El ya fallecido Juan Bustillos resolvería el misterio. Él redactaba la columna Solo para iniciados, fundamental para la opinión pública en otros tiempos —no sé si mejores o peores— del sistema político mexicano.

Y es que misterioso, según los expertos, viene del latín mysterium, que lo tomó del griego μυστήριον (mystérion), expresión a su vez derivada de la palabra μύστης, que significa iniciado.

¿Cuál es el misterio de Rogelio Ramírez de la O, nuevo secretario de Hacienda?

En realidad, son dos misterios que solo los iniciados podrían aclarar: (i) el de su nacimiento, y (ii) el de para qué llegó al gabinete de AMLO en la segunda etapa del sexenio, la de los problemas políticos —y económicos— verdaderamente serios.

¿Ramírez de la O nació en España o en la Ciudad de México? Hasta Wikipedia da las dos posibilidades, con dos años distintos:

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√ Que nació en España en 1955.

√ Que nació en la capital mexicana en 1948.

Vaya misterio.

Si su nacimiento se dio en España, ¿puede ser candidato presidencial? En mi opinión ello no debería ser un impedimento para gobernar México, pero con las leyes y sus interpretaciones ocurre lo mismo que en el bolero de Álvaro Carrillo: uno no sabe nunca nada.

Como no adivino, seguiré pensando que Ramírez de la O ha llegado a Hacienda además de a la misión imposible de resolver los problemas económicos de México, sobre todo a darle a la 4T —y especialmente al presidente López Obrador— lo que más necesita después de las elecciones de 2021: un nuevo aspirante presidencial que refresque las posibilidades disminuidas de Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum.

¿Y Ricardo Monreal? Como está lejos el 28 de diciembre, no haré la inocentada de tomar en serio al senador zacatecano, a quien nadie quiere en Morena y hasta se le acusa, con algo de razón, de haberle jugado las contras a Sheinbaum en las elecciones capitalinas.

No sería Ramírez de la O el primer titular de Hacienda que juegue al futurismo presidencial.

√ Ya lo hizo Luis Videgaray, y lo perdió casi todo… hasta inhabilitado anda en estos días.

√ Lo intentó Ernesto Cordero, el economista de Felipe Calderón, y en el PAN le dieron la espalda; era tan mal precandidato que los panistas prefirieron a la gris Josefina Vázquez Mota.

√ Un poco más lejos llegó José Antonio Meade, quien de Hacienda brincó a la candidatura presidencial del PRI con todo el apoyo de Peña Nieto, algo que de nada le sirvió porque quedó en un lejano tercer lugar en las elecciones de 2018.

No sé cuántos exsecretarios de Hacienda han sido presidentes. Solo recuerdo uno: José López Portillo. ¡Ay, nanita! Tiemblo nomás de pensar en todo el daño que hizo a México tan distinguido experto en finanzas.

Ya dependerá de Ramírez de la O precisar si nació en México o en España, lo que deberá empezar por corregir a Wikipedia.

Lo que sí parece un hecho es que el nuevo secretario de Hacienda tiene la doble nacionalidad, lo que es conveniente para aterrizar en Madrid sin mayores colas en las casetas de migración, pero quizá un impedimento legal para aspirar a la presidencia de México, aunque realmente es algo que ignoro.

Todo eso es lo de menos. Si don Rogelio está en los planes de AMLO para meterlo al juego de la sucesión, de tal manera de que distraiga y ello sirva para que se recuperen Ebrard y Sheinbaum, pues entonces ya lo veremos en el juego 2024: Morena en el Senado y en la Cámara de Diputados se encargará de reformar lo reformable para que Ramírez de la O termine por ilusionarse y soñar con que sí se puede.

Digo, porque si aceptó la responsabilidad complicadísima de encabezar Hacienda en tiempos de escasez de recursos, tuvo que haber sido por la promesa de un premio mayor. ¿O no?