En la página de internet de la Suprema Corte de Justicia de la Nación se explica qué es la llamada ‘suspensión del acto reclamado’. Hace referencia al juicio de amparo, pero me parece que el espíritu del concepto también aplica a las controversias constitucionales. En resumidas cuentas la suspensión se justifica por las siguientes dos razones:

  • Evitar al demandante “perjuicios de difícil reparación”.
  • Proteger los intereses del demandante mientras se desarrolla el proceso, de manera que no se le dañe por la tardanza que puede implicar su desarrollo.

Me dice un hombre que de estos temas sabe bastante que la suspensión solo procede si se cumple con el requisito del fumus boni iuris o apariencia de buen derecho.

Mi fuente dice que quizá fue correcta, en términos de la apariencia de buen derecho, la admisión en la SCJN de las controversias de dos gobiernos estatales de oposición relacionadas con los libros de texto gratuitos. Quizá, subraya el sapiente jurista a quien consulté, porque un tema tan sensible para la niñez mexicana debería quedar al margen de los choques entre poderes y de los intereses electorales del PRI y del PAN, que evidentemente están detrás de las mencionadas controversias.

El ministro que admitió las controversias y dictó las suspensiones debió haber analizado el contexto electoral mientras tomaba una decisión. No lo hizo, se equivocó. No quiero pensar que sí calculó el impacto electoral de suspender la distribución de los libros, y aun así siguió adelante.

El ministro Aguilar

Respeto muchísimo al ministro Luis María Aguilar Morales, quien suspendió la distribución de los libros de texto gratuitos en Coahuila y Chihuahua. Le considero una persona honorable, preparada y con experiencia política de sobra.

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Es importante destacar la experiencia política de Aguilar Morales. Lo hago porque ministros y ministras suelen decir que en la corte no hacen política, pero eso es falso.

Si bien jueces y juezas de niveles inferiores actúan al margen de la política, ministros y ministras empiezan a hacer política desde que les propone el presidente de México; con el tiempo se convierten en maestros de ese oficio: actúan como expertos en política desde sus audiencias en el Senado —aduana que no pasan sin pactar con legisladores—, y ya en la corte suprema hacen de la política el pan de cada día, ya que con frecuencia debaten asuntos que no es raro les lleven a enfrentamientos con la presidencia de la nación.

¿No entiende el ministro Aguilar Morales que los libros de texto gratuitos se han convertido en un instrumento electoral? ¿No le queda claro que la oposición usa los libros comunistas para atacar al partido en el poder? Me sorprendería que un jurista tan inteligente no se hubiese dado cuenta de cuál es el fondo del problema.

Los intereses de los partidos y de los gobiernos

¿Con la suspensión el ministro Aguilar pretendió evitar a los demandantes (dos gobiernos estatales, uno del PAN, el otro del PRI) “perjuicios de difícil reparación”? ¿Quiso don Luis María proteger los “intereses” de tales gobiernos de oposición?

Sigo con las preguntas: ¿Cuáles son los intereses de los dos gobiernos que el ministro ha defendido?, ¿cuáles serían los perjuicios para tales administraciones públicas si se distribuyeran a niños y niñas los libros de texto gratuitos?

Hombre cultismo y experimentado, Luis María Aguilar Morales respondería lo mismo que el más sapiente politólogo acerca de cuál es, en este momento, a menos de un año de las elecciones presidenciales, el interés más importante de los gobiernos estatales de oposición —no solo los de Chihuahua y Coahuila—, que es el mismo interés de los gobiernos locales de Morena y de la presidencia de México, también controlada por el partido de izquierda.

Los gobiernos, de todos los partidos, lo sabe Luis María Aguilar, defienden en este instante el principal de sus intereses: fortalecer sus estrategias para ser competitivos en 2024.

Dos de las figuras más importantes de la oposición unida en el frente PRI, PAN, PRD son la gobernadora de Chihuahua, Maru Campos, y el gobernador saliente de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme.

La posición más importante que conserva el casi moribundo PRI es Coahuila; por lo tanto, el gobernador Riquelme, que pudo hacer triunfar a su candidato, Manolo Jiménez, está llamado a jugar un papel central en las decisiones del Frente Amplio por México, ya que se ha convertido en el único competidor de Alejandro Alito Moreno como dirigente real y hasta formal de lo que queda del priismo.

Maru Campos no gobierna la entidad más importante en manos del PAN —solo le quedan a este partido cinco gubernaturas—. Tal privilegio es de Mauricio Kuri, de Querétaro. Pero, en términos de la alianza opositora, la gobernadora que tiene más relevancia es Campos, por su decisión de enfrentar con todo a Morena y al presidente Andrés Manuel López Obrador, pagando el precio político que ella tenga que pagar. Es una activista incansable y se le reconoce su vocación. El caso de Kuri es distinto. Lo suyo no es el activismo, sino la eficiencia administrativa. No dará la espalda a su partido, el PAN, pero tampoco peleará a muerte con la 4T.

La pelota en la cancha de la primera sala de la corte

Se sabe que la primera sala de la SCJN revisará lo que hizo Luis María Aguilar Morales. El ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo estudiará si fue correcto que su colega Aguilar suspendiera la distribución de los libros. Otro ministro, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, analizará si las controversias de Chihuahua y Coahuila debieron admitirse en la segunda sala de la corte.

En ambas salas de la corte suprema hay personas de gran calidad intelectual y humana. Todo mi respeto y admiración a cuatro integrantes de la segunda sala, el ya mencionado Aguilar Morales, Alberto Pérez Dayán, Loretta Ortiz Ahlf y Javier Laynez Potisek.

En la primera sala participan cuatro ministros muy destacados y una jurista de primer orden:

  • No puedo imaginar a una poeta enamorada de los libros como Margarita Ríos Farjat aceptando, sin dar una fuerte pelea, que una suspensión de la corte suprema deje sin libros de texto gratuitos a los niños y a las niñas pobres de Coahuila y Chihuahua. Porque los y las estudiantes de las clases sociales privilegiadas ni siquiera ven esos libros: compran otros, de editoriales privadas, no sé si mejores, pero sin duda con precios que no se pueden pagar allá abajo, donde habita la pobreza.
  • No puede estar de acuerdo con la suspensión de la distribución de los libros de texto gratuitos un humanista como Juan Luis González Alcántara Carrancá —recomiendo sus artículos El Heraldo de México, en los que invariablemente menciona libros de filosofía o novelas que son obras maestras—. Creo que este jurista antes de fijarse en los méritos técnicos de lo que hizo Aguilar Morales pensará más bien en lo que estarían diciendo ahora mismo dos grandes mexicanos, José Vasconcelos y Jaime Torres Bodet. Supongo que eran hombres de formas finas, así que seguramente Vasconcelos y Torres Bodet no se expresaban con leperadas, pero es tan indignante suspender la distribución de los únicos libros que muchas familias pueden tener en sus casas, que es dable pensar que estarían en este momento mentando madres.
  • ¿Un jurista como Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, quien ha defendido bastante a grupos sociales vulnerables, como el de las mujeres, quedará indiferente ante el hecho espantoso, basado en inconstitucionalidades o no, de que muchos niños y muchas niñas de Chihuahua y Coahuila no tendrán los libros gratuitos en el inicio de las clases? Su propuesta, fundada en la ética, tendrá que ser en contra de que se siga utilizando a los libros de texto como arma de combate electoral. Porque para los gobiernos de Coahuila y Chihuahua los libros comunistas solo son un instrumento de ataque al ogro de izquierda llamado Andrés Manuel. Por cierto, aplaudo que la corte le lleve las contras a AMLO en cualquier otro tema, pero no en el de los libros de niños y niñas. Ya habrá oportunidad de mejorarlos, si acaso tienen tantos errores como se ha dicho.
  • Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena tiene una biografía académica envidiable —UNAM, Harvard—. Sin duda es un hombre culto amante de los libros. Quizá sigue dolido porque AMLO, a principios de 2023, le cargó la mano diciendo que es el ministro más rico. Fue un golpe político que le quitó posibilidades de presidir la corte. Cualquiera que sea el tamaño de su enojo por tal descalificación, debe ser mayor su amor por los libros. ¿Evitar que se distribuyan? Qué infamia. Nadie puede aceptar semejante decisión, por más que se le vista de legalidad. Si Luis María Aguilar encontró argumentos jurídicos para ir contra los libros, el egresado de Harvard sabrá encontrar otros argumentos basados en el derecho y en la Constitución para decir que los libros de texto gratuitos no se tocan.
  • #ConLosLibrosDeLosNiñosNo. Este hashtag deberá ser el del proyecto del ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo, a quien no conozco, pero que debe ser un hombre prudente, a juzgar por su biografía. Comprendo que como juez que ha sido toda su vida tenderá a analizar el asunto basado en libros jurídicos, entre otros la Constitución. Pero, le pregunto, ¿puede haber algo más contrario al espíritu del artículo tercero constitucional que impedir la distribución de los libros de texto gratuitos, comunistas o no, eso no es relevante? Lo relevante es que los niños y las niñas tengan libros y los lean. No importa si son comunistas o anarquistas... o capitalistas, ya que los y las estudiantes de primaria, personas inteligentes, sabrán cuestionar lo cuestionable. Le digo al ministro Pardo que los pequeños y las pequeñas sabrán parafrasear el poema de Lupercio Leonardo de Argensola con el que empieza el tango ‘Maquillaje’, de Virgilio y Homero Expósito: “Porque ese cielo comunista que quizá los libros de texto ven, ni es cielo, ni es comunista. Lástima grande que no sea verdad tanta belleza”. Lo importante es que los libros se lean y que alumnos y alumnas saquen sus conclusiones reflexionando en libertad.

A mí me queda claro que suspender la distribución de los libros de texto gratuitos afecta a los niños y a las niñas pobres de Coahuila y Chihuahua. ¿Por qué el ministro Aguilar no fue capaz de ver tan terrible daño? ¿Es tan grande e incontrolable su enojo con AMLO?