IRREVERENTE

Los mirones tuvieron la culpa de que en vez de ver la función de las 4 viéramos la de las 7 de la tarde en el primero de los dos días de la escenificación de la obra cumbre del ballet clásico.

Les platico: La volcadura de un tráiler que entraba a Monterrey por la carretera Nacional provocó una fila de 7 kilómetros y medio a tres carriles, de sur a norte.

Salimos de Santiago con tiempo más que sobrado para llegar a las 4, pero tuvimos que recurrir a nuestra amiga Gretchen Backhoff y a doña Mariana para cambiar nuestras entradas para la función de las 7.

Cuando llegamos al lugar del siniestro esperábamos ver un cataclismo, capaz de emular al cuento “La Autopista del Sur”, de mi nunca bien llorado cronopio Julio Cortázar, pero no, era la simple volcadura de un tractocamión y el descomunal estacionamiento era provocado por los mirones que frenaban sus vehículos para echarle un vistazo al incidente.

Las columnas más leídas de hoy

Siniestra costumbre ésta, propia de los mexicanos, que es tolerada por las ineficientes autoridades de Tránsito que padecemos en todo el país.

A unos metros de llegar al lugar del siniestro, una patrulla de Tránsito de Monterrey, con dos oficiales adentro cómodamente apoltronados con el motor encendido para disfrutar del aire acondicionado, entorpecían aún más la circulación, al estar p3nd3j3ando con sus celulares, en vez de salirse de su zona de confort para apurar a los mirones y agilizar con ello la circulación.

No alcancé a tomar las placas o el número de la unidad pero ni falta que hace, la mayoría de esos tipos están igual.

Pobre Monterrey con esas lacras heredadas a Luis Donaldo Colosio Riojas por el nefasto Adrián de la Garza.

En fin, después de este prólogo obligado, vayamos a lo que nos ocupa.

3ª llamada, 3ª, 3ª llamada. ¡Arre!

Creo que no hay mejor lugar para hacer lucir este tipo de espectáculos que el Showcenter Complex de Leyo Garza, en San Pedro Garza García.

El escenario tiene una profundidad de campo -como le llaman los expertos- que hace lucir no solo a un ballet, a dos -si se quisiera- completitos, con todo y traspuntes, asistentes y directores.

Con una salvedad: El proscenio, por ejemplo, es muy corto, pero fuera de ahí, prefiero verlo en este lugar que en otros…

La visibilidad y su acústica son dignos de mención, pues estas dos cualidades no se ven en otros foros de los que presentan eventos artísticos como éste en Monterrey.

Por ejemplo, ahí viene el anunciado Concierto de Navidad de la OSUANL, que por presentarse en la Arena Monterrey adolecerá de ambos atributos, pero eso es harina de otro costal del que me ocuparé más adelante.

Y otro peor es el Auditorio San Pedro, pero no tanto por sus instalaciones, sino por quienes lo “administran”, o más bien, por los que obstaculizan el trabajo de quienes lo contratan, como sucedió en el pasado evento de la Filarmónica Juvenil de NL, del joven director Oscar Bacca.

Qué bueno que el Ballet de Monterrey -que preside Yolanda Santos de Hoyos- está tomando como sede-casa al Showcenter Complex de Leyo, así ganamos todos.

Auditorio frío, público cálido

Todos los escenarios del mundo son fríos. No hay uno solo cálido. La movilidad tras bambalinas le imprime esa frialdad a las tablas.

Por más calidez que se le imprima a la escenografía, por más que predominen los cálidos tonos de la Navidad, la frialdad de los escenarios es proverbial en el mundo.

Ballet de Monterrey

Aplica más para las obras de teatro, se minimiza un poco en los musicales y se vuelve tibiedad con los ballets.

La danza moderna se sirve aparte, en platillos fríos, por cierto.

Sí, las tablas -con el ballet clásico- se entibian y más tratándose del Cascanueces, con la partitura cristalina, sublime, divertida y nostálgica de Chaikovski, que a todos a quienes la escuchemos -con ballet o en la soledad de los audífonos- nos lleva a un viaje a la memoria infantil.

La calidez del Showcenter Complex la puso el público, repleto en las funciones por los muchos familiares que atestiguaron la presencia en el foro de la miríada de protagonistas que esta pieza de ballet demanda.

A todos les encantó haber estado ahí, en medio del bullicio natural para estos casos, de gente entrando tarde por el desmadre del estacionamiento y otros saliendo y volviendo cargados de las carísimas frituras y confites que venden en las “dulcerías” de la entrada.

No alcancé a contar cuántos bailarines y actores hubo en escena, pero sí lo hice el 12 de diciembre de 2019 en el Auditorio Nacional de la CDMX, cuando esta misma pieza arrancó su temporada navideña.

Le pisaba a México los talones la méndiga pandemia y fue la última vez que asistimos a una función como ésta sin cubrebocas.

Antes estuvimos también en San Pedro -el 25 de noviembre del mismo 2019- a la presentación del mismo ballet, solo que en aquella ocasión el director fue Luis Serrano.

En la presentación de la Compañía Nacional de Danza fueron 71 elementos. En ésta del 2021 debe haber andado por ahí. Mucho del público eran padres, abuelos, tíos, primos, hermanos de los alumnos de la Escuela del Ballet de Monterrey.

Soares

Aunque Thiago Soares lleva apenas medio año al frente de esta compañía, se nota su mano. Por disciplina y galones ganados en la batalla -en el escenario- ha hecho bailarines principales a Luciano Perotto, Abigail Miranda y Brian Ruiz.

Y solistas a Melissa Páez y a Vladimir Piedra.

Respecto al director anterior, veo a Soares imprimiendo mucha más movilidad a su elenco y eso en el ballet, es una de las contadas pepitas de oro que se extraen de toneladas de mineral.

Escuela en el escenario

Los niños y jóvenes alumnos que tomaron parte en esta presentación veían embelesados tras bambalinas a los bailarines.

Eso hizo de estas funciones, verdaderas clases dictadas en el escenario.

Escasez y frugalidad del mecenazgo

El vestuario, de primera. La escenografía, de buen nivel.

¿La música?, bueno, nada como ver al ballet con orquesta en vivo, pero para estos tiempos y considerando la escasez y frugalidad del mecenazgo local, por lo pronto, con un buen sistema de sonido nos conformamos… por lo pronto.

Una buena y muchas malas

Buenas noticias da el Ballet de Monterrey para los amantes de las artes en estas bárbaras tierras del norte.

Sobre todo ante la “falta de tablas” de quienes dirigen ahora la cultura en el nuevo gobierno de Nuevo León y la inexistencia -porque Martha es invisible- de la que se supone es secretaria de cultura, educación, deportes y otras hierbas en el municipio de San Pedro Garza García.

La excepción es Hugo Garza Leal, quien fue designado Director de Cultura de Monterrey por el alcalde Luis Donaldo Colosio Riojas.

Después de ser un ícono nacional en cultura, SPGG da lástima hoy por hoy en el ámbito cultural, por culpa de la bola de improvisados que recibieron esa área del otro improvisado que disfraza de alcalde, sus incapacidades y disfuncionalidades de todo tipo.

CAJÓN DE SASTRE

“Bravo, senhor Soares, y que vengan otros clásicos, como ´El Lago de los Cisnes’, ‘Romeo y Julieta’, ‘El Corsario’ y otros”, dice la irreverente de mi Gaby, en portugués, como buena políglota que ella es...

Plácido Garza en Twitter: @PlacidoGarza