El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo ayer en la conferencia de prensa mañanera:
√ “Tuve la suerte de ser dirigente de un partido y me tocó resolver lo de candidaturas, y fui asimilando como experiencia que lo mejor era la encuesta”.
√ Lo anterior está en los estatutos de Morena: “Es el único partido que tiene el procedimiento de elección mediante encuesta”.
√ “Entonces, cuando en el estatuto se establece esto, ¿quién decide?”
- “No decide el presidente”.
- “No decide el gobernador”.
- “No decide la cúpula dirigente del partido”.
- “Mucho menos la oligarquía, los caciques”.
- “Decide el ciudadano mediante una encuesta”
- “Se pregunta al ciudadano”.
Después de explicar lo anterior, AMLO —fundador de Morena y sin duda autor principal de los estatutos del partido de izquierda— dio a conocer cinco preguntas para elegir, mediante encuesta, al candidato o a la candidata presidencial de su movimiento.
Aquí las preguntas sugeridas por AMLO para la encuesta:
- 1. ¿Conoces a fulano, mengano, zutano, perengano?
- 2. ¿Qué opinión tienes de él o de ella? Buena opinión, mala, regular.
- 3. ¿Está cercana al pueblo? Sí, no.
- 4. ¿Es honesta o es honesto? Sí, no. ¿Honrado? Pueden contestar ‘honradón’.
- 5. Y luego, ya la más importante: ¿Te gustaría que fuese candidato? Sí, no.
Varias casas encuestadoras han hecho el experimento de preguntar más o menos lo que propone AMLO. Recientemente un ejercicio así publicó La Vanguardia, de Barcelona, España; comenté en SDPNoticias sus resultados.
Hoy daré las conclusiones de otra empresa prestigiada, De las Heras Demotecnia, fundada por una extraordinariamente talentosa mujer, María de las Heras de Polanco, quien en paz descanse. Ahora la dirige su hijo, Rodrigo Galván de las Heras, un hombre joven muy profesional, honesto, serio y competente.
A finales del pasado mes de abril, De las Heras Demotecnia aplicó una encuesta en vivienda: 1 mil 400 entrevistas seleccionadas aleatoriamente en todo el país.
Los y las analistas que trabajan con Galván de las Heras hicieron nueve preguntas, entre las que están cuatro de las cinco planteadas ayer por Andrés Manuel.
Enseguida los resultados de las cuatro preguntas propuestas por el presidente de México:
1.- ¿Honrado? ¿Honrada? ¿Honradón? Honradona?
- 1º Con 34% Claudia Sheinbaum Pardo.
- 2º Con 10% Marcelo Ebrard Casaubón.
- 3º Con 8% Gerardo Fernández Noroña.
- 4º Con 4% Adán Augusto López Hernández.
- 5º Con 1% Ricardo Monreal Ávila.
2.- ¿Cercanía con el pueblo?
- 1º Con 42% Claudia Sheinbaum Pardo.
- 2º Con 14% Marcelo Ebrard Casaubón.
- 3º Con 9% Gerardo Fernández Noroña.
- 4º Con 4% Adán Augusto López Hernández.
- 5º Con 2% Ricardo Monreal Ávila.
3.- ¿Opinión Positiva? Esta pregunta suma más de 100% pues muestra resultados de preguntas independientes
- 1º Con 71% Claudia Sheinbaum Pardo.
- 2º Con 65% Marcelo Ebrard Casaubón.
- 3º Con 56% Gerardo Fernández Noroña.
- 4º Con 54% Adán Augusto López Hernández.
- 5º Con 33% Ricardo Monreal Ávila.
4.- Y la más importante: ¿Quién te gustaría que fuese candidato o candidata?
- 1º Con 39% Claudia Sheinbaum Pardo.
- 2º Con 21% Marcelo Ebrard Casaubón.
- 3º Con 9% Gerardo Fernández Noroña.
- 4º Con 7% Adán Augusto López Hernández.
- 5º Con 3% Ricardo Monreal Ávila.
Si fuera una competencia olímpica así quedaría el podio:
- Medalla de oro, Claudia. Se lleva la victoria por goleada 4-0.
- Medalla de plata, Marcelo. En la encuesta de De las Heras —y en todas las encuestas serias que se conocen— él está en un claro segundo lugar.
- Medalla de bronce, Noroña. Sorprendente su buen desempeño ya que carece de recursos y equipo.
El decepcionante y el humillado
Para Adán Augusto debe ser decepcionante, y por lo tanto motivo de profunda depresión, quedar fuera de las medallas.
Bien dijo Carlos Puig este viernes en su columna de Milenio: quizá ni la pena valdría que Adán renunciara a la Secretaría de Gobernación. ¿Para qué?
Adán no tiene ninguna posibilidad, así que debería evitarle al gobierno de la 4T el daño de buscar un reemplazo confiable para el presidente; lo complicado sería que el sustituto saliera de alguna gubernatura, que sufriría si se quedara sin su líder político.
Ya suenan para reemplazar a Adán Augusto los tres mejores gobernadores de Morena, Víctor El Profe Castro, de Baja California Sur; Alfonso Durazo, de Sonora, y Rubén Rocha, de Sinaloa.
El humillado es Monreal: se humilla a sí mismo al participar sabiéndose condenado al último lugar. Si fuera una gran vuelta ciclista, Ricardo Monreal ya habría llegado fuera de tiempo, es decir, se le habría expulsado por su pésimo rendimiento.
La que Yasmín debería hacer
Disculparse, pedir perdón, arrepentirse, jurar que jamás cometerá de nuevo lo que debería ella misma considerar un error de juventud. Es lo único que podría limpiar la imagen de la ministra Yasmín Esquivel Mossa.
Pero, en vez de actuar con honestidad personal admitiendo una falta —en la que cualquier persona puede caer—, ha insistido en superar una fuerte crisis académica con decisiones judiciales que no vienen al caso.
Ayer los abogados de Yasmín anunciaron que una jueza la exoneró. Esto es, que la juzgadora dijo que la ministra no plagió su tesis de licenciatura y que, por lo tanto, esa es la verdad y la UNAM ya no debe investigar.
Pues no, una jueza no puede decidir sobre temas académicos. No podría hacerlo ni siquiera el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Si hubo plagio o si quizá se trata de una confusión es algo que solo puede determinarlo la UNAM.
Por cierto, la UNAM no debería estar metida en el problema que se habría solucionado muy fácilmente si Yasmín Esquivel hubiera admitido su culpa y pedido perdón. En lo personal la habría admirado por un gesto de esa naturaleza, y creo que en la corte suprema habría pasado lo mismo.
¿No se ha dado cuenta Yasmín de que trabaja rodeada de juristas de 10 de calificación —alumnos y alumnas de excelencia— que solo podrían perdonar una falta académica si quien la cometió la reconociera y se comprometiera a no volverlo a hacer?
Si AMLO quisiera realmente lanzar una crítica tan dura como irrefutable al poder judicial, la tendría fácil: burlarse de la jueza que le dio la razón a Yasmín en un asunto en el que legítimamente solo puede opinar la Universidad Nacional Autónoma de México.