Magistrados de distintos tribunales colegiados del país ya intentan armar carpetas para sancionar a funcionarios de la Secretaría de Salud por el delito de falsedad de declaraciones, y esto es porque muchas familias han metido amparos para obtener la vacuna para sus hijos pero ellos se han defendido con mentiras, una en especial que es el que no tienen “permiso” para aplicar la vacuna, siendo que desde el 3 de marzo del presente, Cofepris avaló la aplicación de la vacuna a niños de entre 5 y 11 años.
Las autoridades responsables de firmar los recursos de queja entregados a los magistrados, ¿adivinen quienes fueron? ¡Acertaron!: don Hugo López-Gatell y Gabriel García Rodríguez, director general de Epidemiología. Claro, El doctor Alcocer aquí no figura, pues porque nunca ha figurado. Ni va a figurar. Perdón, pero no le da ya para más su estadía como secretario de Salud.
Por si fuera poco la eminencia del doctor Gatell pues es que también se defendió diciendo que “es que yo no sé cuántas dosis se le ponen a los niños”, siendo que también la Cofepris informó a un juez en Oaxaca que la aplicación autorizada para niños de 5 años en adelante son dos dosis de 10 microgramos cada una.
En resumidas cuentas, Hugo López-Gatell, el señor Jorge Alcocer Varela y el señor Gabriel García, ya deberían de ser considerados prófugos de la justicia con un gran delito encima de ellos: Omisión dolosa de la salud de la niñez en México porque además, han mentido justificando el no vacunar con argumentos falsos .
La verdad de las cosas es que los niños en México no están siendo y no serán vacunados por dos cosas:
- Por berrinche del presidente, porque siente que esto que se le pide es por parte de la oposición y entonces lo toma personal y no moverá un dedo para que hayan vacunas para los niños y
- Que simplemente ya no hay vacunas.
Están dejando en la indefensión a miles de niños. Muchos de ellos podrán morir tan solo porque no quisieron aplicar la vacuna nuestras autoridades, aquellas a las que les pagamos para que velen por nuestro bien y el de nuestras familias.
Yo también intenté meter un amparo para que mi hijo fuera vacunado. Pero fue imposible: Si no tenía enfermedades adyacentes no era candidato. Y está sin una sola vacuna en su cuerpo. Y yo no soy de las afortunadas que puede viajar a otros países a vacunarlo.
Apenas puedo creer que haya gente apoyando al presidente y que no se dé cuenta que él, precisamente, no está queriendo vacunar a sus hijos, a sus nietos, a sus sobrinos. Me parece gravísimo.
Pero más grave es que nada pasará. Ayer fue visto la eminencia Gatell paseando presuroso por el aeropuerto, libre como el viento, con su mujer y su bebé. Me imagino estarán pensando en irse muy lejos. Aquí la justicia no toca a nadie.
Mientras tanto, que Dios nos mantenga fuertes y que nuestros hijos no enfermen gravemente.
Nos la deben y la van a tener que pagar, aquí o en la otra vida .