Cerró Reforma seis meses. No le importaron los transeúntes, los conflictos viales, los negocios, los locatarios, los comerciantes, los empleados ni sus familias. Incendió pozos, convocó a marchas y mítines por todo el país durante más de 20 años sin reparar en las afectaciones que provocaría. Y en su falta de cordura y razonamiento se declaró presidente legítimo cuando perdió la elección de 2006. El chantaje fue su forma de presión a los gobiernos mientras integró las filas de la oposición. Pero el pasado viernes, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) probó ‘una sopa de su propio chocolate’, como dice un conocido refrán-, al quedar atrapado por maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), quienes por más de dos horas le impidieron llegar a su destino, siendo justamente el programa de La Mañanera el que por primera vez no contó con su acostumbrada presencia.
El pasado viernes a temprana hora, algo comenzó a moverse de manera distinta en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Si bien había expectativa por la visita del presidente de la República que se encontraba en gira de trabajo por aquella localidad y desde allá transmitiría su habitual conferencia matutina, inexplicablemente, nadie en los equipos de trabajo que lo acompañaban pudo advertir lo que los maestros de la CNTE fraguaban en contra del primer mandatario del país.
Falló la logística y quedó en evidencia la vulnerabilidad y la endeble seguridad del presidente. Ese día, AMLO aprendió a la mala, cuál era la verdadera utilidad del Estado Mayor Presidencial, el cuerpo de seguridad que instruyó desaparecer y que así lo avaló el Senado de la República en mayo de 2019.
El ‘pueblo bueno’ que aseguró lo protegería y por ello no requería de mayor seguridad, fue el mismo que le impidió el paso para acceder a su destino. Los maestros de la CNTE a los que por muchos años alentó y acompañó en sus protestas, fueron quienes ahora no solo le dieron la espalda sino que provocaron que quedara atrapado en su vehículo -no el jetta por cierto-, una camioneta de lujo junto a la comitiva que lo acompañaba en otros vehículos del mismo nivel de confort.
“No tengo miedo porque, esta situación, este lema de bloquear carreteras, nos lo enseñó nuestro propio presidente. A mí me pagaba 500 pesos de Río Bravo por ir a manifestarnos al Zócalo de México, cuando a él le revocaban sus elecciones en tiempo atrás”. “Yo aprendí de él, él fue mi maestro. Nuestro presidente de la República, él fue el maestro mío. Él nos acarreaba, nos pagaba gente, y yo de ahí aprendí a manifestarnos, siempre y cuando que haya la razón”, declaró uno de los manifestantes a representantes de medios de comunicación y cuyo video circula en redes sociales.
Los maestros protestaban en contra del regreso a clases presenciales que arrancó este lunes 30 de agosto. Además, reclamaban la acostumbrada exigencia de plazas de trabajo y la reactivación de las mesas de diálogo con el gobierno federal.
En la manifestación que impidió llegar al jefe del Ejecutivo hasta la base de la Sedena desde donde se llevaría a cabo la conferencia, también se sumaron estudiantes de escuelas normales, madres de víctimas de violencia, feministas y personal de salud pública que reclamaron insumos médicos, según constató la agencia Efe.
AMLO rechazó ceder a la petición de los manifestantes de atender sus demandadas o reanudar el diálogo. Enfatizó no cedería a chantajes porque esa no es la vía.
“El presidente de México no puede ser rehén de nadie y hemos atendido a los maestros, vamos a seguir atendiendo y he hablado y reunido en 10 ocasiones con la CNTE”, manifestó.
“Por la dignidad de la investidura presidencial no puedo someterme a chantajes de nadie, yo no establezco relaciones de complicidad mafiosas con ningún grupo de interés creados”, afirmó.
“Aquí me quedo, no acepto chantajes”, “me dejan pasar, me respetan y luego hablamos”, expresó a los maestros en un breve diálogo, visiblemente molesto, para después subir el vidrio de su camioneta y no volverlo a bajar.
Más de dos horas fue el tiempo que permaneció el presidente atrapado en su camioneta. “En protesta”, dijo. Ese lapso lo aprovechó para enviar un videomensaje a la conferencia mañanera, en el que se atrevió a compararse con figuras de la talla del sudafricano Nelson Mandela, el indio Mahatma Gandhi o el activista estadounidense Martin Luther King.
“No voy a entrar por la fuerza”, dijo el mandatario.
“Esto es lo que hacía Mandela, Martin Luther King, Gandhi, la no violencia”, agregó en el video transmitido en Palacio Nacional.
En redes sociales no faltó quien le recriminara la osadía de intentar siquiera asemejarse a dichos personajes:
“No Señor, ni Gandhi, ni Mándela menos Luther King dividían al pueblo como Usted lo hace. Ha perdido el respeto del “pueblo bueno”.
No es rehén son las consecuencias del odio que esparce a diario”, escribió un usuario de Twitter.
El periodista Pascal Beltrán, también comentó al respecto:
“El Presidente Nelson Mandela se caracterizó por bajar las tensiones que había en torno de su acceso al poder. Hizo las paces con sus viejos adversarios —incluso se volvió amigo de varios de ellos— y mantuvo a raya a los radicales de su partido. Fue un promotor de la concordia”.
También le recordaron un comentario propio publicado en redes sociales con fecha del 25 de mayo de 2016, cuando era oposición. Entonces AMLO escribió:
“En cualquier país de la tierra donde hay conflicto siempre se procura el diálogo, pero EPN, Chong y Nuño se niegan a escuchar a los maestros”.
López Obrador ha quedado “atrapado” en sus palabras, en sus promesas incumplidas con los maestros, con los estudiantes, con los defensores de derechos humanos, con los trabajadores de la salud y con grupos de feministas, que fueron los que le impidieron el paso evitando que llegara a su conferencia Mañanera. Pero también ha quedado atrapado en sus decisiones, como la desaparición del Estado Mayor Presidencial que le ha llevado a exhibir lo vulnerable que puede ser su Seguridad y la del Estado.
Lo peor del caso para el presidente, es que no fueron los neoliberales, ni sus adversarios, ni la derecha, ni los conservadores quienes orquestaron o participaron en la manifestación fraguada para impedirle llegar a la Mañanera; fue el ‘Pueblo bueno’ que le protegería, y como dicen los chavos de ahora, “eso ya cala”.
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