Hoy en el diario Reforma uno de sus articulistas más importantes, Sergio Sarmiento, ha defendido a Genaro García Luna. Inquieta la enorme simpatía hacia ese delincuente entre la comentocracia mexicana.

García Luna, como es del dominio público, está en una cárcel de Estados Unidos acusado de haber trabajado en el sexenio de Felipe Calderón para las mafias de las drogas, como la del Chapo Guzmán. Gravísima acusación porque el convicto tuvo la responsabilidad de jefaturar las operaciones en la fallida guerra contra el narco.

En una primera lectura, la defensa que Sarmiento hace de García Luna parece inteligente –este articulista es un hombre culto–, pero adecuadamente analizada queda claro que se trata de una mala defensa ya que se basa en falacias.

El colaborador de Reforma parte de un hecho: alguien en Estados Unidos, seguramente de la DEA, pretendió que se abrieran investigaciones penales contra el presidente López Obrador. La verdad de las cosas, tal como lo subraya el señor Sarmiento, tales investigaciones no avanzaron —y no podían avanzar— porque no hay ningún motivo para acusar de nada indebido a Andrés Manuel. Ha sido pura grilla, pues. El propio gobierno de Estados Unidos tuvo que salir a aclararlo.

Pero esa grilla sirvió, en semanas recientes, para que grupos poderosos de derecha lanzaran en el vecino país del norte una fuerte ofensiva mediática contra AMLO. El presidente de México resistió, contraatacó y, como se dijo, obligó al gobierno estadounidense a admitir públicamente, en varias ocasiones, que no hay nada que lo relacione con ninguna conducta ilícita.

Ahora bien, como las supuestas investigaciones contra López Obrador se basaban en imaginarios testigos protegidos, entonces el columnista Sarmiento ha dicho que si tales testigos —seguramente inexistentes— calumniaron a AMLO, entonces eso descalifica los numerosos testimonios que llevaron a prisión a García Luna. La lógica de Sergio Sarmiento la comparten muchos otros representantes de la comentocracia mexicana.

Sergio Sarmiento y buena parte de quienes se expresan en los medios suelen apoyar las sentencias de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que el presidente López Obrador califica de irregulares. Aplaudo que respalden al más alto tribunal mexicano. Pero…

Palabras más palabras menos, Sarmiento y sus colegas columnistas consideran correcto lo que hace la SCJN porque parten de un viejo concepto del derecho romano: la cosa juzgada es verdad, o como decía Cneo Domicio Annio Ulpiano, res iudicata pro veritate accipitur.

Desde luego, si la cosa juzgada es verdad, entonces García Luna es un delincuente: ha sido juzgado y encontrado culpable. Entiendo que el proceso continúa, es decir, habrá nuevas instancias. Pero, hasta este momento, y mientras un juez no diga otra cosa, el principal colaborador de Felipe Calderón es un narco.

Tendrá García Luna más oportunidades para aportar elementos que lo beneficien. Creo que, sobre todo, está por decidirse el número de años que permanecerá encerrado en una prisión estadounidense. Pero, pase lo que pase, lo cierto es que García Luna ya lleva bastante años encarcelado.

Alguna razón jurídica habrá para ello. Esto es, no se vale defender en los medios mexicanos al calderonista diciendo que ha sido víctima de habladurías de narcos sin credibilidad. Quien afirme esto, como lo ha hecho Sergio Sarmiento, o miente deliberadamente o no conoce el sistema judicial de Estados Unidos, que funciona aceptablemente bien y, desde luego, con una dosis elevada de independencia.

¿En serio, señor Sarmiento, es lógico pensar que los testimonios que condenaron a quien fuera funcionario con Calderón, eran invenciones políticas? ¿Tan vulgar considera el columnista de Reforma a la judicatura de Estados Unidos?

Habrá que buscar la causa que lleva a la prensa mexicana a defender tan obsesivamente a un delincuente juzgado y encontrado culpable en un proceso correcto. Lo hizo hoy Sergio Sarmiento en Reforma, pero antes Carlos Marín en Milenio, Jorge Fernández Menéndez en Excélsior, Ciro Gómez Leyva en Radio Fórmula, y así columnistas de El Financiero, El Universal, etcétera. ¿Que García Luna todavía tendrá oportunidades para revertir la sentencia? Qué bueno, es su derecho. Pero, hasta el momento, él es culpable. Hubo un juicio formal, no solo amarillistas notas de diarios extranjeros interesados en influir en la política mexicana.

Se equivoca Sarmiento al defender a García Luna. O, al menos, lo hace con argumentos muy pobres. Creo que la capacidad de análisis del columnista de Reforma falla porque lo traiciona la ideología. Él es el más neoliberal en los medios mexicanos. Como Calderón comparte su forma de pensar, entonces Sarmiento se siente obligado a defender al principal aliado de un expresidente neoliberal como Calderón que, necesariamente, en algún momento tendrá que ser investigado con toda seriedad para determinar si, como García Luna, también pactó con el narco. Porque, una de dos: o Felipe fue un gobernante incompetente que no supo controlar a su equipo, o bien hubo complicidad entre ellos. En cualquier caso Calderón tiene responsabilidad. Él lo sabe: es la razón por la que huyó a España, donde lo protegen grupos poderosos de derecha.

Viene al caso otra frase de Ulpiano: “Justicia es dar a cada uno lo suyo”. El reportaje sin fundamentos del New York Times le dio a AMLO un certificado de honestidad, ya que todo el mundo, empezando por el gobierno estadounidense, ha tenido que reconocer la limpia trayectoria de un dirigente con quien se puede estar de acuerdo o no, pero que no ha tenido jamás relaciones con la delincuencia. Ese reportaje está sirviendo también para recordar que hubo un narcopolítico con gran poder en el sexenio de Calderón, el señor García Luna, que era por mucho el más influyente en ese tiempo gracias a su cercanía con el esposo de Margarita Zavala.