Finalmente, ha trascendido que la dirigencia y los gobernadores de los estados darán las mismas condiciones en trato e impulso a los cuatro presidenciables de Morena pues una carta que circuló -en algunas redes sociales- manifiestan las inquietudes que nacieron de las propias bases del partido para que todos tengan las mismas posibilidades. Eso es, sin duda, un triunfo para Ricardo Monreal quien jamás quitó el dedo del renglón para pedir cancha pareja.
Por ello, el caso de Ricardo Monreal era una situación especial del resto de los tres aspirantes a la silla presidencial. Él, es reconocido por una base importantísima de militantes y simpatizantes de Morena que lo mantienen en la lucha interna. Sin embargo, injustamente vivía la segregación o reconocimiento de Palacio Nacional. En otras palabras, era inmerecido el trato que tuvo que enfrentar el coordinador de los senadores de Morena en la Cámara Alta.
No disponía del mismo impulso que Adán, Marcelo y Claudia; no obstante, ha sido capaz de sobreponerse a las situaciones, gestos e indirectas más difíciles. Aun así, su aspiración legítima está más viva que nunca. Cualquiera hubiera abandonado el barco ante un clima de esa naturaleza porque son impactos que, para muchos actores políticos, hubieran sido letales e infalibles para descarrilar cualquier competencia.
Y Ricardo Monreal ha sabido, con madurez, volar con la turbulencia en su contra. Su experiencia y sagacidad en temas electorales son un mecanismo poderoso para sobrellevar todo tipo de ocasión o atmósfera. Más allá de eso el coordinador de los senadores de Morena ha superado cualquier expectativa y, en este momento, hay que considerarlo seriamente como aspirante a la silla presidencial que estará sujeta a la determinación que tome el pueblo, máxime porque fue reconocido como corcholata oficial.
De hecho, en este momento, más del 18% de la población entre militantes y simpatizantes de Morena respaldan la aspiración presidencial de Ricardo Monreal. No es, para nada, un porcentaje despreciable considerando que vendrá el año más movido de la contienda anticipada.
Aunque Monreal haya padecido las coyunturas más adversas no han acotado su aspiración presidencial. Su avance ha sido progresivo a pesar de la segregación que vivió. Eso hace todavía más interesante el tema porque, en un determinado momento, el mismo presidente tuvo que ceder ante la presión. Sí bien López Obrador ha fungido como árbitro y mediador de la contienda será muy difícil tener el control total de la toma de decisiones considerando que hay más aspectos que influyen para cargar la balanza hacia un lado específico.
Uno de los aspectos más importantes es, sin duda, el tema de la unidad, incluso en los últimos días el senador Ricardo Monreal ha puesto el acento en ese rubro. Eso afianza su permanencia en Morena y rompe todo tipo de especulación que había circulado sobre su salida. Su experiencia, en este momento, es su mejor guía y consejera en el futuro político; sabe que, en este mismo lapso, cualquier tendencia puede revertirse, sobre todo por el desgaste que carga sobre sus hombros la jefa de gobierno de la Ciudad de México.
Hay un numeroso esquema de publicidad personalizada a favor de Claudia Sheinbaum que, con detalle, se ha podido observar a lo largo y ancho del país. Seguramente las quejas llegarán al INE y a los tribunales electorales y, en una de esas, la jefa de Gobierno se queda sin candidatura por violar la propia constitución política al incurrir en actos de campaña anticipado. Si hay un riguroso y una justa ponderación de ese hecho la regenta tendrá que acatar una sanción severa una vez que se resuelva el sinfín de testimonios que justifican la pérdida de registro como aspirante de Morena porque -además de haber sacado ventaja- ha hecho caso omiso.
A pesar de la campaña descarada que han hecho algunas de las llamadas corcholatas, el senador Ricardo Monreal no ha flaqueado. Ha caminado en desventaja, pero cuidó siempre no incurrir en promociones como sí lo han hecho otros suspirantes.
La contienda era, en ese sentido, desigual e inequitativa, sin embargo, la política es el arte de lo posible y el panorama dio un giro sustancial. La clave para Ricardo Monreal ha sido aguantar y resistir no sólo la segregación, sino la propia andanada que padeció y que ignoró el propio gobierno. Muchas veces es común observar este tipo de etapas, sobre todo cuando hay favoritismo. Es más, ese mecanismo dejó de ser un instrumento que influye poderosamente porque, desde hace muchos años, la guerra sucia ya no funciona.
Muchos decían que Ricardo Monreal no aguantaría la andanada y resistió. Siguió de pie y se ubica, en este momento, entre los tres principales presidenciables de Morena por la carrera sucesoria. De hecho, estos últimos mensajes que ha mandado a través de las redes sociales donde habla de unidad y reconciliación nos permite descifrar o reconocer que, en Morena, luchará hasta el final del proceso interno, eso sí, si la dirigencia y el oficialismo garantizan un desarrollo plural y democrático como lo hizo este fin de semana a través de una carta.
De hecho, el partido del presidente López Obrador, con Mario Delgado como interlocutor, ha pedido, mejor dicho, instruido a los mandatarios estatales guindas que organicen visitas a sus entidades de los “cuatro” aspirantes: Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal.
En la carta escrita por el líder morenista Mario Delgado se incluye al cuarto aspirante sin hacerlo notar, pero evidentemente es un elemento que destaca a simple vista…. Ricardo Monreal es la cuarta “corcholata”, oficial.