Primero la carta del precandidato a gobernador de Edomex
(Comenté hace días una nota del diario Reforma en la que se cuestiona la forma en que hizo su patrimonio el señor Enrique Vargas del Villar —precandidato del PAN a la gubernatura del Estado de México—. Este hombre me envió el siguiente escrito):
En relación a lo publicado en el portal SDPNoticias, firmado por usted y en donde retoma una nota del periódico Reforma en la que asegura que estafé con 27 millones de pesos a una mujer ya fallecida en el pago de una casa, es preciso aclararle lo siguiente:
1.- Es absolutamente falso y por lo tanto niego categóricamente haber adquirido en el 2017 una “mansión” en “ganga” a una “difunta” como incorrectamente señala la nota de los periódicos Reforma, El Norte y Mural, que usted replicó en su columna de opinión de SDPNoticias.
En primer lugar, le aclaro, no compré una mansión ni una casa, sino un terreno baldío por lo que todas las conjeturas sobre el valor del mismo plasmadas en la nota, son completamente equivocadas.
Aclaro que la casa fue construida con recursos propios luego de haber adquirido el terreno.
2.- No es verdad que la señora María Eugenia Romero Madrid, vendedora del terreno, estuviera “difunta” al momento de transmitirnos a mi esposa y a un servidor la propiedad del terreno, lo cual ocurrió mediante un contrato privado de compraventa celebrado en noviembre de 2008, es decir, muchos años antes de que doña María Eugenia falleciera.
A través de dicho contrato suscrito por la hija de doña María Eugenia, quien era su representante legal se nos transmitió la propiedad y la posesión del terreno pues la compraventa (como es de todos sabido), surtió plenos efectos entre las partes sin que obste que fuera hasta años después en 2017 cuando se formalizara el contrato privado en escritura pública y se inscribiera en el Registro Público.
3.- Es importante mencionar que luego de la firma del contrato, la familia Madrid me otorgó un poder irrevocable mediante la escritura pública número 306,075 de fecha cinco de febrero del 2010, otorgada ante la fe del notario Tomás Lozano Molina, con la finalidad de que pudiera encargarme de los trámites de escrituración sin molestar a la familia vendedora.
Con todo lo anterior, queda demostrado que el periódico Reforma mintió al señalar que habría sido comprada una casa a una persona fallecida. Reitero que no tengo nada que ocultar en el momento de la compra de esta propiedad, ya que durante más de 30 años he trabajado como empresario. Por lo que solicito amablemente la publicación de esta carta aclaratoria a efecto de que sus lectores estén debidamente informados de la forma de cómo se hizo la compra de esta propiedad.
Hace unas semanas, advertí públicamente que vendrían calumnias como parte de una campaña de desprestigio en mi contra por el posicionamiento político rumbo al 2023.
Atentamente, Enrique Vargas del Villar.
La encuesta Netflix de Reforma y la complicada albañilería demoscópica
Ayer los diarios del Grupo Reforma (El Norte, en Monterrey; Reforma, en la Ciudad de México, y Mural, en Guadalajara) publicaron la primera parte de una encuesta aplicada en vivienda a mil personas adultas; hoy difundieron la segunda, y dejaron el tercer capítulo para mañana. Es decir, aplicaron lógica de serie de Netflix.
Los dos capítulos ya publicados han sido los menos interesante, ya que solo repiten lo que todos sabemos: que el presidente AMLO cuenta con una gran aprobación y que Morena arrasa frente al PRI y el PAN tanto si los partidos de oposición se presentan separados en las elecciones de 2024 como si lo hacen juntos o revueltos.
Los diarios del Grupo Reforma anuncian que mañana publicarán la “encuesta careos”, es decir, tocará el turno a las corcholatas, que es la parte realmente interesante de la sucesión presidencial adelantada tal como se está desarrollando desde hace ya bastantes meses.
¿Por qué dejar para mañana lo que Reforma, El Norte y Mural pudieron haber hecho hoy… e inclusive ayer?
No creo que haya sido por contradecir al popular refrán basado, creo, en una expresión de El Quijote, “antes hoy que mañana”, que también motivó otro proverbio: “Por la calle de Mañana se llega a la plaza de Nunca”.
Si Reforma dejó para el final el enfrentamiento entre las corcholatas —sobre todo las de Morena, que parecen marchar sin problemas rumbo a la victoria en 2024—, no se debió a pereza, sino a mercadotecnia periodística y política.
Los editores de Reforma, El Norte y Mural han dejado al último la estadística más importante para hacerla de emoción y ganar lectores… o bien porque tienen todavía en la complicada tarea del cuchareo a su encuestadora, Lorena Becerra. Cucharear una encuesta es un trabajo de albañilería demoscópica que debe realizarse con mucho cuidado.
Personas que de esto saben bastante me han expresado sus temores acerca de que tales editores —no uso la expresión “editores y editoras” porque en Reforma solo mandan los periodistas machos—, particularmente para llamar la atención, van a buscar diferenciar su estudio del resto de las encuestas publicadas.
¿Qué resultados dan todas las otras encuestas serias? En las de El Financiero (Alejandro Moreno), El Universal (Buendía & Márquez) y SDPNoticias (MetricsMx) Claudia Sheinbaum aventaja a Marcelo Ebrard, aunque por pocos puntos; en cambio, en la de El País (Enkoll), la superioridad de la jefa de gobierno en relación a Marcelo es muy grande.
El promedio claramente favorece a Sheinbaum sobre Ebrard. Lo que se sospecha es que —tanto para generar polémica como par apoyar al aspirante más derechista en Morena—, el grupo de diarios más conservadores de México ha pedido a su analista, la ya mencionado señora Becerra, que infle a Marcelo, al fin que no habrá elecciones presidenciales en el corto plazo y tiempo de sobrán tendrán para poder ajustar sus números para hacerlos coincidir con la realidad sin que el truco se note.
Conste, no es lo que yo barrunto, sino lo que conjeturan —dicen que con conocimiento de causa— quienes se mueven en el negocio de la mercadotecnia periodística, que no pocas veces se mezcla con la comercialización política. Ya se verá.