Propuesta de AMLO: A la otra ventanilla
Como se sabe, el pasado 9 de noviembre el presidente López Obrador estuvo en Manhattan para presidir el Consejo de Seguridad (CSONU) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), pues México, como Estado Miembro No Permanente, asumía la presidencia del organismo.
Había cierta expectativa por el discurso del presidente mexicano. Fue bastante bueno y su contenido mejor, pero me pareció un tanto fuera de lugar y contexto. Y así también a los cinco Miembros Permanentes de del CSONU, en particular y sobre todo a Rusia, que prácticamente envió la propuesta a otra ventanilla de la ONU.
De entrada, López Obrador dijo que no hablaría de seguridad como “sinónimo de poderío militar ni como argumento del empleo de la fuerza contra nadie… sino del derecho a una vida libre de temores y miserias que sigue siendo el más sólido fundamento de la seguridad para todas las sociedades y los Estados.
“El principal obstáculo para el ejercicio de ese derecho –estableció el presidente mexicano- es la corrupción en todas sus expresiones: los poderes transnacionales, la opulencia y la frivolidad como formas de vida de las élites; el modelo neoliberal que socializa pérdidas, privatiza ganancias y alienta el saqueo de los recursos naturales y de los bienes de pueblos y naciones.
“Es corrupción el que tribunales castiguen a quienes no tienen con qué comprar su inocencia y protejan a potentados y a grandes corporaciones empresariales que roban al erario o no pagan impuestos; es corrupción la impunidad de quienes solapan y esconden fondos ilícitos en paraísos fiscales; y es corrupción también la usura que practican accionistas y administradores de los llamados fondos buitres, sin perder siquiera su respetabilidad.
“Sería hipócrita ignorar que el principal problema del planeta es la corrupción en todas sus dimensiones: la política, la moral, la económica, la legal, la fiscal y la financiera; sería insensato omitir que la corrupción es la causa principal de la desigualdad, de la pobreza, de la frustración, de la violencia, de la migración y de graves conflictos sociales”.
Es decir, López Obrador extendió el diagnostico mexicano al mundo. Y así como quiere moralizar a México quiere hacerlo con el mundo. Por ello propone un plan mundial de fraternidad y bienestar para crear un fondo y aportar de manera directa dinero a 750 millones de pobres en el mundo; algo que luce complicado de realizar. No porque en México se procure un cambio en ese sentido un mundo intrincado por los intereses y la geopolítica cruda lo adoptará:
“La propuesta de México para establecer el Estado Mundial de Fraternidad y Bienestar se puede financiar con un fondo procedente de al menos tres fuentes: el cobro de una contribución voluntaria anual del 4 por ciento de sus fortunas a las mil personas más ricas del planeta. Una aportación similar por parte de las mil corporaciones privadas más importantes por su valor en el mercado mundial y una cooperación del 0.2 por ciento del PIB de cada uno de los países integrantes del Grupo de los 20. De cumplirse esta meta de ingresos, el fondo podría disponer anualmente de alrededor de un billón de dólares”.
Aunque la mayoría de los miembros del CSONU estuvieron básicamente de acuerdo con el diagnóstico del mexicano, incluso los Miembros Permanentes, estos se encargaron de ubicar, implícita o explícitamente, la realidad o la naturaleza del Consejo y así, definir sus capacidades y las características para las que fue creado: no para moralizar ni enjuiciar sino para “velar por la paz mundial”.
Naturaleza del Consejo de Seguridad de la ONU
¿Cuál es la responsabilidad del Consejo de Seguridad dentro de la estructura de la ONU?: El mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales.
Pues bien, ese fue el mecanismo de pensamiento y de los discursos de los ponentes principales. No se detuvieron mucho en analizar la propuesta de AMLO sino en hablar de las condiciones problemáticas del mundo en un contexto de conflicto y crisis que puedan darse en países específicos. Porque para la propuesta del presidente mexicano existen otras instancias de la propia ONU y aun esfuerzos de los Estados en sus políticas autónomas.
Así, ya de entrada, se ve la dificultad de que la propuesta del Estado Mundial de Fraternidad y Bienestar prospere una vez que sea presentada ante la Asamblea General de la ONU por la representación mexicana; como lo anunció López Obrador.
Rusia y China
Rusia fue muy claro; el más claro. Bien el diagnóstico de México, pero el Consejo no es el sitio para plantear políticas generales que se quieran implementar de manera global en los países. Para políticas particulares existen ya instancias responsables: la Asamblea General, el Consejo Económico y Social, la UNESCO, etcétera. La perspectiva rusa, a partir de este deslinde, fue desde la naturaleza del CSONU.
Esta “naturaleza” se da en el contexto de conflictos y crisis en los distintos países y regiones. Y las únicas acciones posibles del CSONU son: Buenos Oficios; Mediación; Mantenimiento de la Paz; Misiones Políticas Especiales sobre distintos temas. Ya en este momento, estaba excluida del todo la propuesta de López Obrador.
“Hay que tener claro qué organismos de la ONU están encargados de tal o cual labor”, estableció el representante ruso, “la asistencia internacional debe prestarse exclusivamente en coordinación con los países y a su solicitud de acuerdo a prioridades y contexto nacionales: Nos oponemos a que se introduzcan indicadores universales de conflicto o decisiones que podrían abrir la puerta a nuevos abusos… No injerencia, no presión inaceptable”.
China fue más sutil pero dijo prácticamente lo mismo que Rusia. Reconoció el diagnóstico de AMLO pero señaló los mecanismos establecidos por la ONU en su Carta Constitutiva y la necesidad de que el Consejo actúe de manera institucional en un ambiente de conflicto. Excluida también la propuesta de México.
“No se puede socavar el principio de la igualdad soberana ni permitir la injerencia arbitraria en asuntos nacionales de otros países; la imposición de modelos a menudo desemboca en conflictos internos”.
Salida Regional para la propuesta
¿Es un fracaso la propuesta del presidente mexicano ante el Consejo de Seguridad de la ONU? En el sentido de que fue hecha en el sitio equivocado o que este requeriría de una impensable reforma para darle cauce, sí. ¿Será un fracaso la propuesta de un Estado Mundial de Fraternidad y Bienestar una vez que se presente ante la Asamblea General por la representación mexicana? A nivel discursivo levantará aplausos, pero la Asamblea estará imposibilitada de hacer algo pragmático más allá de imprimir el discurso, ponerlo disponible de manera virtual y felicitar y aplaudir a México.
Así ha sido desde la fundación de la ONU y el Consejo de Seguridad. ¿De qué han servido los discursos del Ernesto “Che” Guevara, Fidel Castro, Hugo Chávez y tantos líderes del mundo “rebeldes” ante la Asamblea General?, de nada. Han sido palabras y euforias para la tribuna.
Por eso AMLO ha querido influir en el Consejo de Seguridad. Porque lo considera, y así es, la parte ejecutiva de la ONU, lo más cercano a un gobierno mundial. Desafortunadamente para él y su “sueño” de ayudar a 750 millones de personas en el mundo, ha chocado contra la naturaleza histórica, estructural y política del organismo. Así se lo hicieron ver sobre todo China y Rusia.
¿Está todo perdido? No. El “sueño” de AMLO es realizable de manera regional. Tal como estaría a punto de suceder en Centroamérica, si al fin convence a Joe Biden y el gobierno de Estados Unidos para desarrollar un plan de ayuda a la región, para generar empleo y arraigo, para detener la inmigración desordenada y violenta.
La política regional es la salida. Lo mismo podría ejecutarse en África, Oriente y Medio Oriente, allá donde se necesite, pero de manera particularizada.
Pensar, imaginar una suerte de gobierno mundial no es posible por ahora. Y para que una propuesta solidaria y fraterna no quede en ilusión, en sueño o quimera, para que la utopía sea realizable debe pensarse y desarrollarse de manera local, nacional y regional. Algún día acaso se dé lo mundial.
P.d. Todas las citas son de los discursos de la sesión del 9 de noviembre de 2021 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Héctor Palacio en Twitter: @NietzscheAristo