Son muchos los factores que nos permiten descifrar el avance sustancial que ha tenido Zacatecas en materia de seguridad y, con ello, en la pacificación del territorio. De hecho, la perspectiva inmediata, en términos estadísticos, muestra una disminución en los delitos de alto impacto. Eso significa que, tanto en estrategias como en mecanismos de apoyo, el gobierno ha contribuido para ir recomponiendo el tejido social. En comparación con las pasadas dos administraciones, en efecto, hay un paso potencialmente significativo en la atención y acompañamiento y, de paso, en soluciones que han coadyuvado a la pacificación.
Además de ello, hay una mesa permanente con todos los órdenes de gobierno y las instituciones de seguridad estatal y federal que, a su vez, están presentes activamente en cada una de las tareas que, desde luego, han ido hilando mejores condiciones y, por supuesto, construyendo la paz. Eso ha ido sucediendo, queda claro, con los quehaceres que se han ido reforzando, lo mismo que con un plan estratégico de programas sociales que, evidentemente, apuntan cada vez a la pacificación, que deriva del esfuerzo y compromiso de las autoridades.
Desde esa perspectiva, más allá de la desinformación de los grupos conservadores, Zacatecas ha ido avanzando. A Xóchitl Gálvez, de hecho, no le sirvió su estrategia de manipulación cuando abrió su campaña en Fresnillo. De igual forma, trató de buscar tribuna con lo que aconteció en la marcha del pasado 8 de marzo. De hecho, algunos medios conservadores intentaron maximizar las dimensiones de los hechos y, de paso, señalar al gobierno del responsable de varios acontecimientos que pasaron. Se trató, sabemos, de un altercado que ocurrió al finalizar la marcha. Es verdad, se formó un clima de mucha confusión por los actos que se llevaron a cabo y que, se sabe, protagonizó una minoría.
El punto es que, con ello, el gobierno de David Monreal ha salido a la luz pública a dar la cara. Eso habla de responsabilidad, pero también de congruencia para que la situación se aclare. Rodrigo Reyes, secretario general de gobierno, salió ante los medios de comunicación a dar un mensaje. Dijo, entre muchas cosas más, que están coadyuvando con la Fiscalía del Estado de Zacatecas, lo mismo que con la Comisión Estatal de Derechos Humanos. El fin —lo dejó claro— buscar si existe una responsabilidad y actuar conforme a derecho, sobre todo si se vulneró la libertad o alguna otra falta de la autoridad que estuvo al frente.
Hay, en ese sentido, una colaboración del gobierno que encabeza David Monreal. Lo que no se vale, como suele pasar en tiempos de elección, es que intenten manipular información y estigmatizar los hechos, como lo ha hecho la oposición. Es decir, los detractores al movimiento de la Cuarta Transformación son aquellos que buscan sacarle raja política. A rajatabla, de hecho, algunos columnistas se lanzaron con punitivos mensajes, con una narrativa plagada de maquinación con el fin de dañar. Con ese nivel, sabemos, se manejan las plumas conservadoras que han desatado una serie de ataques sistemáticos contra la administración de la 4T.
Que bueno que Rodrigo Reyes, titular de gobernación, salió rápidamente a dar la cara y, lo mejor de ello, a establecer propuestas para seguir hilvanando las estrategias de pacificación. Se sabe que, en medio del clima que aconteció, habrá una mesa de trabajo tripartita entre las autoridades e instituciones, lo mismo que colectivos feministas y organismos autónomos. Todo esto, desde luego, influirá en la pacificación del territorio. De hecho, el encargado de la política interna de Zacatecas ha calculado —a corto plazo— los efectos que traerán la participación.
De lo que se trata, queda claro, es buscar mecanismos para lograr una mayor colaboración y acompañamiento en cualquier manifestación pública, eso sí, estableciendo las garantías y los derechos fundamentales de la población civil. Lo importante, evidentemente, es la voluntad y flexibilidad que existe de las autoridades que encabeza David Monreal. Las razones, sin lugar a dudas, son parte del proyecto de la 4T. Lo dijo bien Rodrigo Reyes: “somos un gobierno progresista y de avanzada”.
Eso, sin lugar a dudas, merece toda la atención y seguimiento, máxime si se trata de un tema de fortalecimiento a la lucha social de la mujer. Este fenómeno social, sabemos, es gracias a la insistencia y al proceso de democratización que, por supuesto, ha empujado el proyecto de la Cuarta Transformación. En Zacatecas, nos consta, hay atención a ese rubro, como una de sus principales prioridades. El más claro ejemplo de ello es la agenda común que ofreció Rodrigo Reyes, secretario general de gobierno, para coadyuvar con los colectivos feministas. Obviamente, eso ha desencadenado reacciones positivas y, de paso, interlocución para ir entablando los espacios de participación que, desde cualquier ángulo, se convertirán en un hecho sin precedentes en la vida pública de Zacatecas.