Claudia Sheinbaum, la primera presidenta de México, la más votada en la historia, continuará la tradición de modificar la Constitución para dejar su huella en la Carta Magna.

Desde el congreso constituyente de 1917, que reformó la constitución liberal de 1857, los presidentes han buscado plasmar sus ideales en la Carta Magna. Este documento, promulgado el 5 de febrero, ha sido objeto de innumerables reformas, adaptándose a los tiempos y a las necesidades de cada administración. Sin embargo, la constante modificación de la Constitución plantea la pregunta: ¿es hora de crear una nueva constitución en lugar de seguir remendando la actual?

La historia de las reformas constitucionales en México refleja el deseo de los presidentes de dejar un legado. Desde Álvaro Obregón hasta Andrés Manuel López Obrador, todos han promovido cambios en el texto constitucional. Obregón reformó ocho artículos, Plutarco Elías Calles dieciocho, y así sucesivamente, cada presidente ha dejado su marca. En los tiempos neoliberales, Miguel de la Madrid modificó 66 artículos, Carlos Salinas de Gortari 55, Ernesto Zedillo 78, Vicente Fox 31, Felipe Calderón 110 y Enrique Peña Nieto 156. Andrés Manuel López Obrador ha reformado 64 artículos durante su mandato.

Con tantos cambios, la Constitución de 1917 se ha transformado en un documento irreconocible respecto a su versión original. A lo largo de un siglo, el texto ha incorporado no solo preceptos fundamentales sino también partes de leyes generales y aspectos reglamentarios. Esta acumulación de reformas ha complicado su lectura y comprensión, alejando a los ciudadanos de su conocimiento y convirtiéndola en un asunto exclusivo de expertos. Los políticos y legisladores han convertido la Constitución en un compendio técnico, desconectado de la ciudadanía.

El 5 de febrero, el presidente Andrés Manuel López Obrador envió un paquete de 18 reformas constitucionales que acentúan el carácter social de su gobierno, profundizan el cambio de régimen y abordan temas polémicos como la reforma al Poder Judicial y la desaparición de organismos constitucionalmente autónomos.

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Ahora, la presidenta electa Claudia Sheinbaum ha anunciado su primer paquete de cinco reformas constitucionales, incluyendo tres nuevas propuestas: becas a estudiantes de educación básica, pensiones a mujeres de 60 a 64 años y la no reelección. Además, ha priorizado dos reformas enviadas por el presidente en funciones: la reforma al Poder Judicial y los derechos de los pueblos originarios y afrodescendientes.

La insistencia en reformar la Constitución refleja la necesidad de adaptarla a los cambios sociales y políticos. Sin embargo, esta constante modificación plantea la cuestión de si es mejor crear una nueva constitución. El texto constitucional debería contener solo las decisiones fundamentales, trasladando buena parte de su contenido a leyes generales, federales e incluso reglamentos. La Constitución, al fin y al cabo, representa nuestro pacto social y debería ser un documento claro y accesible para todos los ciudadanos.

En este contexto, la propuesta de Sheinbaum para reformar la Constitución es una oportunidad para reconsiderar la estructura y el contenido del documento. Su enfoque en temas sociales y la priorización de derechos de grupos vulnerables indican un compromiso con la justicia y la igualdad. Sin embargo, es crucial que estas reformas no se conviertan en meros parches, sino que formen parte de una estrategia más amplia para modernizar y simplificar la Constitución.

La administración de Claudia Sheinbaum tiene la oportunidad de marcar un hito en la historia constitucional de México. En lugar de seguir añadiendo parches, su gobierno podría liderar un proceso para redactar una nueva constitución, un documento que refleje los valores y aspiraciones de la sociedad mexicana contemporánea. Esto no solo dejaría un legado duradero, sino que también devolvería la Constitución a los ciudadanos, haciendo que su lectura y comprensión sean accesibles para todos. Eso pienso yo, ¿usted qué opina? La política es de bronce.

Onel Ortíz Fragoso en X: @onelortiz