“Se despidió

Y decidió batirse en duelo con el mar

Y recorrer el mundo en su velero

Y navegar, nai-na-nai

Navegar

Y se marchó

Y a su barco le llamó "libertad"

Y en el cielo descubrió gaviotas, y pintó

Estelas en el mar

Y se marchó

Y a su barco le llamó "libertad"

Y en el cielo descubrió gaviotas, y pinto

Estelas en el mar.”

JOSÉ LUIS PERALES

Empezó. El registro para el posible coordinador del Frente Amplio por México ya inició.

Y “ya nos conocemos el drill”, dirían los gringos. Al igual que lo hemos señalado con respecto al ‘proceso interno’ de la 4t, a los contendientes les podrán llamar como quieran, pero la realidad es que son precandidatos a la Presidencia y evidenciamos actos anticipados de campaña.

Hay, no obstante, una diferencia. Y no es menor: mientras las corcholatas de Morena y aliados procuran ser clones de López Obrador o parecerse lo más posible a su ‘líder moral’, en el Frente se tiene de todo y ninguno se quiere parecer al de al lado. Hasta ahora...

Vayamos a lo clave. Lo anterior, garantiza que lo bueno —desde el punto de vista político— esté por empezar. El día de ayer inició el registro con Santiago Creel, Xóchitl Gálvez, Gabriel Quadri y Jorge Luis Preciado (en el orden en que se registraron). Lo hicieron ante el Comité Organizador y también en las sedes nacionales del PAN, PRI y PRD. Y si bien todos firmaron un acuerdo donde se respetará el resultado dictaminado por el mismo Frente, a partir de allí se empieza a notar la divergencia con lo que sucede en Morena; diferencia muy positiva (ya llegaré a ello), aunque parezca lo contrario.

Preciado ya dijo que “si el piso se inclina (más) hacia Xóchitl”, aunque haya firmado, él impugnará el resultado…

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La propuesta del proceso, lo que este conlleva empezando con las firmas, encuestas, debates y demás, genera interrogantes, en su momento señalé las mismas. Lo cual no quita que es un ejercicio positivo, único y primerizo en nuestro país. Y donde veremos a los posibles coordinadores (precandidatos) hacer de todo para poder conseguir primero nuestra firma y después nuestro voto.

Los precandidatos (incluyendo algunos serios y con méritos que ya se bajaron) podrán tomar en cuenta mantener la unidad. Pero eso no significa forzarse artificialmente a ella. Quebrar el proceso se vale; y esto hará que la ciudadanía deje de confiar en todos ellos o, bien, les sume simpatías. La política es así, al fin y al cabo.

¿Cuáles son algunas reglas que NO necesariamente tienen que tomar en cuenta los precandidatos del Frente?

a) No agredirse entre ellos.

b) Competir bajo las reglas establecidas.

c) Conseguir más firmas (para otras etapas de la contienda) y no solo las 150 mil que de entrada se piden.

d) Y, una vez que se nombre al ganador, ser lo suficientemente maduros para apoyarlo.

En otras palabras, en este proceso de la oposición se vale descalificar al contrario desde YA.

¡Y qué bueno, ¿no les parece? Significa que hay más libertad y que el esquema es más genuino que el ideado por Andrés Manuel.

Obviamente esto no se traduce en automático en que romper las reglas no tenga consecuencias (a Lilly Téllez, el PAN le cobró muy caro haber agredido —verbalmente, claro está— a Santiago Creel). Simplemente significa que en el mecanismo interno de la oposición no se espera ni se exige de entrada la ausencia de desencuentros —algunos de ellos van a ser brutales—.

En otras palabras, ¿qué chiste tiene un proceso cuando hay un control absoluto sobre el mismo (como sucede en el de las corcholatas de la 4t bajo el mando de López Obrador)? Si no, ¿por qué creen que la contienda de Regeneración Nacional se ha vuelto insulsa, sin chispa, poco interesante?

Cuando hay libertad, en cambio, todo se torna más genuino, llamativo y no predefinido. Entre los candidatos a coordinador del Frente Opositor veremos cómo se meten el pie.

Veremos también caracteres diversos que buscan, en base a sus distintas fortalezas y conocimientos, conseguir el voto ciudadano. Nada parecido al proceso de la 4t, donde lo que estamos atestiguando es un simple pase de estafeta: del líder moral a uno de sus apóstoles (hago hincapié en ello, pues estos siempre serán corcholatas, nunca llegarán a ser el presidente en el amplio sentido de la palabra). Así las creencias (así la soberbia de AMLO; así la genuflexión para ser LA corcholata).

Graciosamente, una de las personas que más ha hecho para demostrar que el registro y la contienda en el Frente es real es el mismo López Obrador. Tanto es así que en un principio estaba convencido de que ‘el bueno’ era Santiago Creel y ahora dice que es Xóchitl Gálvez. No nos sorprenda si el día de mañana (semanas), López Obrador tenga que decir algo así como “no, ya lo pensé bien y el dedazo en la oposición siempre sí es Creel o es Beatriz o es… y solo nos quisieron dar atole de Hidalgo”. Lo que no dirá es que el que sabe dar atole con el dedo es él.

El primer reto será la recolección de las 150 mil firmas (esto implica trabajo más arduo para Xóchitl, que para Beatriz o Santiago), pero hay otros: los golpes que se van a dar entre ellos y el soportar las presiones internas y externas, y la denostación de sus apellidos...

El registro ya presentó un viaje en bicicleta, la visita de las cuatro casas (las sedes de partidos y el ‘Edificio Azul’), un lagrimeo cortesía de Creel, una explicación más larga que la cuaresma del porqué sí puede participar (por parte de Gabriel Quadri) y un aviso de que él también ha sido pobre y, además, migrante (Preciado). Sin olvidar a Xóchitl con su “a mí ningún cabrón me manda”…

Se pueden pensar muchas cosas de los aspirantes que se registran en el Frente, pero algo es cierto: este es un proceso con mayor libertad que aquel otro del régimen; no se sabe quién quedará y se tendrá una encuesta más amplia que la de un solo dedo definitorio.

La libertad siempre es más divertida, rica y comprometida que el control absoluto. Disfrutemos —y también exijamos— de este proceso democrático.