Después del terrible bache que representó para Estados Unidos y para el mundo la administración de Donald Trump que, entre otras cosas, canceló las reuniones de alto nivel entre México, Estados Unidos y Canadá, con el restablecimiento de estas, se da un giro positivo que beneficiará el desarrollo de la región de Norte América.
Con el reinicio de las reuniones de alto nivel, la diplomacia mexicana que pasa por uno de sus mejores momentos, sobre todo en la relación con Estados Unidos, tiene la oportunidad de fortalecer la relación con Canadá, para generar condiciones positivas que coadyuven a salir de la crisis económica derivada de los efectos de la pandemia, y por la crisis de contenedores, los flujos migratorios, la transición energética y los nuevos modelos de comercio internacional.
Para dimensionar la importancia del encuentro que tendrá lugar el próximo jueves 18 de noviembre, es importante recordar cómo y por qué se desgastó la relación durante la administración Trump.
Los terribles cuatro años
Durante el mandato de Donald Trump la relación bilateral entre México y Estados Unidos bajó de nivel porque el expresidente “mandó al diablo a las instituciones” y todo lo pretendía resolver a partir de sus muy, pero muy personales criterios.
Con Canadá tampoco fue fácil, el primer ministro Justin Trudeau tuvo que sobrellevar la relación con su vecino, una de las más difíciles que enfrentó su país y todo por el errático carácter del presidente Trump, célebre por las mentiras que pronunciaba sin mayores consecuencias.
John Bolton, ex asesor en Seguridad Nacional de Trump, en el libro de sus memorias titulado The Room Where It Happened, (La habitación donde ocurrió: memorias de la Casa Blanca) relata la disputa entre los líderes en 2018, durante la conferencia del G7 en Quebec. Califica a su exjefe como un “narcisista maligno” a quien no le gusta que nadie le dé sombra y menos el primer ministro de Canadá, llegando al grado de ordenar personalmente a sus empleados que lo atacaran en entrevistas de televisión.
Describe con amplitud la tensión que se vivió en la reunión del G7 luego de la decisión de Trump de imponer amplios aranceles a las importaciones de acero y aluminio, castigando con ello a los productos de países aliados como Canadá.
Bolton también habla de la soberbia y “la mala leche” de Trump, quien ni siquiera entendía de lo que se trataba en la reunión ni de la discusión que había entre él y los mandatarios de Francia y Canadá. Según Bolton, no se podía saber si Trump estaba jugando duro con el presidente de Francia y el primer ministro de Canadá, pero según la apreciación del ex funcionario de la Casa Blanca, la realidad era que el presidente Trump no se había preparado para la reunión del G7 y no entendía los problemas.
Tan desafiante como mal preparado, Trump al salir de la reunión declaró: “El primer ministro Justin Trudeau de Canadá actuó tan manso y suave durante nuestras reuniones del G7 sólo para dar una conferencia de prensa después de que me fui diciendo que, “los aranceles de EU eran un poco insultantes” y que “no se dejará presionar. Muy deshonesto y débil. ¡Nuestros aranceles son en respuesta a los suyos del 270 por ciento sobre nuestros productos lácteos!”.
Con la llegada de Joe Biden, esos tiempos donde el mandatario estadounidense llegaba sin preparación y con sus propias y muy personales ideas, ya se fue.
El restablecimiento de las reuniones de alto nivel
Ahora México tiene una enorme oportunidad y, como parte del importante giro diplomático en favor de la conformación de un bloque sólido en Norteamérica, está el hecho de que el canciller Marcelo Ebrard recibirá en la CDMX a su recién nombrada homóloga canadiense, la ministra de Asuntos Exteriores, Mélanie Joly en lo que será la primera reunión de los encargados de la política exterior de ambos países previo al encuentro en Washington, D.C.
La reunión del próximo jueves permite que Norte América sea vista como una región dinámica y competitiva y representa un mensaje para el resto del mundo porque de manera conjunta las cadenas de valor producen cerca de un tercio de los bienes y servicios globales, de ahí la importancia de la cooperación como clave para enfrentar los retos futuros en temas diversos como el cambio climático o el combate a la corrupción para fortalecer nuestras democracias.
También significa un acercamiento con Canadá, como quizá nunca lo habíamos tenido. Este encuentro abre el panorama en la relación bilateral para tratar asuntos de gran importancia como la Alianza México-Canadá, el Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales (PTAT), el Diálogo de Alto Nivel sobre Movilidad de Personas (Danmov), entre otros.
La agenda por tratar es amplia y trascendente, como pocas veces se ha visto en momentos tan definitorios para la región y para el mundo. Los principales temas son: acabar con la pandemia del Covid-19; fortalecer la competitividad de la región de Norteamérica, una política migratoria regional y cadenas de valor de la región.
La Cancillería tiene el enorme reto de sacar el mejor provecho de las reuniones de alto nivel, para consolidar la presencia de México en Norte América y el mundo y para garantizar que tenemos la fortaleza para mejorar la economía, atraer inversión extranjera, generar condiciones de certidumbre jurídica y establecer condiciones migratorias que favorezcan a las tres naciones.
Manuel Díaz en Twitter: @diaz_manuel