La clase media ya tenía decidido su voto desde hace meses y fue determinado por el bolsillo, la tragedia de la Línea 12 del Metro, fue un tema satélite. Para entender esta premisa hay que analizar la composición económica de la CDMX, la cual tiene una convicción de servicios y burócrata (la mayoría de la dependencia federales y organismos descentralizados están allí radicadas). Hace décadas que la industria fue retirada de la ciudad.

Estos últimos, los burócratas, sufrieron un fuerte golpe en sus ingresos al principio del sexenio con la cancelación de prestaciones, seguros de gastos médicos y salario, lo que afecto su estabilidad patrimonial, generando con ello frustración y enojo. Súmale a este rubro los ex burócratas priistas y panistas que se quedaron sin empleo y siguen radicando en la CDMX. Es una clase media muy numerosa.

También hay muchos centros de investigación y universidades, al afectar las becas Conacyt los maestros que la tenían generaron enojo, pero también se termino con la aspiración de otros tantos que buscaban en algún momento ese apoyo; aquí, de forma indirecta podemos señalar también a quienes recibían dinero vías ONGS, que anteriormente dependían mucho del dinero federal. Son muchos los afectados.

Media CDMX se renta o se vende

Llevamos casi 12 meses encerrados y muchos lugares trabajando al 20%, la afectación ha sido enorme, más de 10,000 restaurantes cerraron, otros miles de negocios de emprendimiento no pudieron subsistir. El 80% de los empleos que se han recuperado ganan uno o dos salarios mínimos, en ellos no se encuentra esa clase media agraviada.

De forma transversal al sector de la clase media están los jóvenes, los cuales no encuentran empleo y el que encuentran es mal pagado, llega la realidad a tal grado que los estudiantes de algunas universidad privada al conseguir trabajo no lo logran un empleo que alcance el monto de lo que pagaban de colegiaturas; sin dejar de mencionar su nula oportunidad de hacerse de una casa, como lo hicieron sus padres.

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Todo esto se ha traducido en una desesperación de la clase media, que además no ve una salida pronta en el corto plazo, han tenido que tomar decisiones difíciles: dejar sus hogares, sacar a los hijos de escuelas privadas, anular cualquier posibilidad de viajar, de comprar un auto, etc.

Las políticas económicas son nulas para la clase media y llevan décadas así, pero a ello se suma que ha sido la que más ha cargado sobre sus hombros la crisis de la pandemia, ellos no participan de los apoyos económicos, su panorama es muy complicado, no se puede construir un país sin atender a las clases medias. No es un tema de votos, sino de justicia social.

Nota: esta situación apremiante de las clases medias la vemos repetir en casi todos los países del mundo, la pandemia les paso la factura más cara, serán sin duda actores y motor de los cambios que se propongan a los sistemas políticos y sociales en la próxima década pos pandemia.

Maestro en derecho por la UNAM.

@riclandero