En la pasada entrega mencioné en este espacio cómo la hipótesis del sabotaje iba cobrando fuerza en la investigación que la Fiscalía de Justicia de la Ciudad de México realiza en torno a la tragedia de la Línea 3 del Metro. Tanto, que al día siguiente ni más ni menos que desde la mañanera en Palacio Nacional, la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum lo confirmó tácitamente: los recientes acontecimientos constituyen “hechos no normales”, motivo por el que decidió solicitar el apoyo de la Guardia Nacional.

Seis mil elementos de este cuerpo federal de seguridad ya vigilan (desarmados) las estaciones del Sistema de Transporte Colectivo. Y aunque no se atrevió Claudia a mencionar la palabra “sabotaje”, es obvio que el gobierno ya no puede seguir ignorando lo que en redes sociales es una certeza desde el primer día de los hechos: se trata de actos intencionales, cometidos con el perverso fin político de tirar una precandidatura presidencial sin importarle a los autores de estas atrocidades llevarse entre las patas a personas inocentes. En una palabra: terrorismo. Y como vox populi vox dei, la certeza entre la mayor parte de quienes opinan en redes sobre el tema es que detrás de estos atentados se encuentra la derecha golpista mexicana, que han demostrado en múltiples ocasiones estar dispuestos a lo que sea con tal de volver al poder.

Que la llegada de la Guardia Nacional al Metro es algo positivo lo evidencia la virulenta reacción de opinólogos y levantacejas de los medios de comunicación, así como la de los actores políticos más sórdidos de la oposición carroñera. En efecto, lejos de congratularse por el reforzamiento de la seguridad en el Metro, panistas y priistas ¡se enojaron! Pero no conformes con evidenciarse solos a través de su enojo, su furia rabiosa anunciaba que, lejos de terminar con su pachanga de sabotajes, recrudecerían su campaña de terrorismo para seguir cometiendo actos delictivos contra el transporte público prácticamente todos los días.

Imagine usted, amigo lector, un sistema de transporte donde no ocurren incidentes graves en meses, aún años; imagine que de pronto sucede un lamentable “accidente” que la oposición explota al máximo con una narrativa acusando falta de mantenimiento; acto seguido empiezan a fallar TODOS los días TODAS las líneas con eventos que van desde explosión (no ponchaduras) de llantas, incendio de cables, despredimiento de vagones… Ilógico, estadísticamente imposible. NO ES FALTA DE MANTENIMIENTO, ES SABOTAJE.

Esta campaña de terror tiene un objetivo: contrario a lo que algunos piensan, NO es conseguir la salida de Morena de la Presidencia de la República en 2024. Esa lucha sabe la oposición carroñera que la tiene perdida. Su verdadero objetivo es arrebatarle a la 4T la Ciudad de México; para desde ahí construir el trampolín que les permita volver al poder nacional en 2030.

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Para lograrlo eligieron el camino del terrorismo; se concentraron en ataques al sistema de transporte público que más gente moviliza, precisamente para que el impacto de miedo y posteriormente descontento, fuera el máximo.

Por supuesto que para llevar a cabo esta campaña terrorista en el Metro necesitaban de la cooperación desde adentro: de quienes tuvieran el conocimiento de cómo operan los trenes; de quienes tienen el acceso a las instalaciones; y por supuesto: de quienes no tuvieran ningún escrúpulo en recurrir a lo que sea con tal de sacar provecho. Y esa complicidad, afirman numerosas versiones al interior del STC, la encontraron en una dirigencia sindical corrupta, podrida, manejada por un gángster priísta que ha vivido toda su vida chantajeando a los sucesivos gobiernos capitalinos, exigiendo año con año millonarios recursos “para mantenimiento” que nunca se vieron aplicados en ello.

Así, sostengo que la mera presencia vigilante de la Guardia Nacional no será suficiente, como vemos que no lo ha sido, para terminar con el terrorismo de derecha dentro del Metro. Se requiere ir más allá. Reproduzco aquí las acciones que en su momento dije en Twitter deberían llevarse a cabo si se quiere terminar de raíz con esta campaña terrorista:

 ¿Qué debe hacer el gobierno de la 4T ante esta andanada golpista y terrorista desatada por la derecha? La respuesta debe ser ejemplar, hacia afuera de la 4T pero también hacia adentro. Tienen que rodar cabezas en ambos bandos.

 El asunto debe atraerlo el gobierno FEDERAL, porque se trata de un tema de seguridad pública. Es un acto de TERRORISMO dado que fue provocado con fines políticos y está causando daño a la gobernabilidad. Deben intervenir instancias federales a la voz de ya (esto se hizo en el momento de solicitar el ingreso de la Guardia Nacional).

 Requisa inmediata del Sistema de Transporte Colectivo (#MetroCDMX) para poner esa empresa pública bajo el control de la SEDENA, así como ya lo está el AIFA, las refinerías, los puertos, las aduanas, y otras instalaciones estratégicas. URGE que los militares no sólo resguarden las estaciones del Metro; que se hagan cargo de toda la operación, mantenimiento y gestión de ese organismo. Sólo bajo control férreo y total y sin permitir que el sindicato corrupto meta las manos, se evitarán futuros actos de sabotaje.

 En paralelo, se debe descabezar a la dirigencia corrupta del sindicato, por las múltiples sospechas de su complicidad en estos atentados. Fernando Espino debe ser depuesto del liderazgo, investigado y procesado. Limpia radical en ese organismo.

 Investigación policial a fondo por parte de la Fiscalía General de la República, privilegiando la línea del SABOTAJE y llegando hasta los autores INTELECTUALES de este atentado (les doy un tip: los encuentran allá por Avenida Coyoacán, en la colonia Del Valle; y en la Avenida Insurgentes Norte).

 AMLO debe disciplinar de forma ejemplar a Marcelo Ebrard, por ordenar a su equipo, o permitirle, utilizar la tragedia para golpear políticamente a una compañera suya en aras de conseguir ser candidato. No sería descabellado pedir que le exija la renuncia.

 Finalmente, es de esperarse que esta tragedia NO logre descarrilar a Claudia, pero sí pone en peligro la permanencia de la 4T en el gobierno capitalino. Urge una estrategia de control de daños y de blindaje electoral rumbo a 2024, para garantizar que ni el PAN ni el PRI vuelvan.

 A partir de ahorita, las BASES de Morena (no Mario Delgado, aliado de Ebrard y Monreal; las BASES) deben tomar las calles, tocar puertas, caminar casa por casa, despertando conciencias, volviendo a convencer a la gente. No permitir bajo ninguna circunstancia, la vuelta del PRIAN.

Ojalá el gobierno federal, así como el de la Ciudad de México, se decidan YA a poner un alto a esta orgía de terrorismo opositor. A los culpables de este acto TERRORISTA deseo que paguen con cárcel lo que hicieron. A los buitres panistas que lucran con la tragedia, deseo que su podredumbre moral los persiga el resto de su vida y paguen consecuencias en ellos mismos y en sus cercanos. Una oposición carroñera capaz de recurrir al sabotaje para conseguir victorias electorales, no merece volver nunca más al poder.

Twitter: @Renegado_L