Goddess on the mountain top
Burning like a silver flame
The summit of beauty and love
And Venus was her name…
Her weapons were her crystal eyes
Making every man a man
Black as the dark night, she was
Got what no-one else had
(Diosa en la cima de la montaña
Ardiendo como una llama de plata
La cumbre de la belleza y del amor.
Y Venus era su nombre…
Sus armas eran sus ojos de cristal
Haciendo de cada hombre un hombre
Negra como la noche oscura, ella era
Poseía lo que nadie más tenía)
Bananarama, ‘Venus’.
En una de esas, Lía Limón, alcaldesa electa de Álvaro Obregón, podría terminar siendo la próxima jefa de gobierno de la Ciudad de México. Dicha aseveración no se formula por el trabajo que ha realizado —creo que no mucho ha hecho, si bien sabemos que eso no es impedimento en México para llegar a la cima de la política. Tampoco se debe a una nariz rota, ni a que está siendo asesorada por Felipe Calderón, como no pocos analistas sostienen.
La razón principal para afirmar lo anterior —al menos hasta ahora— es que el equipo de comunicación de la Ciudad de México le está regalando a Lía Limón todos los focos e incluso las mejores tomas.
Pésima foto la que compartió la propia Claudia Sheinbaum en sus redes sociales. Es una imagen terrible para una de las referidas y muy sugerente para la otra. Lía Limón crecida y Claudia Sheinbaum muy pequeña, casi desvalida.
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¡Qué mala jugada le hicieron siendo que ambas son prácticamente de la misma estatura!
De hecho, Claudia es un poco más alta: mide 1.70 metros contra 1.68 de Lía. ¿Por qué en la foto se ve lo contrario? Una de dos: o el fotógrafo hizo un mal trabajo o la alcaldesa traía tacones altos y la jefa de gobierno no. Debieron retratarlas sentadas.
Pero no es la única razón por la que perjudica a Sheinbaum la fotografía. Hay otros motivos: Lía crecida, en primer plano, con colores alegres y llamativos, arregalda y alineada, y Claudia apreciándose pequeña, disminuida, desarreglada y vestida en colores de protesta.
No se piense o sugiera que la oposición aglutinada está haciendo crecer a Lía Limón. Nada de eso. Lo que antes describo es producto de un error de la 4T que paga Claudia Sheinbaum.
Pero no es el único. La andanada en contra de Lía Limón, a partir del enfrentamiento de los alcaldes con las fuerzas del orden, deja ver una división sistemática, basada en una cuestión de género y haciendo ver que fue ella quien provocó la violencia aprovechando su carácter de mujer.
Señores asesores: eso no termina bien y se revierte casi de inmediato.
Más allá de quien provocó a quién, la forma en que el gobierno de la CDMX desde entonces ha manejado la información —iniciando con las declaraciones de Martí Batres— hace de la nueva alcaldesa de Álvaro Obregón una cuasi heroína por soportar el maltrato de la policía capitalina.
Pero luego continuaron con la exposición de Lía Limón al aseverar que es asesorada por Felipe Calderón (ambos viven en la demarcación), lo cual no ha sido desmentido. ¿Ello le conviene o le perjudica? Por lo pronto, la colocó en una posición ya muy distinta del candelero político; por encima de los demás alcaldes electos de oposición de la capital. No se diga sobre los de Morena; esos siguen disminuidos.
El apoyo dado a Lía Limón no se limita a errores del gobierno de la Ciudad de México. Van más allá y continúan sembrando un descontento en contra de quien gobierna la Ciudad de los Palacios. Y así, ante las fallas de implementación y sobreprecios del Gas Bienestar en algunas delegaciones, los habitantes de las zonas donde llegó el incoloro gas se mostraron inconformes no con la idea, sino con el resultado. Aunque es un programa establecido por el gobierno federal, el enojo no fue contra el inquilino de Palacio. ¡Qué va! La irritación —mucha o poca— se tornó en contra de Claudia Sheinbaum.
Esto es, desde hace ya tiempo que los tropiezos de López Obrador en la Ciudad de México no se reflejan en su popularidad, son absorbidos (en negativos) por el gobierno de la capital. Ahí tienen ustedes de muestra algunas encuestas públicas de opinión dadas a conocer esta semana para constatarlo.
Mas las pifias no cesan. Quién haya decidido que la estatua de Colón no regrese a Reforma y en su lugar pongan una de una mujer indígena solo provocó un problema que no existía y que tampoco era necesario. Generar cuestionamientos donde no los había; esto es, más allá de la historia, el dinero que se requerirá para realizar una nueva escultura podría ser empleado sin duda en mejores formas.
Para rematar está la decisión de Andrés Manuel López Obrador de sobrevolar, acompañado de Carlos Slim, los avances de las obras del Tren Maya (entiéndase, de la devastación ecológica creada). Esa unión entre empresario y político no puede —ni debe, creo yo— mandar al olvido la tragedia de la Línea 12 del Metro. Máxime cuando se anunció esta semana que esta ya pronto comenzará a rehabilitase.
A lo anterior se suma el que ahora se sabe que la fortuna del ingeniero ¡se duplicó! en lo que va del presente sexenio. En épocas en que todo el país ha tenido una recesión económica, lo anterior recuerda que la división entre el poder económico y el poder político tan cacareada por AMLO es de dientes para afuera. Antes bien, se les ve muy felices en este nuevo capítulo de la “mafia del poder” versión sureste de la República.
El perdón presidencial otorgado a Slim al tenerlo tan cerca, no ayudará a que se olvide la tragedia. Será un nuevo costo que tendrá que afrontar Sheinbaum en la Ciudad de México.
Dar parte de la construcción del Tren Maya a quien es el constructor del tramo colapsado de la L-12 es una cachetada a la población de la Ciudad de México, por lo que quien pierde popularidad es Sheinbaum, no López Obrador, no Slim, no Marcelo Ebrard.
Y caben unas preguntas —que nadie contestará—: ¿por qué no mejor primero que entregue grupo Carso la rehabilitación del Metro de manera satisfactoria y luego que se evalúe la conveniencia de mantener su participación en la construcción del tren Maya? ¿Quién está en la cárcel pagando condena por el desplome, por las muertes? Que sepan los capitalinos, nadie.
Definitivamente no solo el PAN la riega con verse asociada al retrógrada partido español Vox. En la Ciudad de México, Morena se equivoca de manera espectacular.
Ciertamente eso es lo que transpiró esta semana; Carlos Slim en pleno vuelo, defenestrar a Cristobal Colón, tropiezos en el Bienestar, el anuncio de la rehabilitación del Metro opacado por el informe presidencial, una reunión con Lía mal publicitada son ejemplos de una pésima propuesta del mismo equipo de Claudia Sheinbaum.
¿La Cuarta Transformación quiere recuperar la totalidad de la capital para Morena o quieren acabar de perderla a la oposición? Porque lo que han hecho desde la CDMX últimamente apunta a lo segundo.