DESDE EL SEXTO SOL
De cómo trata una persona a otra y más a una de la tercera edad, habla la calidad de su corazón, pero seguramente el de Sandra Cuevas está muy desmantelado, pues sus dichos y hechos, hablan de locura, soberbia y prepotencia.
Desde que llegó a la alcaldía Cuauhtémoc se ha caracterizado por vivir en el escándalo, si se volvió muy popular para ser el claro ejemplo de lo que la Ciudad no merece, una falta de respeto y de sentido común para los ciudadanos que votaron por ella y hoy piden su revocación de mandato.
Sandra nació y vivió en Azcapotzalco, quizás por eso, no le importa saber que de toda la alcaldía Cuauhtémoc, la colonia Santa María la Ribera es un Ícono y su símbolo emblemático, el Kiosco Morisco, es de fama mundial.
Ahí, llegaron Bandas de Sonideros a llenar de alegría y cultura a la alameda y desde hace doce años, bailan danzón y muestran una pasarela de baile, encantó y moda, pues ahí se juntan los Pachucos de toda la ciudad y con sus trajes, sus sombreros y sus típicos zapatos blanco y negro, roban las sonrisas y llenan de algarabía a ese mi kiosco de la infancia, dónde iba a jugar con mis amiguitos del kínder, el recreo era estar ahí, dentro del kiosco y correr y saltar.
La Alameda que lo alberga, por años, era una más, sin ambiente y el Kiosco, era nuestro Mausoleo, sólo los que vivíamos por allí, de Salvador Díaz Mirón, de Sabino, de Carpio, de Dr. Atl, entre más calles, nos sabíamos los dueños, pero qué bonito era su mirar.
También fue el Kiosco de Thalía, ella lo visitaba, pues a tres cuadras, estaba su casa de la infancia, la famosa “ Casa de los Perros” y a una cuadra, más mi casa, a dónde diario llegaba Ernesto Sodi Pallares, el papá de Thalia, a dejar en el portón negro, a mí hermano Pepe, apodado “el gato”, pues ambos se acompañaban y salían a pasear y también se iban ahí a caminar, directos hacia el Kiosco Morisco, nuestro amor y mirar total hacia él, llenaban sus días y en algunos otros, eran los turistas, los que lo hacían vivir en la reverencia social.
Llegaron los danzoneros de la tercera edad y mi Kiosco Morisco era más mío y de todos, ahora tenía más compañía y con música y baile y todo se organizó para llenar a Santa María la Ribera de una riqueza lúdica, de cultura y tradición.
Lo que nunca imaginé, pasó este domingo, cuando hordas policiacas golpearon brutalmente a los danzoneros en señal de que ya no más, podrán tocar y bailar en el Kiosko Morisco.
Al mismo tiempo que Sandra Cuevas los reprimía, alegando que son un ruido urbano, bandas de cumbia tocaban, a todo lo que daba, en el parque Rio de Janeiro con permiso de la alcaldesa.
O sea, que el Kiosco Morisco le gustó para su loca mentalidad y publicidad, ella vive enfrente de él, y le molesta la alegría, la bulla del pueblo, porque no es en honor a ella, es a la música.
Sandra Cuevas gobierna con una soberbia y desconocimiento total de las tradiciones, de los derechos ciudadanos.
Ella se irá, el Kiosco Morisco seguirá y volverá a escuchar música y risas de danzantes, turistas y curiosos.
Sandra se irá y los danzoneros volverán porque los derechos ciudadanos se impondrán.
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