial, esta votación unánime destaca como una señal clara de unidad y responsabilidad política. Que las distintas fuerzas políticas en el Senado hayan encontrado terreno común en un tema tan delicado y prioritario como lo es la seguridad pública, abre una puerta de esperanza para los mexicanos y sienta un precedente positivo en este inicio de la administración de Sheinbaum.

La reforma aprobada refuerza el rol de la Secretaría de Seguridad Pública y Ciudadana (SSPC), otorgándole mayores facultades para coordinarse con instituciones de procuración de justicia en la prevención y persecución de delitos. Además, establece una colaboración cercana entre la SSPC, el Secretariado Técnico del Consejo Nacional de Seguridad Pública, la Guardia Nacional y las policías en los tres órdenes de gobierno. Esta iniciativa también potencia el uso de la inteligencia en el combate a la delincuencia, privilegiando la coordinación interinstitucional en toda la estructura de seguridad del país.

La oposición apoyó esta propuesta con la convicción de que, al tratarse de un tema de interés nacional, era fundamental dejar de lado las diferencias partidistas y respaldar una estructura que fortalezca la seguridad desde una perspectiva civil y coordinada. Al aprobarse esta iniciativa con 122 votos a favor, el Senado ha enviado un mensaje contundente: la seguridad de los mexicanos es un asunto de Estado que no admite titubeos ni divisiones.

En un contexto en el que el país enfrenta desafíos importantes en la materia y donde la ciudadanía demanda soluciones efectivas, esta reforma podría traducirse en un avance tangible. La integración de la inteligencia en las estrategias de seguridad y el fortalecimiento de la coordinación entre distintas instancias podría impactar positivamente en la prevención del delito, garantizando que las instituciones funcionen como una estructura integral. La unanimidad en la aprobación también subraya que la seguridad es una responsabilidad compartida y que, cuando se trata de proteger a la población, el Senado sabe actuar en consecuencia.

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Más allá de la técnica y el alcance de la reforma, esta votación refleja la capacidad de la clase política mexicana para poner de lado las diferencias y enfocarse en temas fundamentales para el país. En el inicio de un nuevo gobierno, este acto de colaboración puede interpretarse como una muestra de madurez política y como un punto de partida alentador para lograr acuerdos en otros asuntos de interés nacional. Si bien queda mucho por hacer en el combate a la inseguridad, el hecho de que el Senado haya sido capaz de unirse para aprobar esta reforma muestra que es posible construir puentes en un tema que afecta a todos por igual.

Con esta decisión, la administración de Sheinbaum logra sumar un respaldo unánime a una de sus primeras iniciativas de peso, enviando también una señal a la ciudadanía de que se están tomando medidas concretas para mejorar la seguridad en el país. La expectativa es alta y los resultados deberán ser medidos con precisión. Sin embargo, el primer paso ya se dio, y lo más significativo es que se dio de manera unánime.