No es ocioso revisar lo expuesto por el presidente de México Andrés Manuel López Obrador, durante su Tercer Informe de Gobierno celebrado el pasado miércoles 1 de septiembre en Palacio Nacional. A reserva de analizar con mayor detenimiento y contrastar cifras y datos, no deja de llamar la atención de inicio, lo declarado por el primer mandatario de la nación, quien dedicó muy poco tiempo a temas tan fundamentales y de interés para los mexicanos como la seguridad, a la que apenas le destinó 241 palabras, o la salud que solo se limitó a abordar desde el tema de la pandemia.
Sin ahondar en estrategias, acciones, propuestas, o resultados, AMLO repitió una vez más su cansada narrativa en torno a la seguridad:
“Todos los días desde las 6:00 de la mañana de lunes a viernes realizamos en Palacio Nacional, aquí en Palacio Nacional, reuniones del Gabinete de Seguridad, integrado por las secretarías de Gobernación, la Secretaría de la Defensa, la Secretaría de Marina y la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, que es la encargada de coordinar este gabinete. En esas reuniones diarias recibimos reportes del país sobre esta materia y se toman decisiones que permiten enfrentar los distintos delitos y garantizar la paz.
Fruto de este trabajo perseverante, conjunto, son los siguientes resultados:
En el tiempo que llevamos en el gobierno se redujo el robo de combustibles, el llamado huachicol, en 95 por ciento, los homicidios en 0.5 por ciento, el robo de vehículos en 28 por ciento, el secuestro en 18 por ciento y así en casi todos los delitos del fuero común y federal.
En suma, de 11 delitos considerados como de mayor impacto, sólo tres han presentado aumentos: el feminicidio que creció en 13 por ciento y que posiblemente, reitero, antes no se clasificaba como ahora; la extorsión, que aumentó en 28 por ciento; y el robo en transporte público individual, que creció 12 por ciento.
El 27 de julio de este año, el INEGI dio a conocer el dato de homicidios registrados en 2020 que, como en 2019, refleja que ya se detuvo la tendencia ascendente en este delito e inclusive se ha logrado una pequeña disminución”.
Eso fue todo lo que informó en un tema que tanto adolece a las familias. Los miles de desaparecidos, las fosas, los homicidios dolosos, no ocuparon ni siquiera un minuto del tiempo del presidente, quien parece no tomar importancia al dolor de la gente.
En el tema de la Salud, no hubo tampoco palabras para las más de 600 mil familias que han perdido a un ser querido en el contexto de la pandemia por COVID-19. Este fue el escueto texto que dirigió Andrés Manuel sobre el tema:
“Aunque continúan los contagios, se ha reducido considerablemente el número de hospitalizaciones y de fallecimientos por COVID. La principal razón de esta disminución en la intensidad de la pandemia es el Programa Nacional de Vacunación, que ha funcionado con eficacia y ha llegado a todos los pueblos de México.
Hasta hoy hemos recibido 103 millones 296 mil 665 dosis de vacunas Pfizer, Sinovac, Sputnik, AstraZeneca, Johnson & Johnson, CanSino y Moderna, de farmacéuticas y gobiernos extranjeros que han demostrado con hechos su solidaridad con México y con su pueblo; destaco el apoyo de Cuba, de Argentina, Rusia, China, India y Estados Unidos.
Se ha vacunado al menos con una dosis al 65 por ciento de la población y reitero el compromiso de que en octubre próximo la totalidad de los habitantes mayores de 18 años tendrán cuando menos una dosis a fin de que lleguemos mejor protegidos al invierno, que es la temporada en la que se presentan con mayor frecuencia las enfermedades respiratorias.
El que tengamos menos hospitalizados y, sobre todo, el que se haya reducido considerablemente el índice de letalidad, es decir, que haya menos fallecimientos entre las personas contagiadas, resulta un logro humano muy importante, pero también un indicador para la normalización de la actividad educativa, productiva y social del país”.
Logros presumió el presidente en el asunto de la pandemia, siendo que nuestro país se encuentra tapizado de muertos que no alcanzaron a llegar a un hospital, o que cuando llegaron no tuvieron cama, oxígeno, medicinas, atención. Muertos que siguiendo la indicación del subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, confiaron que el cubrebocas no era necesario y que no había que acudir a un hospital a buscar atención para no saturar.
Ni una palabra del desabasto de medicamentos; de niños y mujeres fallecidos por falta de quimioterapias; de la escasez de vacunas en el esquema básico de vacunación. Y menos aún hablar del fracasado sistema de salud que ofrece el INSABI o el precario servicio del seguro social.
Algo que resulta bochornoso o inexplicable es que López Obrador presuma como logro de su gobierno el incremento en las remesas:
“En estos últimos tiempos han crecido como nunca las aportaciones que realizan nuestros paisanos migrantes a sus familiares en México. El año pasado las remesas se elevaron a 40 mil 600 millones de dólares y en este año estimamos, de acuerdo al comportamiento hasta el día de hoy, que superarán los 48 mil millones de dólares, es decir, 18 por ciento más.
Hoy acaba de dar a conocer el Banco de México que las remesas de julio alcanzaron los cuatro mil 540 millones de dólares, es una cifra récord mensual, cuatro mil 540 millones de dólares”.
Pero lo verdaderamente lamentable es la insistencia del mandatario en dividir, en retar, en mofarse de quienes considera sus adversarios olvidando que es el presidente de todos:
“Aprovecho para recapitular: récord histórico en remesas, récord histórico en inversión extranjera, récord histórico en incremento al salario mínimo, récord histórico en no devaluación del peso, récord histórico en no incremento de deuda, récord histórico en aumento del índice de la Bolsa de Valores, récord histórico en las reservas del Banco de México. Está como para decir a los cuatro vientos, presumir, pero no he terminado, porque lo que acabo de describir es como para decirle a los tecnócratas neoliberales: Tengan para que aprendan”.
Como ya mencionaba, a reserva de revisar puntualmente cada una de las afirmaciones y logros presumidos por el presidente en lo que podría describirse como “Amlolandia”, es preciso recordar a López Obrador que puede engañar, mentir, desviar, cambiar, modificar, ajustar, tergiversar, matizar, esconder, ocultar, datos y cifras, pero la realidad no es la que se tomó unos minutos para informar en televisión, sino la que los mexicanos viven cada día en su cotidianidad; cuando todo está más caro en la tiendita de la esquina, en la Gasolinería, cuando tienen que pagar los recibos de luz, de agua, de gas; cuando tienen que comprar medicinas y aparatos que las clínicas públicas ya no cubren, cuando pierden su empleo, cuando son asaltados, secuestrados, cuando algún familiar desaparece o es asesinado, cuando los crimínales les cobran derecho de piso, cuando pierden su tranquilidad.
En el informe de AMLO no hay nada negativo; todo son aciertos, prosperidad, crecimiento, mayor empleo, inversión, buenos pronósticos, etcétera. No cabe duda, debe ser bonito vivir en el país del presidente, o Amlolandia, que es lo mismo.
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