“La descomposición de todo gobierno comienza por la decadencia de los principios sobre los cuales fue fundado.”

MONTESQUIEU

“No andes, Sancho, desceñido y flojo, que el vestido descompuesto da indicios de ánimo desmalazado.”

MIGUEL DE CERVANTES

Como si nada

Con la masacre en Guerrero, de esas que dice López Obrador ya no ocurren en México, la terca realidad se empeña en llevarle la contra.

Pero ahí no termina la cosa. ¡Bueno fuera! Tras la matanza, la gobernadora de Guerrero Evelyn Salgado —también conocida como la torita— ni se inmutó. De hecho, siguiendo el libreto de Palacio Nacional, culpó al pasado. Un pasado que ya es de López Obrador pues han transcurrido dos terceras partes de su gobierno (de Evelyn casi un año).

“Los que no son iguales” recurren a las mismas explicaciones de antes: ajuste de cuentas entre delincuentes. El gobierno reconoció que se trató de una disputa entre dos grupos del crimen organizado, “Los tequileros” y “La familia michoacana”.

De hecho, “el Fresa” un líder de este segundo grupo, compartió en redes que el otro bando lo quiso matar y que se había salvado gracias a su camioneta blindada. ¿La razón? Iba a reunirse con el alcalde, el exedil, funcionarios y pobladores para abordar la reaparición de los “tequileros” y extremar precauciones…

Autoridad y narco: uno y lo mismo

¡La autoridad solicitó apoyo a un grupo del crimen organizado para defenderse de otro grupo también criminal! ¿Dónde estaba el Ejército? ¿La Guardia Nacional? Posiblemente amedrentando a ciudadanos de a pie; abrazando a delincuentes.

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Por lo visto el difunto alcalde no creía en ellos, donde confiaba más en la protección del crimen organizado. ¡Increíble! Mejor dio una explicación de la masacre de 20 personas el criminal apodado “el Fresa” (camiseta de Gucci y reloj de 1.5 millones de pesos incluidos) que la gobernadora de Guerrero.

Obviamente descartar el que Salgado se presentara en San Miguel Totolapan para al menos dar el pésame a los deudos. Cualquier gestión —si acaso— vía redes sociales. Esa es la “forma directa” de gobernar, y ante ello, los pocos espacios de autoridad que restan son invadidos por el crimen organizado.

No solo es a nivel municipal. Por los Guacamaya Leaks sabemos que Adán Augusto López Hernández designó cuando era gobernador de Tabasco a presuntos narcos del CJNG al frente de la seguridad de la entidad. La autoridad en manos del crimen organizado. No solo infiltrada por el crimen: es el crimen mismo.

Quien decidió poner a tres criminales a cargo de la seguridad en Tabasco es hoy secretario de Gobernación y corcholata presidencial; cercanísimo a López Obrador asociado a narcos y huachicoleros.

Descomposición política

La descomposición es tal que ya no hay brújula que apunte hacia el bien; que distinga honestidad de abuso. La delincuencia manda y es a ella a quien la población obedece; normal que un narco se reúna con un alcalde… Todo México es territorio… del crimen organizado.

El mencionado líder criminal compartió que la justicia se hace por propia mano. Ya mataron a todos los que le persiguieron. Además: “andaba muy molesto, no dejamos ni un cabrón ahí, decidí que no merecían ni enterrarse, por qué, porque se volaron la barda en meterse a ese pueblo tranquilo”.

Para subrayar quien manda en esas tierras acotó: “la responsabilidad es de nosotros por habernos confiado. Jamás pensamos que pasara algo así en San Miguel”, además advirtió que ahora empieza su lucha contra los autores de la masacre, mencionando a “la Mula”, “el Vago” y el exdiputado local Saúl Beltrán.

La información en su totalidad no fue dada a la ciudadanía por la autoridad, fue provista por un criminal del que sabemos instaura en Guerrero la Ley del Talión.

El país al revés: un líder criminal nos informa, avisa de sus acciones; la autoridad culpa al pasado y ¿qué hace al respecto? Nada.

Criminales mandan en amplias regiones del país y eso ha dejado de tener importancia. Ya se ha naturalizado; no pasa nada y nadie se escandaliza. Se ha perdido todo parámetro de la decencia.

Peor que nunca

Hace algunos ayeres (en 1995), una matanza de 17 campesinos le costó la gubernatura al priista Rubén Figueroa Alcocer. También, en su momento, Ángel Aguirre renunció por la tragedia de Ayotzinapa. Hoy, ante esta nueva masacre, seguramente la gobernadora Evelyn Salgado permanecerá en su cargo. Y es que “no somos iguales”, si bien la violencia que se vive sea equiparable a la de años pasados.

El crimen organizado es quien gobierna en “Tierra Caliente” de Guerrero.

El rechazo y el desconocimiento social a la autoridad, además, solo irá creciendo. Por lo que a esta columnista se refiere, se ha perdido toda confianza en ella; la que sea. Mas desafortunadamente no solo soy yo. Los Guacamaya Leaks y el diario andar muestran, por si faltaran signos, que adicionalmente a su incompetencia, el gobierno está coludido con criminales; el narco con los militares; la administración pública lanzando denuncias y armando expedientes sin fundamento contra críticos, mientras muchos de sus funcionarios hieden a u corrupción y mala saña.

San Miguel Totolapan es una nueva masacre, pero también una muestra fehaciente de la unión del crimen con la autoridad y el desprecio de los gobernantes por su gente. Esperemos la que sigue.