Como les he contado en este espacio, aunque no es la aerolínea donde se originó el modelo de aviación de bajo costo, sí es -en la actualidad- la reina y señora de este. Pero no solo eso, en el tiempo presente, en pleno siglo XXI, es un pirata moderno, y vamos a ello.
Ya desde el año 2018, esto es en tiempos previos a la pandemia de Covid, esta línea aérea irlandesa de bajo costo era considerada “algo especial”, y es que resulta que en aquellos ayeres el CEO de Ryanair realizó una queja formal contra NATS, la empresa que brinda el servicio de tráfico aéreo en el Reino Unido.
Se quejaban de discriminación, esto porque estaban presentando retrasos en sus vuelos a causa de la “falta de personal”. Fue lo que argumentaron en esos años, sin embargo parece ser que esto era una estrategia más para lavarse las manos, ante su propia incompetencia y para tener a quién culpar por ello.
Esto viene a colación porque los controladores aéreos del Aeropuerto de Palma en España, han puesto el grito en el cielo, según lo reportado por el medio Ara: “La asociación profesional de controladores aéreos ha denunciado presiones de Ryanair por permitir que sus vuelos aterricen en Palma, pese a la situación generada por la DANA”. ‘Son unos piratas inconscientes’, aseguraron los controladores en las redes sociales sobre el hecho de forzar los aterrizajes “con una tormenta eléctrica en Baleares”.
Para que quede claro qué es lo que pasa, repasemos el modelo de bajo costo, que trata de ahorrar costos por donde se pueda, por ejemplo al elegir las plataformas más baratas en los aeropuertos, las cuales son generalmente las posiciones remotas.
Quienes suelen viajar por las aerolíneas de bajo costo, a veces se llegan a preguntar ¿por qué no les dan posiciones de contacto/jetway o pasillo telescópico?, pues porque esas posiciones son más caras, y de lo que se trata en la aviación bajocostera es de reducir los costos operativos al máximo.
Por eso la noticia vieja del 2018 sobre la queja de Ryanair deja en claro la forma de actuar “como piratas” de esta aerolínea “low-cost”. Básicamente la actual defensa de la aerolínea se parece mucho a esa queja que interpusieron contra los controladores aéreos del Reino Unido en el pasado.
Según ellos, los responsables son los del control de tráfico aéreo españoles que solamente se dedican a “impedir el aterrizaje de los aviones sin que, según su criterio, hubiera problemas meteorológicos”, tal y como lo recoge el periódico español Ara.
Esta historia con los controladores aéreos españoles ya tiene su tiempo, llevan ellos denunciando a la línea aérea de mentir. Otro medio español también reportó que la aerolínea irlandesa mantiene un acre enfrentamiento con los controladores, a quienes culpa por las demoras y cancelaciones que ha tenido que hacer, llegando al grado de que el intercambio de palabras se ha dado en redes sociales; en Twitter ahora X donde exponen: “Es falso que, como dice Ryanair, la mayoría de sus vuelos se retrasen por las carencias en el servicio de control de tráfico aéreo (ATC)”.
Pero la línea aérea no se queda atrás y ha contraatacado a los controladores aéreos llegando incluso al grado de denunciar en redes sociales la “absurda decisión de bloquear el aterrizaje de los aviones que llegaban esta mañana a Palma de Mallorca debido al clima”.
Ya sabemos que a Ryanair no le importa dañar a su pasaje, ni usar sus redes sociales para burlarse de ellos cuando se quejan del maltrato que reciben. Así las cosas, ¿qué podemos esperar de su comportamiento con los controladores aéreos?, de plano los está culpando y responsabilizando de sus demoras y cancelaciones.
Los controladores aéreos por su parte han dicho que si se han tenido este tipo de eventos con Ryanair es porque a sus tripulaciones se les ha vencido la jornada, y para que no sea la aerolínea quien tenga que dar la cara, la salida más sencilla ha sido culpar a otros, en este caso a los controladores.
El asunto podría quedar como anecdótico, pero la verdad es que ha escalado más allá. Resulta que la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA) se ha sumado a las denuncias en contra de Ryanair, declarando que las acciones tomadas por la aerolínea “pueden llegar a comprometer la seguridad aérea”, como lo reporta el medio Preferente.
A su vez este sindicato ha hecho sendas solicitudes, al Ministerio de Transportes y a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) en España, con la finalidad de que se tomen las medidas necesarias para impedir que este tipo de presiones que ejerce Ryanair, se repitan en un futuro.
De verdad, la inconsciencia de quien lleva las riendas de Ryanair ya raya en lo estrambótico. Quienes conocemos la industria sabemos perfectamente que no se puede jugar con los temas de condiciones climáticas; si un controlador no te permite aterrizar, es por la seguridad del vuelo. No puedo creer que la necedad del CEO alcance estos niveles, y además culpar a los controladores por las demoras y cancelaciones.
No son caprichos, es un tema de seguridad aérea. Les voy a decir el trasfondo de esto: en realidad la queja es porque cuando los controladores les negaron el aterrizaje por temas climáticos, los pilotos se vieron orillados a aterrizar en otro aeropuerto, o bien a mantenerse en el aire por más tiempo en un patrón de espera, incrementando los costos de operación de Ryanair.
Y resulta que la aerolínea -en los años 2010 y 2012- se vio envuelta en dos incidentes, porque solamente cargan lo justo de combustible para operar; para ellos llevar un excedente de turbosina “no es negocio”, así que racionan el combustible al máximo; incluso la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC) de España los acusó de que operan con el mínimo de combustible requerido.
Para mí, Ryanair es todo lo que una aerolínea no debe ser, independientemente de si son de bajo costo o tradicional, por sus malas prácticas, su trato abusivo con el pasaje, ni que decir con sus empleados, con los controladores aéreos, hasta con los aeropuertos y entidades gubernamentales a las que les gusta chantajear. Cubren todo el catálogo de lo que no debe ser y hacer una línea aérea.
Verlo para creerlo, en aras de ahorrar el máximo posible, son capaces de ponerle el mínimo de combustible a sus aviones, y si pasa algo que les impida aterrizar, lo único que están haciendo es poner cientos de vidas en peligro por su negligencia. Por eso creo que no exagero al llamarles “piratas aéreos”, porque así se comportan.
Ojalá las autoridades europeas se pongan las pilas y no dejen que sigan creciendo las prácticas monstruosas de Ryanair, que solamente ponen el mal ejemplo. La aviación comercial tampoco debe permitirlo.